Los problemas de salud de Ainhoa Arteta: del COVID a la septicemia que casi le cuesta la vida
- Ainhoa Arteta forma pareja con Marta Soto en Dúos Increíbles
- Los médicos tuvieron que amputarle dos falanges de sus dedos el año pasado
Ainhoa Arteta la diva lírica de Dúos Increíbles no puede presumir de buena salud últimamente. Todo empezó cuando a principios del 2021 se contagió de COVID-19 y el virus acabó dejándola en silla de ruedas. Meses después, tuvo que ingresar en la UCI a causa de una grave septicemia derivada de un cólico nefrítico, que hizo peligrar su vida. Con la ayuda de los médicos consiguió sobrevivir, pero sus problemas de salud pasaron factura a sus cuerdas vocales. Todo en un año en el que también se divorció de su cuarto marido. Repasamos el complicado historial médico de la soprano estos últimos años.
El COVID-19 la dejó en silla de ruedas
Aunque parecía asintomática, su estado de salud después de contagiarse de coronavirus fue empeorando a medida que la infección iba bajando a los bronquios y los pulmones. Una situación que preocupaba, y mucho, a Ainhoa Arteta. "Me angustiaba porque tanto la voz como los pulmones son mi medio de trabajo. Siempre he ido con mucho cuidado, pero está claro que en cualquier lado y sin avisar está el virus", se sinceraba en sus redes sociales. Por suerte, no tuvo que ser hospitalizada por aquel entonces.
Meses después de aquel susto, sus fans se precouparon cuando vieron a la soprano aparecer en silla de ruedas. "Lo que me pasa es una consecuencia del coronavirus que me ha salido ahora después de cuatro meses". Ainhoa Arteta explicó que se le habían "inflamado las venas dentro de las rotulas", por lo que debía reposar. Además, la cantante se quedó sin sensibilidad en el pie izquierdo, aunque luego la fue recuperando poco a poco. Así lo explicó en La hora de La 1.
El cólico nefrítico que la llevó a la UCI
A finales de julio del año pasado, Ainhoa Arteta tuvo que ser ingresada en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla por un cólico nefrítico que derivó en una sepsis, una infección generalizada muy grave, que hizo que permaneciera diez días en la UCI. Tuvieron que trasladarla en helicóptero, dada la urgencia de su caso. La situación la obligó a permanecer seis días en coma inducido. Los médicos no sabían qué hacer, ya que no estaba respondiendo a ningún antibiótico, por lo que decidieron jugar una últma baza: la penicilina, a la que Ainhoa Arteta era alérgica. A pesar de que eso le produjo una reacción cutánea, la cantante sobrevivió a la septicemia causada por la bacteria E-Coli.
Los médicos se vieron obligados a cortarle parte del dedo índice de la mano derecha y un dedo del pie derecho. "Tuvieron que operarme, tengo varios injertos y amputaciones", explicaba Ainhoa Arteta.
"Yo me vi en un espacio, no lo soñé, me acuerdo perfectamente. Estaba en un espacio que era azul oscuro intenso que no llegaba a negro y con estrellas como si tuviera mucha luz", así recordaba sus días en la UCI. Al despertarse, a Ainhoa Arteta le costaba volver a hablar, solo balbuceaba. "Quería decir una palabra y me salía como rara", aseguraba la cantante, que estuvo a punto de perder la voz. "A raíz de una de las intubaciones, se me cerró un ganglio de la cuerda derecha y me quedé sin voz, sin poder hablar ni cantar", explicaba.
Afortundamente, en noviembre del año pasado Ainhoa Arteta fue operada con éxito y pudo recuperar su voz. Después de todos estos sustos, la soprano siempre se ha mostrado optimista, aunque su vida personal también se haya tambaleado. Entre sus problemas de salud, salió a la luz la separación Ainhoa Arteta y Matías Urrea, su cuarto marido.