'Solo ante el peligro' y contrarreloj: así es el revolucionador uso del tiempo de la película
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Solo ante el peligro nació casi como una simple obligación contractual, pero acabó convirtiéndose en un clásico del wéstern y, más allá de géneros, en una joya de la edad dorada de Hollywood. No por nada es favorita de muchísimas personas de todo el mundo, incluidos presidentes estadounidenses de todo signo político, desde Ronald Reagan hasta Bill Clinton. Con ella revitalizó su carrera Gary Cooper, de entonces 50 años, quien se llevó además un Oscar por su actuación como el sheriff Will Kane. Grace Kelly, que debutaba en el cine como su esposa, solo tenía 21. Juntos daban vida al matrimonio protagonista de la película, enfrentados por la llegada de un forajido a quién él había mandado a la cárcel: ella quiere huir, pero él decide quedarse. Son muchos los relojes que aparecen en la angustiosa película, pero ¿por qué?
La hora más temida en Solo ante el peligro
Solo ante el peligro se llama en su versión original High Noon, y es que el mediodía es precisamente un momento clave y muy esperado en la película: el forajido Frank Miller llegará al pequeño pueblo de Hadleyville en el tren de las doce y, con él, la amenaza que tanto teme el matrimonio. Es el motor del filme, la razón que pone en marcha al personaje de Gary Cooper y que motiva todos sus actos.
La presencia de los relojes parece casi un recordatorio constante para sus personajes (y para el espectador) del peligro que se cierne sobre ellos, enfatizando aún más esta tensión que viven. Además, la acción discurre casi en tiempo real. Es decir, el tiempo de la película coincide con el del espectador. De esta forma, los acontecimientos se suceden durante unos 100 minutos (poco menos de dos horas), mientras que la película como tal dura 84 minutos. Dicho de otra manera, el público ve durante 84 minutos una historia que transcurre en 100.
Solo ante el peligro no es la única cinta que hace uso de este recurso. Unos años antes lo aprovechó también Alfred Hitchcock. En 1948 estrenó La soga, grabada además en un falso plano secuencia que, si bien simula estar realizada sin cortes, sí los tiene por razones técnicas. En cualquier caso, el uso magistral del tiempo es solo uno de los muchos factores que hacen que Solo ante el peligro se haya convertido en una joya del cine clásico.