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José María Íñigo, el maestro que dobló cucharas con Uri Geller y puso voz a Eurovisión

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José María Íñigo junto al mentalista Uri Geller durante su entrevista en 'Directísimo' en 1975

Una voz inconfundible y un estilo único convirtieron a José María Íñigo en un icono eterno de nuestra televisión. De familia humilde, comenzó trabajando como una suerte de botones con corbata en una pequeña oficina. Fue uno de los muchos empleos que encadenó hasta que la radio se cruzó en su camino. Aunque más bien fue él el que reunió el valor de presentarse en las instalaciones de Radio Bilbao, su ciudad natal, con la intención de realizar un programa musical, y su osadía dio sus frutos con una sección de cinco minutos cada dos semanas. La emisora revalidó su confianza en él semana a semana y a los cinco meses, el periodista contaba con un programa diario de una hora de duración. Después daría el salto a las cadenas generalistas. Iñigo ya era una estrella de la radio y fue corresponsal en ciudades como Londres y Nueva York. “He aprendido un poquito de cada una”, confesaba posteriormente en una entrevista para esta casa. El comunicador estuvo siempre allá donde había algo que contar. Ese era su oficio y solo era cuestión de tiempo que se dejase seducir por la pequeña pantalla. De 'Los 40 Principales' pasó a Televisión Española, donde desarrolló la parte más importante de su carrera. El salto al video no mató a esta estrella de la radio. Al contrario, el de Íñigo se convirtió en el bigote más famoso de la televisión.

Bienvenidos a 'Estudio abierto'

Su debut en Televisión Española fue en 1968, colaborando en el rompedor formato musical Último grito, dedicado a mostrar las tendencias culturales para el público juvenil. Al año siguiente, a las puertas de una nueva década, llegaba Ritmo 70, bajo la realización de Pilar Miró. No obstante, su espaldarazo definitivo a la fama fue Estudio abierto, que comenzó a emitirse en 1972 en la segunda cadena de TVE, entonces conocida como UHF. Su éxito lo catapultó rápidamente a la cadena principal. Por ese estudio abierto pasaron desde las más impensables estrellas internacionales -como Charlton Heston y Catherine Deneuve-, a personas anónimas con historias singulares. Hasta en eso fue pionero Íñigo. En esta misma época, su popularidad lo llevará a dar el salto al cine, protagonizando películas como Terapia al desnudo de 1975, donde llegó a compartir protagonismo con Carmen Sevilla.

El presentador Jose María Ïñigo durante el espacio de entrevistas de 'Estudio Abierto'.

El presentador Jose María Ïñigo durante el espacio de entrevistas de 'Estudio Abierto' en 1972. EFE/aa

'Directísimo´y la leyenda de Uri Geller

Concluida una etapa, Íñigo estrenó en 1975 un formato de corte similar, Directísimo, que recalcaba con su nombre que su emisión iba en riguroso directo. El periodista continuó recibiendo en plató a las mayores estrellas nacionales e internacionales. Muy recordado fue el tenso enfrentamiento entre los toreros Palomo Linares y Paco Camino, por el que la Guardia Civil tuvo que irrumpir en el estudio. Cosas del directo. La palma se la llevó la entrevista al mentalista israelí Uri Geller. Su aparición se convirtió en uno de los mayores hitos de la historia de la televisión española. Sus supuestas habilidades paranormales para doblar cucharas y poner en marcha relojes fueron culpables de que a la mañana siguiente nadie hablara de otra cosa.

'Esta noche... fiesta', de la democracia

En su siguiente proyecto, Íñigo cambió el mítico Estudio 1 de Prado del Rey -donde había desarrollado gran parte de su carrera televisiva- por la conocida sala de fiesta madrileña, Florida Park. En Esta noche... fiesta cobraban más importancia que nunca las actuaciones músicales: los mejores artistas se daban cita con el programa de manera semanal. En el corazón del parque del Retiro, se vivió el debut en televisión de un jovencísimo Miguel Bosé, acompañado de todo el clan Dominguín. También allí se produjo la célebre anécdota del pendiente de Lola Flores, con 'La Faraona' pidiendo ayuda a Íñigo para recuperar la joya perdida en medio del jolgorio.

Imprescindibles - El famoso pendiente de Lola Flores

A través de Esta noche... fiesta vivimos una de las noches más trascendentales para nuestra democracia: el escrutinio de las históricas elecciones generales de 1977. TVE programó un especial con una duración mucho mayor de la habitual. Dirigido, como era habitual, por Fernando Navarrete, José María Íñigo se puso a los mandos de más de 5 horas de televisión en directo. En lugar de optar por un debate político como los que vemos en la actualidad, TVE llenó sus pantallas de folclore español con actuaciones como las de Manolo Escobar o Isabel Pantoja.

La estrella esa noche fue Julio Iglesias con una aparición histórica que supuso su última actuación en España antes de trasladarse definitivamente a vivir y probar suerte en Estados Unidos. El que sería el artista latino más exitoso de la historia eligió la ocasión para estrenar uno de sus mayores éxitos 'Soy un truhán, soy un señor'. Este despliegue musical se completaba con conexiones a la oficina en la que se realizaba el lento escrutinio de votos. Un momento decisivo en la historia de España en el que José María Íñigo dejó su impronta.

José María Íñigo fue la voz de Eurovisión

Con los mencionados programas, Íñigo vivió sus mejores años profesionales. Una época dorada que nunca llegó a abandonar del todo. En 1985 afrontó nuevos proyectos fuera de TVE, pero terminó volviendo a la que era su casa. Su opinión músical siempre fue una de las más autorizadas y su voz cobró más importancia cuando asumió el reto de narrar para todos los españoles el Festival de Eurovisión.

José María Íñigo y Julia Varela, como pareja de comentaristas en Eurovisión

José María Íñigo y Julia Varela. rtve

Fue en 2011 cuando tomó el relevo de la mítica voz del festival, José Luis Uribarri. Respetando la esencia de su antecesor, Íñigo conquistó con su marcada personalidad y estilo y continuó desempeñando esta labor hasta el año 2017. En los últimos años, formó un perfecto tándem con la periodista Julia Varela. Ambos demostraron una perfecta química, solo comparable a la que Íñigo tenía con su gran compañera en las ondas, Pepa Fernández. El periodista colaboró desde el año 2000 hasta su fallecimiento en el programa radiofónico No es un día cualquiera. Desde sus micrófonos, Fernández tuvo la complicada misión de trasladar a los oyentes la noticia de la muerte del comunicador. Sin duda, uno de los momentos más duros de su carrera.

Pepa Fernández da a conocer la noticia de la muerte de José María Íñigo

'Maestro Íñigo', el homenaje más esperado

Por su destacada trayectoria, Viaje al centro de la tele quiere rendir homenaje al icónico presentador. Lo hará con un programa especial, 'Maestro Íñigo' en el que se recordarán fragmentos de su extensa carrera, casi siempre ligada a TVE. En una entrevista en exclusiva, Pedro Santos, director y creador del formato cataloga Iñigo como "el presentador total de los 70 y los 80". El especial centrado en su figura es también una excusa para poder ver las mejores entrevistas y actuaciones musicales que pasaron por sus diferentes programas.