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Literatura

Contra los plomos, los fantasmas y los que mandan sin saber. Así es el "Tostonazo" de Santiago Lorenzo

Noticia Página Dos

  • Vendió 200.000 copias de su anterior novela, Los asquerosos (Blackie Books)
  • Su escritor favorito —aunque es reticente a esta clase de cuestiones— es Galdós
  • Antes de escritor fue cineasta y actor, y dirigió cortometrajes y dos películas

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La nueva novela del escritor Santiago Lorenzo habla de su amor-odio a la industria del cine

«¿Por qué hay que aguantar al que se supone que manda mucho pero en realidad no tiene ni idea?». El escritor Santiago Lorenzo nació en Portugalete en 1964, y es hijo de profesores. Quizá por eso desde pequeño pudo observar que hay dos tipos de autoridad: la del respeto al que sabe y la del miedo al que manda. La primera es un vínculo de admiración, la segunda lleva a veces al desprecio. De eso habla en Tostonazo (Blackie Books), con la coartada de su experiencia en el mundo del cine.

Lorenzo estudió en Bilbao y luego en Valladolid, ciudad a la que siempre ha seguido vinculado. Allí rodó alguno de sus cortos, y parte de los largos Mamá es boba (1997) y Un buen día lo tiene cualquiera (2007). Este escritor defiende la teoría de que en el cine la mayoría de personas son fascinantes, pero siempre mandan los peores. Y el día que alguien se le acercó para decirle (sin razón) cómo tenía que hacer su trabajo dejó el oficio sin mirar atrás.

La paradoja es que pasó de cineasta de culto a escritor superventas: de Los asquerosos (Blackie Books) vendió 200.000 copias, aunque su libro preferido es el tercero, Las ganas (2014), que no vendió más de cuatro mil. El primero en publicarse fue Los millones (2010) y el segundo Los huerfanitos (2021). Hace diez años se mudó a una pedanía de Segovia con menos de veinte habitantes. Le gusta la tranquilidad, la austeridad sin tontería (sin hacerse el asceta interesante) y no ser molestado. Es perfeccionista —dice que le viene de su afición a las maquetas— y no tiene redes sociales, pero sí usa internet («es perfecto para estar solo o para estar acompañado»).

Tostonazo es el que manda y opina sin saber

Se escribe, cuenta, desde el resentimiento, porque si uno está feliz paseando por el bosque no hay conflicto ni fricción ni historia. Pero los momentos en los que no pasa nada también caben en una novela, y Lorenzo ha aprendido con los años a ponerse en el lugar del otro. «Madrid era un despelote», rememora Santiago de esos años en los que vivió y trabajó en la capital, antes de hartarse. En parte de eso va Tostonazo, de esas juergas asociadas a la vocación y a los corrillos del mundo del cine donde hay tantas personas con ilusión como personas con malos modos y peor gusto. «Y además son un aburrimiento».

El protagonista es un joven sin oficio ni beneficio que se ve, de repente, trabajando como becario en un film de cierto empaque. El rodaje va a estar mangoneado por un ignorante que manda sobre todos. Después de la experiencia, para olvidarse de la capital, el chico acepta un trabajo en un lugar de provincias. Y justo allí, cerca de la España vaciada («para mí el problema es la España llena»), el joven descubre la amistad, la alegría de ser y la vida vivible. Con todo, Santiago Lorenzo a veces echa de menos estar detrás de la cámara. «Sí. Era un oficio maravilloso. En realidad este libro es una declaración de amor al cine, pero como actividad humana y recreativa, no como negocio.»