Rafael Sánchez Ferlosio y la obsesión por reflejar la realidad
Noticia Página Dos
- El profesor y escritor Carlos Femenías firma esta biografía intelectual del autor madrileño
- Ferlosio formó parte de una generación que reimaginó la cultura tras la Guerra Civil
- La obra más célebre de este autor es El Jarama, Premio Nadal 1955
A propósito de Ferlosio. Ensayo de interpretación cultural (Alianza) es el primer libro del profesor Carlos Femenías. Fascinado por la figura de este escritor, Femenías enmarca el libro en un tramo que va de finales de los años cuarenta a principios de los noventa. Como otros hijos de la élite vencedora de la Guerra Civil, «el trauma de una culpa heredada jamás remitió, e impuso exorcismos que oscilaron entre la ruptura y la reformulación; entre el apego sentimental a modelos aprendidos en casa y el repudio de los valores que llevaban adheridos.» No se puede entender su obra sin hablar de esos fantasmas.
Culpa, rigor, exigencia. El magnífico ensayo de Femenías dibuja la figura de un autor contradictorio, reservado y obstinado, «un cascarrabias endiabladamente inteligente». Ferlosio fue «prolífico, anárquico y minucioso», se explica en el prólogo de Jordi Gracia, «lacónico hasta la opacidad para hablar de su memoria personal.»
Nació en Roma porque su padre, el escritor Rafael Sánchez Mazas, era corresponsal de ABC en esa ciudad. Creció en Madrid, veraneaba en Coria, estudió Filología y se casó con Carmen Martín Gaite. Su matrimonio duró de 1953 a 1970.
La vida literaria de Ferlosio pasa por su membresía en el Círculo Lingüístico de Madrid, junto con Agustín García Calvo, Isabel Llácer, Carlos Piera y Víctor Sánchez de Zavala. Junto a otros amigos —Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre— fundó la Revista Española. La primera novela de Rafael es Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951). En 1955 llegó El Jarama (Debolsillo).
¿Qué hace a esa obra tan especial? Igual que otros títulos del realismo social como La colmena (Cela), Las ratas (Delibes) o Nuevas amistades (García Hortelano), la novela conserva en ámbar un momento histórico, un modo de hablar y relacionarse, lo oscuro debajo de lo rutinario. Todos los libros mencionados, editados en la posguerra, reflexionan poéticamente sobre el paso del tiempo y la inocencia perdida.
La producción de ensayo en Ferlosio es prolífica: Las semanas del jardín, Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, El alma y la vergüenza, Non olet, Sobre la guerra, De algunos animales, La verdad de la patria… Su trayectoria fue galardonada en 2004 con el Premio Cervantes. «Mi interés en esta biografía» cuenta Femenías «era establecer un retrato intelectual y moral. Era alguien obsesionado con la rectitud.»
Luis Landero, en su reciente novela El huerto de Emerson (Tusquets), elige su frase preferida de El Jarama: «Pasó detrás de ellos un hombre con un borrico cargado de cañas verdes de maíz, con hojas que restregándose hacían un ruido fresco sobre el trote menudo. El arriero oscuro caminaba deprisa; miró a los brazos de Mely fugazmente y arreó chicheando con la boca, volviendo de súbito la cara hacia el camino y apretando la marcha».