Bajo el título Una guerra lejana, el festival otoño estiríaco '22 tematiza la representación de la guerra en el arte
- Concebido en base a una revisión de la colección pública de Graz, el leitmotif de la presente edición adquirió suma actualidad con la invasión rusa de Ucrania
- A partir de esta y otras guerras, el festival investiga los mecanismos de represión que obran en la representación y percepción de los conflictos violentos
- steirischer herbst ’22 se emite en Metrópolis el martes 8 de noviembre, a las 00.50h en La 2
Metrópolis ofrece un recorrido por la 55ª edición del festival interdisciplinar steirischerherbst/otoño estiríaco, celebrada recientemente en Graz (Austria) bajo el título Una guerra lejana. Este lema fue elegido el año pasado por la comisaria jefe Ekaterina Degot tras detectar la presencia recurrente pero velada de conflictos violentos en la obra pictórica de los siglos XIX y XX propiedad de la ciudad.
Ante el trasfondo de la actual guerra de Ucrania, específicamente tratada en un prólogo fílmico en julio, el festival propuso una reflexión generalizada sobre la representación de la guerra en el arte desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Esta reflexión se materializó en la gran exposición central Una guerra lejana en la Neue Galerie Graz, en la que se yuxtaponen obras históricas y actuales y que permanece abierta hasta el 12 de febrero; una serie de performances en torno a los efectos de las guerras sobre las personas, desarrolladas, en parte, en las salas de la propia exposición; y la muestra Harun Farocki against War con películas tempranas del reconocido cineasta y activista antibelicista alemán en Forum Stadtpark.
El programa recoge, además, cuatro de las exposiciones colaterales que, desde diversas perspectivas enfocan las múltiples crisis a las que se enfrenta la sociedad actual.
Una guerra lejana. Prólogo
El prólogo fílmico que precedió al festival reunió una serie de películas sobre Ucrania, realizadas mayoritariamente por artistas y realizadores del país. El objetivo de los comisarios Mirela Baciak y David Riff consistió en, más que reflejar la situación actual, recordar con trabajos como Diorama (2018) de Zoya Laktionova (1984, Ucrania) que esta guerra empezó realmente en 2014 con la anexión de Crimea y la ocupación del Donbas y de Lugansk; Mykola Ridnyi (1985, Ucrania) expone, en Temerari (2021) las conexiones del conflicto con la política europea, tanto actual como del pasado, que ha convertido a Ucrania en un territorio sumamente violento, retratado por Dana Kavelina (1995, Ucrania) en su aclamada película Letter to a Turtledove (2020).
Una guerra lejana. Performances
El festival se inauguró con The Theatricality of a Postponed Death (2022), un recorrido por la ciudad a modo de marcha fúnebre, propuesto por Yaed Rassin (1979, Líbano) e inspirado en una performance realizada en los años 80 en Beirut en plena guerra civil. Boris Charmatz [terrain] (1973, Francia) estableció, bajo el título Noli me tangere. A Happening for Herz-Jesu (2022) un diálogo coreográfico con la Iglesia Herz-Jesu para recordar el significado original de la palabra ekkl¿sía (“reunión” en griego) en estos tiempos de distanciamiento social.
En las salas donde se muestra la gran exposición central, se desarrollaron, entre otras, la performance A Safe Space for Male Bodies (2022), en la que Giacomo Veronesi (1984, Italia) trabajó con hombres formados en el ejército austríaco para reflexionar sobre la vulnerabilidad y el cambio en la percepción del cuerpo masculino ante la amenaza de una guerra; y la acción permanente Margit, Maya and Vanessa (2022), un intercambio de objetos solicitado a los visitantes por tres performers escondidos tras los muros de las salas expositivas, concebido por Augustas Serapinas (1990, Lituania) como tributo a la solidaridad y el apoyo mutuo en tiempos difíciles.
Una guerra lejana. Exposición
Para la gran exposición en la Neue Galerie Graz el festival encargó, como todos los años, una serie de piezas nuevas a artistas que fueron invitados a visitar y responder a la colección. Estos nuevos trabajos se yuxtaponen, junto a otras obras de arte contemporáneo ya existentes, a una selección de cuadros históricos en las que se intuyen guerras lejanas o cercanas que no se quieren ver.
En el video Volga (2015) de Aslan Goisum (1991, Chechenia) una de esas guerras se intuye por la huida masiva de personas; Keti Chukrov (1970, Georgia) expone, en la tragicomedia Undead (2022), la pobreza y desesperación de la población tres décadas después de una guerra.
Nihad Nino Pušija (1965, Bosnia) refleja, en la instalación fotográfica Sarajevo and Berlin (1996-2008) otra guerra del pasado cuyas secuelas perduran a muchos niveles; la fascinación y obsesión con ídolos políticos son retratadas por Ekaterina Muromtseva (1990, Rusia) en el documental A Tough Male Portrait (2019). Esta fascinación también se percibe en algunas de las obras más controvertidas de la colección producidas y adquiridas durante la época nazi, que Assaf Gruber (1980, Israel) visibiliza en el video Never Come Back (2022).
Uno de los fundamentos de las ideologías racistas es la construcción de otredad, retada en el dibujo de tamaño real Unstable Vision (2021), en el que Rajkamal Kahlon (1974, Estados Unidos) combina el traje colonial de un antropólogo nazi con la cabeza de un indio Adivasi estudiado y fotografiado por él; mediante el análisis de la representación del buitre real importado de las colonias sudamericanas, en la pintura holandesa del siglo XVII, llevado a cabo por Willem de Rooij (1969, Países Bajos) con la serie King Vulture (2022); o en la escultura Whose Bones? (2022), con la que Flaka Haliti (1982, Kosovo) defiende el derecho a escaparse de cualquier tipo de categorización. En esta misma línea Kateryna Lysovenko (1989, Ucrania) presenta una serie de dibujos recientes protagonizados por seres híbridos, mitad animal, mitad hombre, que contrasta fuertemente con las representaciones heroicas en la propaganda de guerra.
Tanto dentro como fuera del museo se exponen, bajo el título Harmless War (2022), las esculturas postminimalistas realizadas por Zhanna Kadyrova (1981, Ucrania) con material dañado en la actual guerra de Ucrania, que acercan la realidad de esta guerra a los visitantes de la exposición, a la vez que denuncian la comodificación de la guerra en el mercado del arte.
Una guerra lejana. Harun Farocki against War
En Forum Stadtpark se presentó una selección de las numerosas películas en las que Harun Farocki (1944– 2014, Alemania) investigó, a lo largo de toda su carrera artística, cómo se generan las imágenes de guerra y cómo las guerras son situadas en la distancia. Comisariada por Antje Ehmann, la muestra incluyó, entre otras, las piezas tempranas Two Paths (1966) y White Christmas (1968), realizada en el marco de las protestas contra la guerra de Vietnam; y el ensayo A Way (2005), en el que el cineasta contrasta propaganda y realidad de la guerra, deconstruyendo, de paso, el mito de las supuestas "armas inteligentes".
SH’22/otoño estiríaco’22. Exposiciones colaterales
En la Halle für Kunst Steiermark se puede ver, hasta el 8 de enero, la exposición Systems of Belief, que reúne bajo curaduría de Cathrin Mayer, obras realizadas desde los años 60 hasta la actualidad por artistas que indagan en sistemas de creencias alternativos como método de autoexploración y rebelión contra las normas y exigencias de productividad establecidas. El Grazer Kunstverein acoge, hasta el 11 de diciembre, Maria Toumazou. RHYTHM, CITIZEN, un proyecto site-specific comisariado por Tom Engels, en el que la artista chipriota propone, a partir de la yuxtaposición de dos marcas de relojes, una reflexión sobre la relación entre el tiempo/ritmo y el público/ciudadano. El laboratorio de medios esc, que ha dedicado su programación de 2022 a la relación entre el cuerpo humano y la tecnología, expone, hasta el 18 de noviembre, una serie de proyectos reunidos por Reni Hofmüller bajo el título My Body : My Machine, que tematizan la percepción, el afán de optimización, la conversión en capital y la alienación de nuestros cuerpos en la era digital. En la Kunsthaus Graz se presenta, hasta el 8 de enero, la exposición Hito Steyerl. Animal Spirits comisariada por Katrin Bucher-Trantow, una instalación en forma de cueva que, en torno a un video central sobre la lucha de un pastor contra el lobo animal que devora sus ovejas y el lobo capital que devora el territorio, plantea reflexiones en torno a las relaciones establecidas entre naturaleza y tecnología, y entre sistemas ecológicos y sistemas de poder.