Erwin Rommel: el general a quien Hitler ordenó elegir suicidio o muerte
- El general Erwin Rommel fue uno de los generales más laureados de Hitler pero cayó en desgracia
- Su propio hijo cuenta la vida y la trágica muerte del héroe de guerra apodado 'El Zorro del Desierto'
- RTVE Play ha estrenado tres nuevos documentales sobre la invasión nazi de Europa y una biografía de Rommel
El joven Manfred estaba contento. Su padre, Erwin Rommel, el famosísimo y prestigioso mariscal de campo del ejército alemán, estaba en casa. Había dejado por unas horas sus obligaciones militares, en plena guerra, para visitarles. Era el cumpleaños de mamá y los tres iban a disfrutarlo. La casa familiar de Herrlingen, en Baden-Württemberg, se empezaba a llenar de felicitaciones y regalos. Sin embargo, a menos de mil kilómetros de distancia, el destino daba un giro total a sus vidas, al devenir de Alemania y del mundo entero. Era 6 de junio de 1944.
El general Rommel, el laureadísimo héroe de la I Guerra Mundial, condecorado con varias cruces de hierro, era el encargado de defender la Francia ocupada de una posible una invasión aliada... Cuando sonó el teléfono, Manfred vio como su padre se preocupaba. Mucho. ¿Cómo podía estar sucediendo? ¿Un desembarco masivo? Lo que estaba ocurriendo en las playas de Normandía devolvió de golpe al general a la realidad. Debía regresar al frente.
Manfred no olvidaría jamás ese momento en que el cumpleaños debió posponerse. Esa no sería la última llamada que recibiría su padre en su presencia y que les rompería el corazón.
Militar por vocación
Erwin Rommel fue un niño prodigio y se sacó la carrera de Ingeniería fácilmente. Llegó a construir con sus manos un planeador a tamaño natural. Pero el ejército le atraía. Se alistó en 1910 y probó la dureza de la lucha en la Gran Guerra. Su capacidad de adaptación al entorno y su inteligencia le llevaron hasta la cima del estamento militar. Durante la II Guerra Mundial se situaba con sus tropas en el campo de batalla, no como sus colegas que permanecían lejos, en los cuarteles. Además, escribía sobre táctica militar. Adolf Hitler le leía entusiasmado. Sus manuales eran de obligada lectura en las escuelas militares.
Siendo ya general, se negó a que sus tropas participaran en un desfile frente al jefe de estado Adolf Hitler, rodeadas por las SS. Rommel dijo que si el Füher no se sentía seguro frente a sus soldados, estos no desfilaban. Al final, los que no lo hicieron fueron los temidos SS. El incidente casi quedó en nada.
Viendo su valor y dotes de mando, el Führer le nombró jefe de su guardia personal. Rommel lo tenía tan cerca que empezó a conocerle bien. Le veía con sus ataques de histeria, gritando sus obsesiones, viviendo demasiados momentos bajo unos delirios de grandeza que ponían en peligro a los soldados alemanes en misiones condenadas al fracaso. Hitler no había aprendido mucho de sus libros, ignoraba las normas básicas de la táctica militar.
En cuanto pudo, Rommel pidió un nuevo destino y huyó de aquellos despachos. Regresó al campo de batalla en el norte de África. En El Alamein, a solo 260 kilómetros de El Cairo, sus tropas se quedaron sin gasolina por un mal cálculo de Hitler. Rommel ordenó la retirada, lo que enfureció al Führer. En realidad, no tenían ninguna posibilidad: los norteamericanos habían descifrado la máquina Enigma y leían todos sus mensajes.
Mientras, en 1944, en Berlín, los generales de carrera, compañeros de Rommel admitían que la derrota estaba cerca. Rommel les hablaba de la locura del Führer. Quería que lo detuvieran, juzgarlo y encarcelarlo. Pero los demás querían matarlo. En julio pusieron en marcha la Operación Valkiria. El coronel de estado mayor von Stauffenberg accionó la bomba en unas instalaciones donde se encontraba Hitler, pero no terminó con su vida.
Adolf Hitler descubrió las opiniones de Rommel. Supo que le habían propuesto sustituirle. Pero no podía condenarlo a muerte ante una opinión pública y un ejército que le idolatraban. Ahí fue cuando se recibió la segunda llamada en la casa familiar de Herrlingen.
La segunda llamada telefónica
Había pasado poco tiempo. Era 14 de octubre de 1944, cuatro meses y apenas una semana desde la primera llamada, el desembarco. El general había regresado a casa para recuperarse de las heridas en el campo de batalla. Sabía que la casa estaba vigilada por las SS. Cuando sonó el teléfono, escuchó indicaciones de cuartel general en Berlín. Pasaron a visitarle dos generales del estado mayor, Whilhelm Burgdorf y Ernest Maisel. Rommel no se extrañó. Tras la visita, le dijo a su esposa: "dentro de un cuarto de hora estaré muerto". Los generales le habían dado solo dos opciones: morir de un disparo o suicidarse. Si elegía el suicidio, tendría un magnífico funeral de estado y su familia seguiría siendo la de un héroe de guerra. Rommel sabía que no tenía otra salida y mordió la cápsula de cianuro que le ofrecieron.
El entierro de Rommel fue muy solemne, con honores de estado, grabado con diversas cámaras perfectamente emplazadas y con la teatralidad con la que los nazis realizaban sus películas propagandísticas, para que quedaran para la posteridad. Podéis ver el resultado a continuación, en un capítulo de NODO disponible en RTVE Play. Incluye otros seis reportajes sobre la Segunda Guerra Mundial que hieren la sensibilidad, aunque se sea fiel a los documentales de La 2 sobre el sangriento siglo XX en Europa.
Testimonio de primera mano
La 'World War II Foundation' (Fundación de la II Guerra Mundial), es una entidad norteamericana que trabaja para concienciar sobre el sacrificio de los hombres y mujeres del bando aliado y para que los jóvenes y las futuras generaciones lo conozcan y valoren. La fundación investiga, junto a entidades públicas o privadas, y entrevista a quienes vivieron aquellos hechos históricos de primera mano, que con el paso de los años van siendo cada vez menos.
Uno de esos testigos, fallecido en 2013, fue el entonces alcalde de Stuttgart, Manfred Rommel, el hijo del general. Ocupó la alcaldía durante 22 años, era apreciado y valorado por su labor y entabló amistad con los hijos de quienes fueron enemigos en la guerra de su padre. Por ejemplo, conocía a los hijos del general inglés Montgomery, que se enfrentó al su padre en África, o al hijo del comandante norteamericano George Patton.
Manfred Rommel tenía ideas liberales, pero aun así pertenecía al partido CDU, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, la formación de la excancillera Angela Merkel, la de la actual presidenta de la Comissión Europea Ursula von der Leyen o de Konrad Adenauer, el primer canciller de la Alemania Occidental y uno de los fundadores de la Unión Europea. Como alcalde, fue muy apreciado por sus políticas ciudadanas y por el trato justo que daba a los inmigrantes.
Por cierto, en aquellos años en que contempló el ascenso y la caída de su padre, Manfred Rommel fue reclutado en la Luftwaffe como artillero antiaéreo. Y él mismo pidió, tras un tiempo y entrenamiento, integrarse en las SS, aquel sangriento ejército paralelo de Himmler. Pero su padre lo disuadió. Y cuando se suicidó, Manfred desertó y se rindió a las fuerzas francesas.
Ya puedes ver online el documental que estrenamos sobre el mariscal de campo Erwin Rommel se basa en la entrevista que la WWII Fundation realizó a su hijo Manfred Rommel.
Mira también en RTVE Play los dos capítulos de estreno la excelente serie Apolcalipsis: 'Hitler ataca Europa Occidental. 1940'.