Celebramos el centenario del nacimiento de Stan Lee, padre de los superhéroes
Noticia Página Dos
- Stanley Martin Lieber nació en 1922 en Manhattan, hijo de inmigrantes judíos rumanos
- Fue a la escuela en el Bronx y en 1940 tuvo su primera oportunidad en el cómic
- El primer éxito le llegó en 1961, con Los 4 Fantásticos
Hace exactamente cien años nació en Manhattan un niño nervioso, tímido, lector y fan de Errol Flynn que con el tiempo se convertiría en el escritor y editor de cómics más célebre de nuestra era: Stan Lee, la estrella de Marvel. Gracias a él la firma pasó de ser una pequeña editorial que publicaba novelas pulp al gigante que es hoy.
De su imaginación —y con la colaboración de maestros como Steve Ditko y Jack Kirby— nacieron personajes icónicos como Spider-Man, X-Men, Los 4 Fantásticos, Hulk, Iron Man, Thor, Daredevil, Doctor Strange o Bruja Escarlata.
¿Cómo se crea un buen cómic, con protagonistas que conecten con el lector? Responde Lee: «Lo primero es convertirte en un buen contador de historias. Para eso debes leer mucho, y evaluar: ¿por qué me gusta esta trama y no otra? ¿Qué cualidad tiene? Intentar aprender un poco sobre lo que le motiva a la gente. Y, al empezar a escribir, ser autocrítico. ¿Es esto realmente interesante? ¿Lo leería si no fuese mío?».
Uno de los méritos de sus personajes es que no son dioses del olimpo; siempre tienen una parte humana y falible. «Ha de ser lo más real posible, con varias dimensiones y debilidades. Has de sentir que conoces a un muchacho como Peter Parker, que se parece a cosas que ves en la vida real.»
«Todo el mundo necesita un ídolo»
Stan Lee aprendió no solo leyendo, sino observando. De adolescente tuvo varios empleos —recadero, ayudante en una oficina, escritor de obituarios— hasta que en 1940 entró a trabajar en Timely Comics, que más tarde se convertiría en Marvel. Tenía veinte años cuando le publicaron su primer relato de dos páginas. Admiraba a Robert Louis Stevenson o Arthur Conan Doyle.
No es habitual que un autor despierte casi tantas pasiones como sus personajes. Los lectores han mostrado su fervor por Stan Lee en ferias, certámenes, firmas de libros y presentaciones. El director Kevin Smith le dio un cameo de honor en Mallrats (1995). «Los fans son maravillosos. Yo también he sido uno de ellos, admiro a muchos actores y escritores. Los seguidores pueden ponerse en contra de ti en un segundo si te equivocas o les desilusionas. Para no decepcionarles, te esfuerzas al máximo, así que probablemente ayudan a que un producto sea mucho mejor de lo que iba a ser. Y aprendo de ellos, les escucho, siempre son sinceros.»
El autor explica cómo nació Spider-man, quizá la creación que más alegrías le dio. «Le dije a mi editor que tenía en mente a un superhéroe adolescente, torpe, con problemas personales. Me dijo: ¡es la peor idea que he oído en mi vida! Esperé mi momento. Meses después, incluí una historia en la revista Amazing Fantasy. Los lectores se volvieron locos. Así empezó todo. De aquello aprendí a no confiar siempre en los expertos. Mi editor sabía lo que se hacía, pero seguí mi instinto.»