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¿Crisis de confianza en la sanidad pública?

  • 706.000 personas están actualmente en lista de espera para una intervención quirúrgica
  • Siete de cada diez españoles están esperando una consulta médica
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Con bata blanca - ¿Crisis de confianza en la sanidad pública? - 07/10/22
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España siempre ha sido un referente en cuanto a la sanidad se refiere. Su Sistema Nacional de Salud, con acceso universal, ha sido alabado internacionalmente. Pero ¿qué está pasando en los últimos años, que se habla más de las deficiencias de este sistema que de sus virtudes? ¿La pandemia lo ha dejado en la UCI?

Desde que empezó la crisis de 2008 hasta 2019, el gasto sanitario público creció un 8% y el privado un 38%. Para Beatriz González López-Valcárcel, catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, “este aumento paulatino de la sanidad privada es un problema de sostenibilidad social: si las clases medias no usan la sanidad pública, ¿por qué van a pagar impuestos? Se deslegitima el Sistema Nacional de Salud”.

Uno de los retos a la hora de afrontar la sostenibilidad de la sanidad pública es el hecho de que, según Gonzalez López-Valcárcel, es un debate “ideologizado”. “El SNS es el mayor logro de la democracia: atención sanitaria, con financiación pública, a cargo de los presupuestos generales del estado y con criterios de acceso basados en la necesidad y no en la renta. Esto es el genoma del SNS y aquí no interfiere si la prestación la hace un hospital público o privado”, ha señalado. “La falta de acceso a la red pública sanitaria es un propulsor del aseguramiento privado. Estamos en cifras récord de personas esperando una intervención quirúrgica: 706.000 personas. Siete de cada diez españoles están esperando una consulta médica en la red pública”, por lo que argumenta que “una cosa es tener derecho a unas prestaciones y otra diferente es tener acceso a esos servicios”.

¿Gastamos mucho o poco en sanidad?

Según el último informe de la OCDE, España gasta menos en sanidad que otros países del entorno europeo. Aunque, según la catedrática “Lo importante no es cuánto se gasta, sino la salud que se consigue. España todavía tiene una esperanza de vida al nacer que está por encima del conjunto de la Unión Europea. Esa es la buena noticia. La mala es que la COVID hizo retroceder esa esperanza de vida mucho más en España que en el resto de Europa”. Nuestro país pasó de 84 a 82,4 años de esperanza de vida, un retroceso que nos sitúa en las cifras de hace una década. Sin embargo, en el conjunto de la UE, se pasó de 81,3 a 80,6 años, lo que supone un retroceso de solo 5 años.

Tal y como ha expuesto la experta “el gasto sanitario público en España es procíclico, es decir, varía en función del ciclo económico. Desde 2003 hasta el 2009, la tasa de gasto sanitario era de 9,1 % al año. Luego llegó la crisis y cayó tres puntos por año”, ha recordado. No fue hasta 2020, con la pandemia, que el gasto aumentó un 10,7% para hacer frente a los gastos derivados de la COVID. “Sin embargo”, remarca “este aumento del gasto no fue a parar a nuevas infraestructuras sanitarias o equipamientos médico: mientras que el gasto sanitario público total subió un 95%, el gasto de inversión se redujo un 14%”.

Para la catedrática, las principales tensiones sobre el gasto sanitario y la sostenibilidad financiera del SNS son el envejecimiento de la población; la expansión de la cronicidad de enfermedades costosas que requieren tratamiento durante años; y el gasto en medicamentos.

Soluciones disruptivas

Como propuestas de cambio, Beatriz González López-Valcárcel ha sido clara: “deberíamos ser disruptivos. No vale más de lo mismo. Quizá haya que cambiar radicalmente el modelo de atención primaria”, opina, “uno de los más envejecidos y con mayor desafección de los profesionales. La falta de profesionales es también un problema: el sistema compite por talento y por retener recursos humanos. Los gestores de la red pública están maniatados porque no tienen un marco jurídico que les permita gestionar RRHH y atraer profesionales", concluye.