Norma Duval se hundió con la muerte de su hermana Carla, pero, ¿Cómo era realmente su relación?
- Norma era 8 años más mayor que Carla, y más que hermanas eran amigas inseparables
- Repasamos también los grandes amores de la exvedette
La vida de Norma Duval estuvo siempre iluminada por los focos y los flashes. La vida de Purificación Martín Aguilera, su nombre real, tuvo luces y sombras. Perdió a sus padres y a Carla, su hermana pequeña. Hace ahora 12 años de la tragedia que sumergió a la familia en tristeza y dolor. Carla dejaba viudo a su marido y huérfanas a las dos hijas del matrimonio, Andrea y Paula. El cáncer de útero se llevó a Carla, pero su recuerdo sigue vivo entre todos los que la quisieron. En el documental que Lazos de sangre dedica a la vedette más famosa de España, escuchamos a Norma Duval hablar de sus recuerdos y de cómo les afectó a todos la muete de Carla.
Carla Duval, un ser de luz
Cuando Carla nació, Norma tenía 8 años y Albino, el hermano mayor, tenía 10. La pequeña fue el juguete de la casa para los dos. "Fue un regalo del cielo que nos cae", dice la artista. "¡A Carla la adorábamos, la amábamos!". Esos ocho años que separaban a las dos hermanas permitieron a Norma que cuidara de la pequeña. Cuando la vedette estaba instalada en París, y ya tenía piso propio y solvencia, quiso apoyar a Carla, emocional y profesionalmente. "Me la llevé, la metí a estudiar a la Sorbona y fueron los mejores años de mi vida", cuenta emocionada en el documental, y dice que Lupe, como llama a su hermana, quiere estudiar diseño de moda. "Fue una de las etapas de mi vida más felices, más importantes y para recordar".
Carla no hizo carrera como diseñadora de moda, pero sí como artista, primero siguiendo los pasos de su hermana mayor en el mundo del espectáculo y luego como pintora, sector del arte en el que llegó a hacerse un hueco con sus bellos cuadros de caballos. Carla se casó con Santiago Paredes en 1996 y tuvieron a las gemelas Andrea y Paula. Dos hermanas para el hijo que Carla tuvo con el mexicano Rafael Rojas. En 2007 le diagnosticaron cáncer de útero, enfermedad contra la que batalló durante años. Murió en 2010, pero antes dejó clara una cosa: sus hijas tendrían que crecer con Norma. Norma pasó de tia a madre, y lo hizo con el amor que sentía por Carla. "Ella era un ser especial, un ser de luz, que ahora se dice mucho lo de 'ser de luz', pero es que ella lo era de verdad". Todos definen a Carla como una persona transparente, con un mundo interior, una dulzura y una generosidad inmensos. Carla fue siempre consciente de quien era su hermana, pero también de que no tenía que ser como Norma, sino de que podía ser ella misma y marcar su propio camino a su antojo.
Muy distintas, pero unidas más allá del final
"No tenían nada que ver, Norma era la fuerza y Carla la fragilidad, que no debidilidad", dice Arantxa del Sol. Norma era sexy y explosiva y Carla era dulce y entrañable. Tenían una relación de hermanas muy especial, a veces casi de madre e hija, pero también de amigas, eso por encima de todo. Por eso para Norma fue muy duro perder a su hermana, ya que perdió a su alma gemela. "No lo voy a superar en la vida", dice.
Norma estuvo "alma, corazón y vida" con su hermana permanentemente, hasta el último momento. Demostró una vez más la fuerza admirable que posee y la valentía que ha tenido siempre para enfrentarse a situaciones adversas. Perdió a su hermana pero ganó dos "hijas", ya que ella, con tres hijos varones, siempre quiso tener una niña. Y el destino quiso que tuviera dos, y ya criadas. Ser madre de sus sobrinas fue, como dice ella, bastante complicado, ya que tuvo que ser dura en muchos aspectos. "Siendo tan pequeñas todo se hacía más complicado".
Norma Duval pasó de madre a tía
Andrea y Paula también aparecen en el documental y hablan con mucho amor de su tía. "El trato no cambió mucho porque siempre nos ha cuidado y nunca nos ha faltado de nada, pero igual sí cambió un poco en cuanto a que tenía que hacer de madre. Entonces, nos tenía que regañar más", a pesar de eso las dos creen que su tía les ha educado "de maravilla". Confiesan que la adolescencia tuvo momentos difíciles, porque su tía no sabía como actuar en algunos casos. "Sobre todo cuando salían de fiesta porque se preocupaba mucho".
En el documental intervienen también dos de los hijos de Norma, Yelko y Christian, que han hecho un esfuerzo porque no les gusta salir en los medios de comunicación. Pero el amor por su madre es superior y han querido hablar de ella y del momento en el que sus primas se instalaron en su casa. "No fue un cambiom, fue todo muy natural", dice Yelko. "Siempre hemos estado tan unidos que no notamos la diferencia". Fueron las hijas que Norma siempre quiso y juntos han forman una gran familia, una familia que sabe estar en las buenas y en las malas, porque aunque todo ha salido bien, es más que evidente que fueron años difíciles para todos, sobre todo para Norma, que achaca el resultado a esa actitud suya de "tirar siempre pa'lante". La parte positiva es que ellas sus sobrinas "son maravillosas, son muy buenas", dice la artista. Las mira y ve que son la viva imagen de su hermana Carla. Eso siempre será un gran regalo para ella.