Loles León hace un apasionado llamamiento a sus vecinos porque asegura que le están haciendo la vida imposible
- El problema vecinal que sufre Loles León le ha llevado a lanzar una petición pública en el programa
- La actriz se siente acosada por todo tipo de ruidos vecinales que, según cuenta, le hacen la vida imposible
- Ha acudido a 'La Gran Confusión' para relatar las historias de vecinos más divertidas
Las historias de vecinos han dado mucho de sí en la cuarta edición de “La Gran Confusión” a la que han acudido a hablar de sus vecindades, desde Bibiana Fernández hasta Carmen Lomana o la actriz Vanesa Romero. Xavier Sardà ha intentado averiguar con invitados y testimonios si en realidad somos buenos vecinos o si los vecinos son necesarios o más bien prescindibles.
Entre las muchas historias que se han contado sobre lo que ha sucedido en sus escaleras, ha destacado la de la comunidad de vecinos de Loles León. La actriz se ha mostrado muy preocupada por la situación en la que ha quedado con los vecinos que se han ido agolpando alrededor de su piso. Ha argumentado que los actores y las actrices necesitan mucha tranquilidad para preparar sus papeles y la situación de los habitantes de los pisos que la rodean lo hacen casi imposible en su caso.
Según ha contado Loles León, en el piso de arriba tiene que soportar la desmesurada inclinación a practicar todo tipo de deportes de los hijos de la familia. Desde las canicas hasta los patines, pasando por todo tipo de juegos de pelotas. La situación que ha provocado tal pasión deportiva de los niños ha generado en Loles una cierta ansiedad que incluso repercute en su trabajo.
Además, a los ruidos infantiles se añade, según ha denunciado con mucho sentido del humor, la costumbre de los padres de caminar con tacones con el consiguiente estruendo que eso genera sobre su cabeza. Y no solo lo ha explicitado de palabra, también lo ha escenificado en el plató del programa. Cuando Loles intenta hablar con los padres para que controlen su nivel de ruido, según afirma, no obtiene resultado positivo alguno porque argumentan "que quieren que sus hijos crezcan en libertad".
Y por si todo eso no fuera suficiente, sino que la vivienda que se encuentra debajo de su piso también presenta conflictividad en cuanto a los decibelios, especialmente por la costumbre de sus habitantes a practicar sus relaciones personales sin demasiado miramiento y a voz en cuello.
Sin embargo, el acoso sonoro al que se siente sometida la actriz no se acaba en su techo. También sus paredes laterales se ven sometidas a una intensa contaminación sonora. Loles ha pedido de forma ostensible y pública que todos sus vecinos cesen en su actividad acosadora para que ella pueda llevar una vida más natural.