Las nueras y yernos de Isabel II: problemáticos y peligrosos para la corona
- Cuatro hijos naturales, pero 6 hijos políticos
- Isabel II ha muerto a los 96 años
- Los siete escándalos de Isabel II
Isabel II ha muerto a los 96 años y sus cuatro hijos han estado junto a ella en su último aliento. Ana, Carlos, Andrés y Eduardo han sido protagonistas de las portadas de los tabloides más sensacionalistas. Sus vidas, siempre en el centro de atención, han estado enturbiadas por muchos escándalos. Algunas de las parejas que eligieron comprometieron seriamente la imagen de la Familia Real Británica.
La reina impactó al mundo cuando en 1992 reconocía en un discurso que había sido su 'annus horribilis'. Celebraba 40 años en el trono y no podía recordar ese año con alegría. Su hija mayor se separaba de Mark Phillips, Andrés había hecho pública su separación de Sarah Feguson y el matrimonio de Carlos y Diana naufragaba públicamente.
Sus hijos políticos la colocaron al borde del abismo. Las nueras y yernos de Isabel II han sido un auténtico quebradero de cabeza para la reina.
Diana de Gales, la nuera que toda Gran Bretaña defendió
'La Princesa del Pueblo' murió hace 25 años en un accidente de tráfico mientras era perseguida por los paparazzi por las calles de París. Su matrimonio con Carlos de Inglaterra, nuevo rey de Reino Unido, fue un calvario del que los medios fueron testigos.
En 1992 el matrimonio se separó entre fuertes rumores e historias de infidelidades. Los medios de comunicación habían llegado a publicar, entre otras muchas barbaridades, conversaciones privadas y eróticas entre Carlos y su exnovia Camilla Parker. A Diana se le habían buscado todo tipo de amantes.
En 1995 llegó, quizás, la entrevista más icónica y recordada de todos los tiempos. Diana contaba en la BBC, ante 23 millones de espectadores, las intimidades de su infeliz matrimonio. Para la historia ha quedado su frase sobre su matrimonio contando que "estaba un poco superpoblado".
Aquel testimonio, en el que Diana ponía incluso en duda la capacidad de Carlos para reinar, hizo tambalearse los cimientos de la casa Windsor. La familia de Isabel II había perdido el favor del pueblo. Diana era la víctima y el pueblo la eligió como su princesa.
Ahora la BBC acaba de donar 1,6 millones de euros a las fundaciones de Diana de Gales como disculpa por los malos métodos que empleó la cadena para conseguir aquella entrevista.
El periodista Martin Bashir presionó a la princesa con falsas acusaciones para que esta, ante la presión, accediera a hablar delante de sus cámaras. Se inventó que la niñera de Enrique y Guillermo mantenía un romance con Carlos y que había decidido abortar después de haberse quedado embarazada durante la relación. También convenció a Diana asegurándole que sus guardaespaldas obtenían un sobresueldo por espiarla.
Diana se convirtió en un icono pop alejado de la rectitud monárquica. Por eso su muerte en un accidente de tráfico con tan solo 36 años conmocionó al mundo. La primera reacción de Isabel II fue fría. Declaró el día que se conocía el fallecimiento que se encontraba "profundamente conmocionada y angustiada por la noticia.
El abrumador duelo social por la muerte de Lady Di obligó a Buckingham Palace a recular. Cinco días después, Isabel II se vio obligada a dar un discurso televisivo ante toda la nación: "Quiero rendir homenaje a Diana yo misma. Ella era un ser humano excepcional y talentoso. En las buenas y en las malas, nunca perdió la capacidad de sonreír y reír ni de inspirar a los demás con su calidad y amabilidad. La admiraba y respetaba por su energía y compromiso con los demás."
Sarah Ferguson y Andrés: "La pareja de divorciados más feliz del mundo"
Diana fue la que propició el encuentro entre el Príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Un año después de coincidir, se casaron y los primeros años de matrimonio parecían una pareja feliz, padres de dos hijas. Pero en los 90 la prensa sensacionalista británica, implacable, se cebó con ellos. Sus portadas se llenaron en varias ocasiones de fotos escandalosas que llevaron el bochorno a palacio.
A ella se le acusaba de aprovechar las ausencias de Andrés por motivos militares para serle infiel con varios hombres. Los Duques de York sucumbieron a la presión y anunciaron su separación en 1992. Siempre alegaron que la distancia que imponía la Marina entre ellos debilitó su historia de amor. Meses después de aquel cese de la convivencia, Ferguson fue portada del Daily Mirror con unas fotos robadas en las que aparecía en top less mientras un hombre de negocios estadounidense le chupaba los pies. Fue su condena ante la opinión pública. Un escarnio que hoy difícilmente entenderíamos.
En 1996 firmaron su divorcio. Pero su relación ha ido más allá de la cordialidad. Llevan casi 30 años separados, pero nunca dejaron de compartir casa (una vivienda con 30 habitaciones) y unidos han criado y educado a sus hijas.
Ella habla siempre con absoluta devoción de Andrés, sigue mencionándolo como "mi príncipe". Ni siquiera las acusaciones de abuso sexual a menores han quebrantado la confianza que tiene en él. Nunca ha perdido la oportunidad de defenderle. Asegura que es "el mejor y más grande caballero" que ha conocido.
En 2019 Andrés intentó limpiar su nombre en una vergonzosa entrevista en la que se le acusó de no mostrar ningún tipo de arrepentimiento o culpa. Los británicos le retiraron su simpatía, pero Ferguson salió de nuevo a apoyarle: "ver a un hombre tan maravilloso pasar este dolor tan enorme."
Fergie, su apodo, nunca ha ocultado los problemas económicos que suele atravesar. Ha vendido su vida en entrevistas y formatos que se parecen bastante a un reality. También es escritora de cuentos infantiles y no le va nada mal en esa faceta.
Pero en su búsqueda de negocios, provocó un grave escándalo cuando la grabaron ofreciendo un encuentro privilegiado con el Príncipe Andrés a cambio de medio millón de libras. El daño que le hizo a la imagen del hijo de Isabel II era irreparable. Perdía así toda credibilidad como mediador de empresas británicas.
Camilla Parker Bowles: De villana, a reina consorte
A Camilla le costó 30 años ser la esposa del Príncipe Carlos. Fueron pareja en la juventud, pero él no se decidía a dar el paso y convertirla en su esposa porque era católica y no anglicana, eso dicen.
Se conocieron en un partido de polo y ella se atrevió a contarle que su tatarabuelo, el rey Eduardo VII había sido amante de su bisabuela, Alice Keppel. Allí surgió una atracción que nunca terminó.
Como su primer noviazgo no prosperó, ella terminó casándose con Andrew Henry Parker Bowles con el que tuvo dos hijos. Su relación de amistad con Carlos no terminó. De hecho, fue una de las invitadas a su boda con Diana.
En 1993, meses después de que se supiera que Diana y Carlos se habían separado, se publicó la trascripción de una conversación íntima y erótica que mantuvieron Carlos y Camilla en 1989 en la que expresaban sus deseos de estar juntos de manera explícita y comprometedora. Las palabras que se hicieron públicas dañaron seriamente la imagen de los dos. El caso se conoció como el "Tampongate".
Camilla y su primer esposo se divorciaron en 1995 después de haberse publicado decenas de noticias sobre la relación de Camilla con Carlos.
La popularidad de Diana crecía tanto como la antipatía que los británicos sentían por Camilla, 'la otra'. La muerte de Lady Di en 1997 la colocó como la antagonista total.
Empezó entonces un trabajo impecable de la Casa Real Británica que duraría años. Consiguieron, poco a poco, limpiar la imagen de Camilla. La aceptación de Guillermo y Enrique fue el último paso para que después de tres décadas de amor, Carlos se casara con la mujer que siempre quiso.
Legalmente, Camilla podría reclamar ser llamada Princesa de Gales, pero los Windsor decidieron que utilizaría el título secundario de Duquesa de Cornualles por respeto a la memoria de la primera esposa del Príncipe Carlos.
El primer esposo de la Princesa Ana tuvo una hija fuera del matrimonio
La gran pasión de Mark Phillips fueron siempre los caballos. De hecho, en 1972 el jinete y militar británico ganó la medalla de oro en los JJ. OO. de Munich y así fue como conoció a la Princesa Ana. Un año después se casaron. Fruto de aquel matrimonio, nacieron dos hijos.
Su divorcio en 1992 supuso un bombazo. Era el tercero en la historia de la Familia Real Británica. Antes solo se habían atrevido a formalizar la separación Enrique VIII y la hermana de Isabel II, la Princesa Margarita.
El matrimonio se rompió cuando en el verano de 1989 se hicieron públicas unas cartas que un capitán de la marina había enviado a la Princesa Ana declarándole su amor y mostrando su intención de casarse con ella. (Spoiler: lo consiguió)
No era el primer escándalo. Se sabía que dormían separados en los hoteles en los que se alojaban y que hacían vidas independientes desde que nació su hija pequeña en 1981.
A Philipps también se le atribuyeron varios romances. De hecho, se supo ,años más tarde, que en 1985 había sido padre de una niña fruto de una relación extramatrimonial con una neozelandesa.
Timothy Laurence, el único yerno de Isabel II
Quizás es el miembro más discreto de la Casa Real. El miembro menos conocido. Ahora. Cuando su nombre saltó a los tabloides lo hizo envuelto en la polémica. Conoció a la Princesa Ana cuando trabajaba en la marina al servicio de Isabel II como asesor y cuando Ana aún estaba casada (infelizmente) con Mark Phipillips.
Trascendieron unas cartas que Laurence le había enviado a la Princesa declarándole su amor y manifestando su deseo de ir más allá.
Que le aceptaran en la familia fue muy difícil. No se quería ni oír hablar de divorcio, pero Ana y Timothy ya llevan 30 años de discreto matrimonio.
Sofía de Wessex consiguió que dejaran de compararla con Diana
Cuando se hizo oficial el compromiso del Príncipe Eduardo con una plebeya, Sophie Helen Rhys-Jones, la opinión pública se volcó con ella. Rápidamente fue comparada, hasta en el físico, con Diana de Gales que había fallecido solo dos años antes.
Se casaron meses después y pasó a ser Sofía de Wessex. Ella no quiso renunciar a su carrera profesional. Había fundado años antes su propia imagen de comunicación, pero muy pronto se la acusó de aprovechar su posición real para favorecer sus negocios.
El momento más crítico lo vivió cuando le tendieron una trampa y fue grabada mientras criticaba al gobierno de Tony Blair y se despachaba a gusto con algunos miembros de la Familia Real. Llegó a comentar que Camilla era "la número 1 en el top de gente impopular" y que mientras Isabel II estuviese viva, no se casarían jamás. Un año después, en 2002, abandonó su propia empresa y desde entonces se ha dedicado solo a las labores representativas como alteza.