El infierno de Carmen Maura: de un marido que le quitó sus hijos a uno que la arruinó
- El documental ¡Ay, Carmen! ahonda en los momentos más oscuros de la vida de la actriz
- "Llegó un momento que dije: ¿O te mueres o qué?", señala la protagonista de La ley del deseo
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No entraba en sus planes convertirse en actriz. Carmen Maura, que ha sido galardonada con el Premio Platino de Honor 2022, solo se veía en el papel de esposa y madre, hasta que tuvo al alcance de su mano la oportunidad de cambiar su destino: "Se buscan semiprofesionales para un grupo de teatro en el Ateneo de Madrid". Si hubiera sabido las consecuencias de su decisión, probablemente hoy no sería actriz, la profesión que le cambió la vida y la culpable de uno de sus peores momentos. "Se armó la de San Quintín", cuenta la actriz en ¡Ay, Carmen!, el documental que protagoniza.
Por aquel entonces Maura tenía una relación con el abogado Francisco Forteza, al que no le gustó nada la idea de que su pareja se metiera en la industria. "Pasé una noche horrorosa. Él diciéndome todo tipo de cosas. 'Eres muy vieja para empezar ahora, no te pienso ayudar, no te va a ayudar nadie. Acabarás loca, tirándote delante de un camión'... Recuerdo frases terribles", confiesa, auque eso no la amedrentó y consiguió convencerle para que la dejara, al menos, intentarlo. "Ahí empezaron doce años que si los hubiera visto en película, no sé si hubiera sido actriz", reconce.
"Ser actriz me ha salvado de volverme loca"
Su primer marido le quitó la custodia de sus dos hijos, María del Carmen y Pablo. Se casó en 1966, cuando solo tenía 21 años. El divorcio llegó a los tribunales y fue un auténteico infierno para Carmen Maura. "Es una separación con mucha agresividad por parte de su exmarido, que le hace la vida bastante complicada", recuerda el director de cine Fernando Colomo, con quien compartió se de rodaje en la película ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?. El director de cine asegura que su difícil vida personal acabó ayudándola a crecer también profesionalmente y llegar a encarar los personajes más complicados. Consiguió superar aquello, aunque no fue fácil: "Sufrí muchísimo cuando me los quitaron. Eran míos y les quería mucho. Pero llegó un momento que dije: ¿O te mueres o qué?"
Su trabajo se convirtió en su vía de escape. Sentía que su situación personal era tan surrealista hasta tal punto que el rodaje de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón le parecía de lo más natural, incluso la famosa escena de la lluvia dorada. "Me parecía tan raro y tan anormal lo que me estaba pasando con los jueces, con los niños, con los abogados, que eso me parecía normalísimo. No me podía asustar por nada". Fue entonces cuando Carmen Maura volcó todas sus energías en su carrera profesional.
Llegó un momento en la vida de la actriz que ya no podía seguir luchando. Siguió viendo a su hijo cada vez que podía, pero a su hija no volvió a verla hasta que cumplió los 17 años. Un día se presentó en el teatro para conocer su versión de la historia y, a partir de ahí, fueron contruyendo una relación madre e hija, hasta hoy.
Uno le quitó los hijos y el otro le dejó deudas
No fue la única vez que lo pasó mal por culpa de una pareja. "Me hubiera gustado tener mejor ojo para la selección de los hombres. Eso no lo he hecho nada bien. Uno me quitó los niños y el otro todo el dinero", asegura Carmen Maura. Su segundo marido fue Antonio Moreno Rubio, y según la actriz, no le dejó más que deudas: "Después de 13 años, como le di poderes generales, un día me entero de que lo tenía todo hipotecado. Me dejó con dos millones y medio de euros de deuda, con mis casas embargadas, mi campo embargado... En ese momento me dio un bajón y, al cabo del mes, me puse las pilas".
La protagonista de Mujeres al borde de un ataque de nervios tuvo que hacer frente a todos estos gastos: "Una persona normal hubiera desaparecido, pero como yo no era normal... Tenía una profesión que como para desaparecer. He estado cerca de 20 años pagando deudas". Aquel episodio no le hizo desconfiada, pero sí más cautelosa. Dos fracasos sentimentales que han convertido a la actriz en la persona que es hoy, una mujer que prefiere estar sola que mal acompañada.