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Seis cosas que tienes que saber sobre el calor y el cerebro

  • El doctor en Neurociencia Pablo Izquierdo explica a qué temperatura está el cerebro o cómo se regula
  • El cerebelo es el encargado de nuestros movimientos y es la parte que peor lo pasa del cerebro

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"El cerebro está un grado por encima del resto de tu cuerpo, alrededor de 38º", ha contado Pablo Izquierdo
"El cerebro está un grado por encima del resto de tu cuerpo, alrededor de 38º", ha contado Pablo Izquierdo

En las noches calurosas son muchos los que tienen dificultades para conciliar el sueño. Tras una excursión o dar un paseo largo, uno llega a casa agotado. Esto ocurre porque “nuestro cuerpo está trabajando a pleno rendimiento para mantenernos frescos. Haga la temperatura que haga estamos a 36 - 37 grados. Cada uno tiene su temperatura, pero siempre estamos más o menos a la misma”, destaca el doctor en Neurociencia Pablo Izquierdo en su espacio “El neurotransmisor” de El gallo que no cesa.

El gallo que no cesa - El neurotransmisor: El cerebro y las altas temperaturas - Escuchar ahora

1 La temperatura del cerebro

“El cerebro está un grado por encima del resto de tu cuerpo, alrededor de 38º”. Nunca se había sabido a qué temperatura está el cerebro, el neurocientífico ha señalado que es una información que ha salido durante este mes de agosto de 2022.

Lo que “no está claro” es el por qué de esta diferencia. “Parece que tiene que ver con cuánta agua tiene el cerebro, que es diferente de otros órganos. Además como lo tenemos metido en el cráneo, con lo cual es muy difícil que se pueda ventilar”.

“Se ha visto, por ejemplo, que la temperatura del cerebro cambia durante el ciclo menstrual o que es más alta en las personas mayores. Normalmente el cerebro se enfría un poquito por la noche. Eso en los cerebros de la gente mayor parece que no va tan bien y que se calientan un poco más”.

2 ¿Qué regula la temperatura?

“Nuestra temperatura corporal la regula el hipotálamo. Lo que hace es básicamente medir nuestra temperatura y ver si es distinta a 37. Si es más alta, hace que nos refrescamos un poco y si es muy baja, que entremos en calor”, ha explicado Pablo Izquierdo.

3 ¿Cómo regula el cuerpo nuestra temperatura corporal?

Cuando hace calor sudamos y esto nos ayuda a mantenernos fresquitos”, ha destacado el neurocientífico. También ha explicado que “el corazón bombea más rápido, nuestros vasos sanguíneos se dilatan, lo que se llama "vasodilatación". Todo esto lo que consigue es que la sangre vaya más cerquita de nuestra piel, que pase más sangre a ras de piel y así se puede enfriar más fácil”.

4 Deshidratación y mareos

Con el calor nos deshidratamos y eso es algo que no le gusta nada a nuestro cerebro”, por esto cuenta Izquierdo que “nos dan esos mareos, igual que cuando bebemos alcohol, porque este es diurético”. Advierte que “los mareos pueden ser serios, sobre todo en gente mayor”.

Cuando la temperatura corporal “sube por encima de los 40 grados, hablamos de un riesgo para la vida. Hay que pasar por otras cosas antes de llegar a ese extremo, nuestro cerebro sí que nos da algunos avisos. Empezamos a tener mareos, náuseas, confusión, podemos perder el conocimiento. Todo esto tiene que ver con los efectos que tiene este calor extremo en nuestro cerebro”.

5 ¿Qué parte del cerebro soporta peor el calor?

El cerebelo se encarga de “controlar nuestros movimientos, nuestro equilibrio” y es la parte de nuestro cerebro que peor le sienta el calor y por eso los mareos. “Incluso si no se llega a la muerte, que en muchos casos por suerte no es así, ese daño que sufre nuestro cerebro puede llegar a ser permanente”, ha destacado el neurocientífico.

Cerebro humano con cerebelo resaltado y vista de cerca de las neuronas Purkinje

Cerebro humano con cerebelo resaltado y vista de cerca de las neuronas Purkinje

6 El cerebro y el insomnio

El calor nos hace perder alrededor de 44 horas de sueño todos los años. En países cálidos, como el nuestro, más aún”, cuenta Pablo Izquierdo sobre un estudio que se publicó en el mes de junio de 2022 realizado a partir de datos de la década pasada. “Ahora seguramente durmamos peor y en el propio estudio, de hecho, hacen cuentas y predicen que cuanto más suban las temperaturas globales, más sueño nos va a costar. Con las temperaturas altas nos cuesta más dormir y sobre todo, nos cuesta llegar al sueño profundo porque el calor también altera nuestra estructura del sueño”.