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Cine al que regresar

"Follarse a las mentes" y otras lecciones de 'Martín (Hache)' que cumplen 25 años

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Cecilia Roth y Federico Luppi en 'Martín (Hache)'
Cecilia Roth y Federico Luppi en 'Martín (Hache)'

Se cumplen 25 años de la película con la que el cineasta argentino Adolfo Aristarain recreó un universo de palabra y verbo en el que podían cobijarse todos aquellos desheredados que no encajaban en ningún lado. Considerada una película de culto para varias generaciones, a través de sus diálogos punzantes, directos y desgarradores, Martín (Hache) reflexiona sobre aspectos de la vida que remueven a todos, con un guion que mete el dedo en las convenciones sociales, el sexo, el amor, las drogas o la muerte.

Apoyadas en las feroces interpretaciones de cuatro monstruos. Todos se entregan en cuerpo y alma. Con Federico Luppi haciendo del descreído y cauto padre de Martín, con reflexiones memorable que mezclan dolor, cinismo y ternura. Siempre habla de forma implacable, muchas veces, desde la impotencia. Su hijo, al que interpreta un jovencísimo Juan Diego Botto, un alma libre, optimista, borracho de ideales y ganas de vivir. Les acompañan, Dante (Eusebio Poncela), un hombre enganchado a las pasiones y el hedonismo, y Alicia, que brilla en uno de los papeles más memorables de Cecila Roth, ganadora del Goya por su interpretación en esta película que llegó a los cines en 1997.

Federico Luppi, Juan Diego Botto y Cecilia Roth

Federico Luppi, Juan Diego Botto y Cecilia Roth

Con un texto cuidadísimo, Aristarain consigue algo complejo en el cine, construir una historia discursiva, con mucho torrente verbal y reflexivo, mantiendo la frescura narrativa con diálogos veloces, naturales y precisos. Un ejercicio que el cineasta argentino logra a través de la teatralidad sobre la que pivotan sus protagonistas.

Martín (Hache) construye un universo de personajes al borde del abismo, que no dejan de salvarse los unos a los otros. Pensamientos e inquietudes, se entrelazan para plantear filosofías de vida rabiosamente actuales hoy día. La película, que RTVE Play ofrece gratis en su plataforma, es un cruce generacional de visiones del mundo y la vida que ha dejado algunas conversaciones y lecciones de vida que merecen la pena ser recuperadas.

Eusebio Poncela en el papel de Dante

Eusebio Poncela en el papel de Dante

La patria es un invento

"Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso…eso es un verso, se extraña el barrio, pero también lo extrañas si te mudas a diez cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país es un tarado mental. La patria es un invento". (Hache)

Nunca piedas el control (sobre ciertas cosas)

"Las drogas son maravillosas porque te abren la mente, te hacen comprobar que la verdad no existe, que todo es relativo. La droga te da otra visión, otra dimensión, te hace ver que nada es lo que parece, que nada es. La única realidad es tu realidad y será lo que tú seas capaz de ver. Cuando te llegue el momento de probarlas no tengas miedo: eres un lúcido, eres inteligente, tienes el deber de hacerlo. Eso sí, no pierdas nunca el control. Mientras tú las controles no hay peligro, que no te controlen ellas a ti". (Dante)

Hay que follarse a las mentes

"De qué sexo sea en realidad me da igual, es lo que menos me importa, me puede gustar un hombre tanto como una mujer. El placer no está en follar, es igual que con las drogas. A mí no me atrae un buen culo, un par de tetas o una polla así de gorda; bueno, no es que no me atraigan, claro que me atraen: me encantan, pero no me seducen. Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer, poseer, dominar, admirar… La mente, Hache, yo hago el amor con las mentes, ¡hay que follarse a las mentes!" (Dante)

Martín (Hache), 1997 está disponible en RTVE Play

Martín (Hache), 1997 está disponible en RTVE Play

Ninguna mujer tiene dueño

Alicia es el personaje más poderoso de los cuatro. Un punto de unión entre el padre y el hijo, la amante que en realidad quería ser madre. Una mujer maltratada, desilusionada con el amor, sufriendo por lo que más duele: amar más de lo que te pueden llegar a querer.

Lo más importante que nos enseña Aristarian sobre las mujeres puede parecer obvio. Pero es un mandamiento rotundo, universal y que desgraciadamente no pasa de moda. En un momento de la película Dante dice: “Ninguna mujer tiene dueño”. No hay nada más que añadir.