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Metrópolis dedica un capítulo monográfico a la pintora Isabel Villar

Noticia  Metrópolis
  • La pintora de 88 años crea universos utópicos de mujeres y animales salvajes
  • “Una artista fundamental para entender el modo en el que la figuración pictórica evolucionó en España en las últimas décadas del siglo XX”
  • El programa recorre su obra a partir de la exposición Leones en el jardín, comisariada por Sergio Rubira
  • El programa monográfico sobre Isabel Villar se emite el 1 de noviembre a partir de las 00.50h en La 2

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La Boda del torero (Isabel Villar, 1996)
La Boda del torero (Isabel Villar, 1996)

Metrópolis dedica su emisión a recorrer el imaginario de la pintora Isabel Villar (Salamanca, 1934), analizando su obra junto a la propia artista y recuperando valiosos fragmentos del archivo de TVE que permiten apreciar el talento y el compromiso de esta creadora singular a lo largo de las décadas.

Con 88 años, la artista salmantina sigue dedicando las mañanas a lo que más le gusta: pintar y sumergirse en su universo de mujeres, jardines y animales salvajes.

Cuatro pastoras y cuatro ovejas (Isabel Villar)

Cuatro pastoras y cuatro ovejas (Isabel Villar)

“Leones en el jardín”

Emprendemos este recorrido por la práctica artística de esta maestra de la pintura partiendo de la excelente exposición antológica Leones en el jardín, comisariada por Sergio Rubira, para DA2 Salamanca y CEART Fuenlabrada.

El proyecto, elaborado con rigor y un creativo montaje sensorial, ha logrado elevar a la artista salmantina al lugar clave que le corresponde dentro de la Historia de la Pintura española.

Desnudo y tres gruyas (Isabel Villar)

Desnudo y tres gruyas (Isabel Villar)

Metrópolis ha filmado la exposición en ambas instituciones, y ha tenido el privilegio de compartir tiempo con Isabel Villar y con Sergio Rubira en su taller madrileño, constatando el excelente momento creativo de esta figura de la pintura española.

El capítulo también incluye unas declaraciones de la directora del DA2 Salamanca, Tate Díez, que comparte con el programa la satisfacción que ha supuesto llevar a cabo esta muestra en colaboración con CEART Fuenlabrada y comprobar cada día el entusiasmo con el que el público recibió las obras.

Además, para la preparación de este capítulo, se han seleccionado fragmentos de intervenciones históricas de Isabel Villar en Televisión Española, que permiten comprobar su temprana insistencia en sus elecciones temáticas y su compromiso feminista.

Una larga trayectoria

Isabel Villar comenzó a dibujar desde niña. En 1948 empezó a recibir clases de pintura en la Escuela de Bellas Artes San Eloy. Tras sus estudios en San Eloy, donde obtuvo los Premios de Pintura y Dibujo, se trasladó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En la capital se integró en el grupo conocido como «La Cepa», formado por Alfredo Alcaín, Manuel Alcorlo, Vicente Vela, Ángel Doreste, Antonio Zarco y conoció al que con el tiempo se convertiría en su marido, el pintor Eduardo Sanz.

San Pedro del Arroyo (Isabel Villar)

San Pedro del Arroyo (Isabel Villar)

En 1957 tuvo lugar su primera exposición colectiva en la Casa de Salamanca en Madrid y en 1958 expuso de forma individual por primera vez en la sala Miranda de Salamanca. En la madrileña Galería Sen la pintora realizaría en 1971 su primera exposición individual en Madrid; una muestra emblemática que supondría no solo su revelación artística sino también el momento a partir del cual emprende su propio camino pictórico.

Fernando de los Rios, Pablo Iglesias, Julian Besteiro, socialistas españoles (Isabel Villar)

Fernando de los Rios, Pablo Iglesias, Julian Besteiro, socialistas españoles (Isabel Villar)

En 2018 la Galería Fernández-Braso de Madrid le dedicó una amplísima y clave exposición individual con su obra más reciente.

La obra de Villar está en una veintena de museos y colecciones españolas, desde el Museo Reina Sofía hasta la Biblioteca Nacional.

Una creadora fundamental para entender la figuración pictórica española

Tal y como expone Sergio Rubira, Isabel Villar es “una artista fundamental para entender el modo en el que la figuración pictórica evolucionó en España en las últimas décadas del siglo XX”. Se ha hablado mucho de su original estilo, colorista y considerado “naif” pero hay mucho más. En palabras del comisario: “Su forma de pintar se podría enmarcar dentro de las corrientes vinculadas con esa forma particular de entender el pop aquí. Compañera de generación de muchos de esos artistas, su proyecto, sin embargo, se distingue por la creación de un mundo personal que parece fuera del tiempo y que, en su carácter casi mágico, se abre a múltiples interpretaciones, a infinitas lecturas, a ser parte de mil y un relatos”.

De Madrid a Salamanca, Iglesia del Oso (provincia de Ávila) (Isabel Villar)

De Madrid a Salamanca, Iglesia del Oso (provincia de Ávila) (Isabel Villar)

Un mundo utópico

Los escenarios de su pintura son jardines, bosques, parques y playas habitados, casi siempre, por mujeres, niñas y ángeles que, en soledad o en compañía, conviven con animales. Cuando se trata de animales salvajes, no huyen, ni atacan, aunque tampoco parecen estar domesticados, sino que son sus compañeros. En esos cuadros se resuelven algunos conceptos que se han considerado siempre contrarios: arte y naturaleza, artificial y natural, civilización y salvajismo, cultivado y silvestre…

Un mundo personal “fuera de tiempo”

El estilo de Isabel Villar es único y de gran originalidad. Su universo personal parece fuera del tiempo y “en su carácter casi mágico, se abre a múltiples interpretaciones, a infinitas lecturas, a ser parte de mil y un relatos”- en palabras del comisario. De manera que permite al observador aportar su propia mirada a las obras.

Retrato de bodas (Isabel VIllar)

Retrato de bodas (Isabel VIllar)

En los cuadros de conjuntos familiares logra una suerte de temporalidad suspendida. La poética interna de estas obras que podían ser los retratos familiares de todos nosotros está perfectamente analizada por el comisario de la muestra: “Estos retratos remiten a un pasado que siempre parece volver, que nunca se marchó. Las citas directas a la fotografía son fundamentales, no solo en los fondos, esos escenarios falsos que interrumpen a veces sus paisajes, sino también las referencias al álbum familiar, en este caso, al suyo propio. Se añade así una capa más de significado: podrían ser las fotografías de cualquiera, pero son los suyas, las propias, creando una suerte de inusual autobiografía, una galería de retratos que son a la vez familiares y extraños”.

Una mirada crítica y feminista

“Yo nunca he sido naif. Yo siempre he pintado lo que me apetecía y en ese momento me apetecía este estilo. Empecé con esta forma de pintar mía a finales de los sesenta, cuando dejé de hacer las piezas de estaño. Dije: ‘se acabó’. Y de un día para otro comencé a pintar así. Nunca he hecho realismo porque siempre me ha aburrido mucho.” (Isabel Villar)

Media mujer en campo violeta (Isabel Villar)

Media mujer en campo violeta (Isabel Villar)

Sus pinturas, lejos de ser ingenuas, parece que ocultan un mensaje crítico o un comentario social. Tampoco hay que olvidar que Isabel Villar está considerada una de las primeras artistas feministas del arte español. Con determinación, elige subrayar la identidad y el cuerpo de la mujer y hacerla protagonista de muchas de sus obras.

Embarazada en el jardín (Isabel Villar)

Embarazada en el jardín (Isabel Villar)

Al mismo tiempo, destaca su determinación para mantenerse firme en su estilo y en su manera de entender la profesión, más allá de modas y de influencias externas. Tal y como destacan en el programa tanto la artista como el comisario, “sus imágenes de mujeres embarazadas de comienzos de los setenta son excepcionales. No era un asunto que se representase”. De ahí la originalidad de su trabajo y la valentía de sus propuestas.

No olvidemos que detrás de la cercanía y de la aparente amabilidad de sus cuadros, en el trabajo de Villar existe una profunda reflexión social.