¿Cómo podemos controlar la tensión arterial?
- Esta semana en Saber vivir os ayuda a cuidar vuestra tensión arterial
- Además, os ofrecemos unas recetas de aprovechamiento de judías verdes para cuidar la alimentación
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En Saber vivir hemos recibido una masterclass sobre el uso de la sal y su relación la tensión arterial, y es que si te han dicho que tienes la tensión alta o lo has visto con tus propios ojos en un tensiómetro esto te interesa.
Para empezar, hay que decir que la sal no es recomendable en ningún caso y sobre todo si la tomamos en exceso como suele pasar muy a menudo, ya que consumimos al día el doble de la cantidad recomendada. Como ya sabemos, cuánta más sal tomamos, más sed tenemos, y algo similar pasa con las arterias. Cuánta más sal tomamos, más agua pide nuestra sangre y aumenta la tensión de nuestras arterias, la misma que debemos vigilar para que no se sobrecarguen ni el corazón ni las arterias.
No a todos nos afecta por igual la sal
Hay personas sensibles a la sal y otras que son resistentes a la sal, es decir, personas en la que la tensión reacciona mucho, y por tanto, aumenta o desciende mucho con el consumo de sal y otras personas a las que apenas las afecta este consumo. Sea como fuere, seamos más o menos afortunados con esta sensibilidad, lo mejor es disminuir el consumo de sal. Para empezar porque no sabemos a qué grupo pertenecemos, y para continuar porque el exceso de sal no es bueno para nadie. Por eso lo mejor es disminuir el consumo de sal, ya que traerá beneficios claros para nuestra salud.
Ese es un buen comienzo, pero como ya imagináis la tensión arterial no solo depende de eso, hay algo que nos influye a todos con el paso del tiempo sin ninguna excepción: la edad. Con el paso del tiempo nuestras arterias pierden flexibilidad y cuando eso sucede aumenta la presión. Esto que parece inevitable con la edad, puede pasar también si tenemos malos hábitos en nuestro día a día como fumar, consumir grasas saturadas o consumir azúcares que provocan el endurecimiento de las arterias. Nuestro objetivo es mantener nuestras arterias en forma y para eso no hay nada mejor que hacer ejercicio y llevar una alimentación saludable.
Si sois de esas personas que cree que no toma nada de sal solo por no utilizar el salero, ¡os equivocáis! Esa no es la procedencia de la mayor de sal que tomamos, o al menos no toda, también hay una gran parte que consumimos de otra forma. Como podemos ver en la imagen hay un 15% de sal que añadimos a la comida, otro 10% de sal natural que llevan los alimentos y un 75% de sal oculta en los alimentos ultraprocesados. Ultraprocesados y simplemente todos aquellos alimentos que sean elaborados, como el pan o las galletas, que aunque sea dulces también llevan sal. Los ahumados, las conservas... son alimentos que debemos vigilar y si podemos tomarlos al natural mejor.
¿Por qué nos cuesta tanto quitarnos la sal?
¡Está claro que es por el sabor! La sal es un gran potenciador del sabor, por eso siempre que encontramos un producto con poco sabor decimos que está "soso" y asumimos que le falta sal. Quizás es un producto al que le falta sabor, pero solo por costumbre decimos que está "soso" y es que desde pequeños nos habituamos a consurmir productos con sal que tapan el sabor original del alimento.
¿La solución? Acostumbrar a nuestro paladar, reeducarlo y dejarle que vuelva a disfrutar de los sabores originales de un tomate o de pimiento. Si eso os cuesta, lo que sí debéis hacer es quitar los productos ultraprocesados, y es que solo con eso disminuimos a menos de la mitad el consumo diario de sal.
¿Qué hacemos para bajar la tensión?
Hay que consumir más potasio. ¿Y dónde podemos encontrarlo? En las legumbres como los garbanzos o las alubias, los frutos secos, en frutas como el plátano, verduras como la espinaca y en hierbas aromáticas como el orégano.