La albahaca morada: cómo cosechar, conservar, cocinar y usar de insecticida natural
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- Aprendemos a cultivar albahaca, una planta beneficiosa en la cocina, para la salud y como antimosquitos
- El horticultor José Manuel Sánchez también nos decubre la coliflor blanca y morada, que... ¡menuda pasada!
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¡Hola, amigos hortelanos ! En la huerta tenemos algunas “plantas multiusos” y una de las que mejor encajan en ese formato es la conocidísima albahaca. Aromática, nutritiva, medicinal, ornamental y... antimosquitos. ¿Alguien da más? ¡Os lo cuento con detalle!
Así es la albahaca morada
“Ocimum Basilicum” pertenece a la familia de las Lamiáceas y hay unas 150 variedades en el mundo. En la cocina mediterránea estamos acostumbrados a utilizar la típica de color verde, tanto la de hoja ancha, como la de hoja estrecha usada para elaborar la famosa “salsa pesto”. Sin embargo, la más habitual en Asia es otra variedad de color morado, muy llamativa y con características de aroma y sabor diferentes.
En zonas de clima templado o cálido es una planta plurianual que rebrota cada primavera durante varios años, pero en entornos con inviernos de frío intenso no sobrevive a las heladas y se convierte en planta anual que hay que empezar a cultivar cada primavera para cosechar durante el verano y el otoño hasta que comienzan de nuevo las heladas.
Cómo cosechar, conservar y consumir
Requiere una ubicación soleada, pero le perjudica el sol muy intenso, así que por encima de 30 grados le conviene la semisombra. Se adapta muy bien a maceta y sólo necesita un sustrato suelto y bien abonado, riego ligero pero frecuente y despejar el entorno de malas hierbas, sobre todo al principio del cultivo. Si se empieza desde semilla se puede plantar con protección a principios de primavera para trasplantar a exterior hacia mediados de mayo o cuando no haya riesgo de heladas en la zona.
La forma más adecuada de cosecharla es por tallos enteros, aproximadamente por debajo de la hoja más inferior (y si el tallo tiene una parte leñosa en la zona inferior, por encima de ésta). Para consumirla en fresco y si no vamos a consumir todas las hojas del tallo o tallos cosechados, debemos poner la parte inferior de los tallos en un recipiente con agua para mantener las hojas en buen estado durante una semana. La planta ya adulta genera unos tallos florales que también son comestibles, tanto antes de que las flores se abran, como con las flores ya abiertas. Si se cosechan antes de que se abran las flores se consigue que la planta dure más antes de espigarse y tenerla aprovechable durante más tiempo.
También se puede consumir en seco. Aunque de esta forma pierde parte de su aroma y sabor en comparación con la planta en fresco, sigue manteniendo buena parte de sus características. Para ello, los tallos cortados deben colgarse boca abajo en un lugar protegido del sol, ventilado y seco. Aproximadamente a partir de un par de semanas o cuando las hojas o flores se hayan secado completamente, se separan de los tallos y se envasan en bolsas o frascos protegidos de la humedad para consumirse durante meses.
Ideal para la cocina y para la salud
Como la mayoría de las aromáticas aporta importantes beneficios para la salud, sobre todo como ayuda para una buena digestión de alimentos y evitar los molestos gases intestinales, como remedio de afecciones de las vías respiratorias y también como tranquilizante natural.
Pero es sobre todo en la cocina donde la albahaca se convierte en una auténtica maravilla. Dependiendo de la variedad elegida disfrutaremos de su intenso sabor y aroma: la albahaca verde, con matices anisados y dulzones, mientras que la morada con un sabor más fuerte que recuerda al clavo y un toque picante.
Podemos mezclarla en ensalada y también en todo tipo de guisos, pastas, carnes y pescados, directamente picada o en cremas y salsas (incluída la famosísima “salsa pesto”). También se preparan deliciosos aceites aromáticos con albahaca sola o combinada con otras plantas.
Pero no olvidemos que al mismo tiempo que nos alegra el gusto y el olfato a los humanos, les resulta totalmente repelente a los molestos mosquitos. Efectivamente la albahaca forma parte de una lista de plantas aromáticas “anti-mosquitos”, junto con otras como la citronela, el geranio-limón o la ruda. Son plantas que de forma natural y gracias a las sustancias volátiles que desprenden, espantan a los mosquitos y otros insectos que nos pueden hacer pasar un mal rato (sobre todo por la noche) y al mismo tiempo nos hacen de ambientador natural.
Para aprovechar al máximo su poder repelente, conviene situar macetas con una variedad de plantas anti-mosquitos en balcones, ventanas o lugares de paso de aire para favorecer que su aroma se extienda. También son efectivas en exterior (siempre conviene agitar sus hojas de vez en cuando).
Bueno amigos, creo que ésta vez os lo he puesto muy fácil. Una maceta de albahaca se puede adaptar a todo tipo de entornos y espacios, es muy fácil de cuidar y nos regala belleza, aroma, sabor y ¡hasta un sueño sin mosquitos !
Y de la huerta a la mesa con esas riquísimas recetas con albahaca que puedes consultar en el portal de cocina de RTVE. Además, descubre al horticultor José Manuel Sánchez en sus redes sociales.