Giulia Tofana, la 'envenenadora' de maridos
- Fue una cosmetóloga del siglo XVII que comercializó una pócima llamada ‘Agua Tofana’
- Más de 600 hombres murieron a manos de sus esposas tras consumirla
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Giulia Tofana es una de las protagonistas de las preguntas de hoy de ‘Saber y ganar’. Esta cosmetóloga del siglo XVIII dio nombre a una pócima que ella misma preparaba y que sirvió para que decenas de mujeres acabasen con la vida de sus maridos. Hablamos del Agua Tofana. Se calcula que unas 600 mujeres obtuvieron este elixir preparado minuciosamente por la italiana, quien fue descubierta cuando una de sus clientas se arrepintió de querer matar a su marido y la delató. Conoce su historia.
Giulia Tofana, la envenenadora más famosa del mundo
Se sabe que Giulia Mangiardi, su nombre real, nació en Palermo en el siglo XVII y fue hija de Teofanía d’Adamo, quien murió ejecutada en el año 1633 tras ser acusada de matar a su marido. Giulia se ha hecho famosa en el mundo entero por ser la cosmetóloga que preparaba pócimas para que las mujeres, sobre todo las de clase baja que tenían matrimonios muy difíciles, acabasen con la vida de sus maridos sin levantar sospecha. Cabe recordar que en aquella época los matrimonios por amor no eran algo habitual y que muchas mujeres, cansadas de soportar abusos y malostratos, acababan acudiendo a la italiana para poder liberarse de su situación. Algunas de las teorías dicen que fue su madre quien le enseñó la receta de la pócima letal mientras que otros apuntan a que ella misma, después de pasar mucho tiempo trabajando al lado de boticarios, desarrolló su propio elixir de la muerte. Lo cierto es que se desconoce la composición exacta del ‘Acqua Tofana’, como se la conocía, pero la mayoría de investigaciones apuntan a que contenía arsénico.
Un veneno muy discreto
El punto fuerte del ‘Acqua Tofana’ era que no levantaba sospecha alguna. Se vendía disfrazada de "Maná de San Nicolás de Bari", un aceite curativo que, tal y como afirmaban en la época, goteaba de los huesos del santo. Además, era inodoro, transparente e insípido, y se podía dosificar en los platos de comida y calcular la fecha de su efecto final en función de la dosis. A todo esto hay que añadir que no dejaba ninguna señal en el cuerpo de la víctima con lo que era un arma perfecta para cometer crímenes.
Casi dos siglos después de su muerte, el ‘Acqua Tofana’ seguía suscitando interés. De hecho, la revista ‘Chambers’s Journal’ publicó estas palabras en referencia a la pócima en un número de 1890: "Administrado en vino o té o algún otro líquido por el traidor halagador, [producía] un efecto apenas perceptible; el marido se ponía un poco de mal humor, se sentía débil y lánguido, tan poco indispuesto que apenas llamaría a un médico. Después de la segunda dosis de veneno, esta debilidad y languidez se hacían más pronunciadas”.
En la descripción se comentaba que "el médico se quedaría completamente perplejo al ver que la dolencia aparentemente simple no se rendía a sus medicinas, y mientras aún no sabía cuál era su naturaleza, se le daban otras dosis, hasta que finalmente la muerte reclamaba a la víctima".
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Delatada por una de sus clientas
Se calcula que Giulia Tofana ayudó a unas 600 mujeres a acabar con la vida de sus maridos gracias a su pócima. Lo que no imaginaba era que una de ellas sería quien la delataría. Poco antes de echar el veneno en la cena de su esposo, se arrepintió y confesó ante las autoridades que la italiana lideraba un negocio clandestino con el fin de cometer asesinatos. Sin embargo, Giulia era tan popular que los ciudadanos de Roma, lugar donde vivía, impidieron que la arrestaran y ella intentó huir. No obstante, el rumor de que había envenenado el agua de la ciudad hizo que la detuvieran y que fuese interrogada. Bajo tortura, confesó los 600 asesinatos y fue ahorcada junto a su hija, una de sus ayudantes, en el Campo de’ Fiori en 1959.