Gary Cooper y España: ¿Qué relación tenía con Picasso y Sara Montiel?
- El actor murió a los 60 años debido al cáncer
- Compartió reparto con Sara Montiel en la película Vera Cruz (1954)
- Solo ante el peligro: 7 curiosidades que tienes que saber de este clásico de Hollywood
En el 70 aniversario de la emblemática película de Solo ante el peligro (1952), protagonizada por Gary Cooper y Grace Kelly, RTVE le rinde su pequeño homenaje a esta obra maestra del western, que podemos disfrutar online y totalmente gratis en RTVE Play hasta el 14 de septiembre de 2023. Un título que le sirvió a Cooper para ganar su segundo Oscar, y con el que se reafirmó como una de las grandes estrellas del Hollywood dorado. Con 35 años de carrera, y una filmografía de 85 películas (la mayoría de gran éxito), el actor norteamericano supo encarnar la honestidad y la integridad en la gran pantalla.
Gary Cooper fue mucho más que un actor. Fue un mito, una referencia, una gran estrella. Lo fue, y 60 años después de su muerte lo sigue siendo. Sus ojos azules, su mirada limpia, su rostro sereno, aunque a veces desconcertado, y su estilizada figura fueron sus rasgos de identidad.
Frank James Cooper nación en Montana (Estados Unidos) en 1901, hijo de una familia acomodada, iba para comediante y caricaturista. Pero la casualidad le llevó al cine como cowboy de relleno en 1925. Luego vino algún que otro pequeño papel y tras Flor del desierto (1926) la Paramount le ofreció un contrato.
Habían pasado apenas dos años desde su debut cuando aparece en Alas (1927), de Wiliam Wellman, primer film en conseguir el Oscar a la mejor película, y en la que ya destacaban su magnética presencia y su buena interpretación, a pesar de que apenas aparece cinco minutos.
Dos premios Oscar, y uno honorífico
Si buceamos en su extensa biografía, hay algunos títulos como Vera Cruz (1954), El jardín del diablo (1954) o El hombre del oeste (1958) que son imprescindibles. Pero sus interpretaciones premiadas con el Oscar a mejor actor fueron los personajes de Alvin en El sargento York (1941) en plena Guerra Mundial; y el sheriff Kane en Solo ante el peligro (1952).
Años más tarde, cuando ya se sabía que padecía cáncer, le otorgaron un Oscar honorífico en 1961 que recogió en su nombre un emocionado y lloroso James Stewart pronunciando estas palabras: “Estamos muy orgullosos de ti Coop”.
Todo un seductor
Tan intensa como su carrera fue su vida amorosa. Irresistible para sus compañeras de reparto, la tensión sexual se palpa todavía hoy en día en muchas de sus películas. Como muestra, varios ejemplos: Los hijos del divorcio (1927) con Clara Bow, Beau Sabreur (1928) con Evelyn Brent, El canto del lobo (1929) con Lupe Vélez, Marruecos (1930) con Marlene Dietrich, Mía porque sí (1931) con Carole Lombard y sobre todo El manantial (1949) con Patricia Neal.
Un matrimonio y una hija
Fueron muchas las mujeres que pasaron por su vida, pero Verónica Balfe, más conocida como ‘Rocky’ fue la única con la que se casó. Lo hicieron discretamente en diciembre de 1933 y según su entorno, el matrimonio tuvo un impacto muy positivo en Cooper. Juntos tuvieron una única hija, María Verónica, en 1937. Tras una vida familiar plena (a pesar de sus aventuras extramatrimoniales), se separaron en 1951. Tras un paréntesis de unos años, se reconciliaron en 1954 y permanecieron juntos hasta la muerte del actor.
Gary Cooper en España
En su biografía 'Gary Cooper: el héroe americano' escrita por Jeffrey Meyers, se relatan algunas de anécdotas del actor en España. Estuvo en Toledo “dando unos cuantos capotazos” a una vaquilla. Su amigo, el escrito Ernest Hemingway le presentó a Picasso a finales de los 50, y éste le invitó a cenar en su casa de la Riviera francesa. Y compartió reparto con Sara Montiel en la película Vera Cruz (1954), con la que no acabó de entenderse. De hecho, en dicha biografía, reproducen unas curiosas declaraciones de su amiga y amante Lorraine Chanel sobre la actriz española: "Volvía diciendo que casi le resultaba insoportable tener que tocarla o besarla. Nunca utilizaba champú. Me dijo que su peluquero que cada día no hacía más que añadirle aceite de oliva a su pelo".
Gary Cooper fue uno de los más grandes, de eso no hay duda. A continuación, recordamos algunas palabras de cómo le recordaban los que trabajaron con él:
“Nadie como Cooper puede conseguir ser perfectamente natural ante la cámara” - D.W. Grifitth
“Si te inventaras un personaje como Cooper, nadie se lo creería. Es tan bueno que no parece humano” – Ernest Hemingway
“Cooper es como una droga para las mujeres” - Richard Widmark
“Cada surco de su rostro, gritaba honestidad” – Frank Capra
“Cooper es un consumado actor de comedia” - Ernest Lubitsch
“En la pantalla es perfecto, aunque en el plató hubiera jurado que estaba presenciando la peor interpretación de la historia” – Sam Wood
“El hombre más alto, delgado y de ojos más amables” – Audrey Hepburn