Cómo se conocieron Fabiola y Balduino, dos reyes que se amaron
- No pudieron tener hijos debido a un problema de fertilidad de ella
- ¿Por qué el vestido de boda de Fabiola no envejece?
Aunque hoy en día suele ser más común, que en 1960 un rey se casara por amor era algo inusual, casi de cuento, pero Balduino, rey de Bélgica, eligió a la mujer con la que compartiría el resto de sus días sintiendo que de verdad Fabiola de Mora y Aragón era la persona indicada, como hemos visto en el último documental de Lazos de sangre. La noticia volvió loca a la prensa española que veía cómo una noble española se convertía en reina de Bélgica. Con estos ingredientes, normal que aquella boda pasase a la historia, pero ¿cómo empezó todo? ¿cómo se conocieron?
¿Quisieron casar a Doña Pilar con Balduino?
"La pregunta de que cómo se conocieron Balduino y Fabiola la verdad es que es una pregunta que ha traído cola, porque de hecho nosotros ni siquiera lo sabíamos hasta que murió mi tío", comenta Leticia Ruiz de Ojeda, sobrina nieta de Balduino y Fabiola, en el documental. Una historia que descubrimos por fin en Lazos de sangre, y es que hay dos versiones muy distintas de la historia. La versión más extendida hasta ahora nos hacía creer que el Conde Barcelona, Juan de Borbón, quería casar a la infanta Pilar con el rey belga para que su hija se convirtiese en reina consorte. Provocaron un encuentro entre ambos en un baile y se decide que la infanta Pilar vaya acompañada de Fabiola de Mora y Aragón, con tan mala suerte que a Balduino no le gusta Pilar de Borbón porque la consideraba "demasiado explosiva, demasiado Borbón", y sí se fija en Fabiola, una mujer hecha a su medida. Desde ese momento la historia sería fácil de contar, encuentros que afianzan la relación hasta el día de la boda y el resto ya es conocido.
Fabiola buscaba una novia para Balduino
Sin embargo, hay otra versión mucho más "oscura", según la periodista Consuelo Font. Al parecer Balduino no encontró a Fabiola por casualidad, sino que "fue una verdadera investigación, una investigación por todo lo alto en la que intervinieron obispos y cardenales, por supuesto…", explica Alfredo Amestoy. Una teoría que confirma su propia sobrina nieta, Leticia Ruiz de Ojeda, en el documental: "Su matrimonio era una cuestión persona, pero una cuestión de estado también".
El rey belga era el soltero de oro y por eso debían asegurarse de que consiguiera una esposa adecuada. Por un instante pensaron en "dejarlo en manos de la providencia", pero finalmente el cardenal Suenens contactó con Verónica O'Brien, "una persona maravillosa, irlandesa, a quien encomendaron la tarea de buscarle una novia... tal cual". Su sobrina nieta, Leticia, cuenta que el monarca tenía mucha devoción por Santa Teresa de Ávila y por ello decidieron venir a España a "buscarle una novia".
Buscaron en un colegio de chicas y allí contactaron con Fabiola, "pero más que nada para que fuera ella quien les introdujera un poco en la sociedad y ver quién podía tener sentido y quién no", cuenta Leticia. La idea inicial no era que Fabiola se convirtiese en reina, sino que ella buscase a la persona adecuada, entre otras cosas porque ella era dos años mayor que él, y en aquel momento eso no estaba muy bien visto. Sin embargo, cuando Verónica O'Brien vio a Fabiola no tuvo dudas: "Es ella", y así se lo hizo saber al rey Balduino.
La descripción que le pasaron a Balduino fue que se trataba de "una mujer muy interesante y muy elegante", mucho más que la media: se había independizado de sus padres, aunque aquello en esa época fuese poco común, hablaba cinco idiomas, era una mujer formada y muy capacitada. Después de eso, se encontraron por primera vez en Burselas, en la casa de Verónica O'Brien. El encuentro fue secreto y Fabiola tuvo que viajar a escondidas de su familia, que no podía conocer el motivo de su viaje... Iniciaron su relación en ese momento, se enviaron cartas en secreto sin parar y descubrieron que estaban hechos el uno para el otro. Tenían hasta el mismo complejo: la nariz, que ambos decidieron operarse a la vez incluso sin conocerse.
"Era muy difícil entender a mi tía Fabiola sin mi tío Balduino y entender a mi tío Balduino sin mi tía Fabiola. Eran uno, eran uno de verdad", confiesa Luis Escrivá de Romaní, otro de los sobrino nietos de Fabiola que ha querido aparecer en el documental para hablar de sus tíos. Todo el mundo admiraba a esta pareja que nació casi por casualidad, pero que parecía estar destinada, "estaban enamorados de verdad", asegura el Padre Ángel.
La boda: el evento del año que comentó hasta Marisol
El broche final de ese noviazgo fue la boda que celebraron en Bélgica. Jaime de Mora y Aragón, hermano de la novia, se enteró del compromiso por un periodista y tras una terrible traición se le negó la asistencia al enlace, a pesar de eso la boda fue el evento del año. Fue tal el impacto que tuvo, que España ingresó en la Sociedad Europea de Radiodifusión, o sea, Eurovisión, para poder transmitir la boda de Fabiola y Balduino. "Se agotaron todos los televisores de las tiendas de radio y televisión porque la gente quería ver la boda que se retransmitía en directo", cuenta Jaime Peñafiel, que vivió muy de cerca toda esa historia. Quien no pudo comprarse una televisión "porque era una cosa de ricos", esperó frente a los escaparates viendo la retransmisión.
Fue tal la expectación que causó la boda, que incluso salió mencionada en una de las películas de la estrella de nuestro cine en aquellos años sesenta, Marisol. Todos querían ver cómo acababa esa historia, nadie quería perderse como una española se convertía en reina de los belgas.
En esa época las reinas se vestían a través de los talleres de costura que había en los palacios, pero en eso Fabiola también quiso marcar la diferencia. Ella eligió a un gran diseñador para realizar su vestido de boda, "fue la primera reina que eligió a un diseñador internacional reconocido para vestirse en su boda", explica Nacho Montes, periodista y analista de moda.
Para la ocasión eligió al modista más importante de la época, Balenciaga. El vestido se idea en San Sebastián y se confecciona en Madrid. Después de rechazar cuatro vestidos, dieron con el adecuado: "No habrá un vestido en todas las reinas de las monarquías europeas más de reina", cuenta Nacho Montes. El vestido era un dos piezas pero cosido entero que resultaba ser al final una única pieza vestido y capa con la cintura fruncida y visón blanco.
Sin heredero al trono pero felices
Fueron un matrimonio feliz, pero sin hijos. Por más que quisieron y por más que lo intentaron, nunca pudieron ver cumplidos sus deseos. Fabiola sufrió cinco abortos y tuvo varios embarazos extrauterinos. Tras el segundo aborto, Fabiola y Balduino buscaron a un reputado ginecólogo suizo muy prestigioso intentando encontrar respuestas, fue él quien les explicó que tenía un "defecto en su sistema reproductivo" y que solo "el 10% de sus embarazos podrían llegar a término y sólo el 5% de los fetos llegarían a sobrevivir”, cuenta la periodista Consuelo Font.
A pesar de todo aprendieron a sobrellevar la situación, "el hecho de que ella no tuvo hijos fue fundamental en su vida porque ella supo asumirlo como un designio de Dios y supo darle la vuelta", cuenta su sobrino Luis. Y es cierto que se dedicaron a cuidar de todos sus sobrinos, que eran muchos y se volcaron con los niños de algunos orfanatos.