Página Dos charla con Liudmila Ulítskaya, Premio Formentor 2022
Noticia Página Dos
- La escritora rusa dejó Moscú y se mudó a Berlín tras el comienzo de la guerra contra Ucrania
- Su nombre aparece cada año entre los favoritos al Nobel
- El jurado le otorgó el Formentor por la «sensibilidad con la que narra la desdicha de las personas»
La escritora Liudmila Ulítskaya nació en 1943 en los Urales, pero creció y se educó en Moscú; tras vivir un tiempo en Israel, este año con el estallido de la guerra se mudó a Berlín. Las voces discordantes, y ella siempre lo ha sido, son menos bienvenidas que nunca. Su exilio empaña un año excelente en lo literario: suyo es el Premio Formentor 2022.
Bióloga de formación, trabajó en el Instituto de Genética de Moscú antes de comenzar a escribir. Poco antes de la perestroika se convirtió en directora del repertorio del Teatro Kámerni —teatro judío estatal— de Moscú. Es autora de más de una veintena de libros de ficción, cuentos infantiles y obras teatrales, con el aplauso unánime de crítica y público. Su novela Sóniechka (Anagrama) se convirtió en un acontecimiento literario publicado en más de quince países. Como en todas sus libros editados con Anagrama, la traductora es la también escritora Marta Rebón. Sóniechka es una historia sobre la identidad femenina en la que confluyen el amor y la separación, la vocación y el destino, el goce de la unión y el dolor de la infidelidad.
En Mentiras de mujeres Ulítskaya propone una aguda observación de los comportamientos del ser humano y sus debilidades. «Al final Ulises consiguió todo lo que deseaba: se introdujo en la cultura de la humanidad como en otro tiempo se había introducido en el caballo de Troya, dejó su estela por todos los mares, diseminó su semilla por un sinfín de islas y plantó a todo el mundo para regresar en el momento oportuno a sus obligaciones de rey en su querida patria. Engañó a todos aquellos que el destino puso en su camino. (...) Penélope se quedó sin nada. Pasó el tiempo entregada a sus labores ante su telar multiuso, tejiendo y destejiendo; su mentira, igual que su costura, era dúctil y evasiva... A pesar de sus vanos esfuerzos a lo largo de los años, no consiguió ocupar un puesto tan importante como el de su marido. Carecía de cierta cualidad femenina: el arte de la mentira.»
En Sinceramente suyo, Shúrik la escritora dibuja cuatro generaciones de una familia rusa, desde comienzos hasta finales del siglo XX. Las amantes del joven Shúrik, de extracciones sociales diferentes, representan a todas las capas de la sociedad: la artista revolucionaria, la infiel adinerada, la estudiante provinciana, la intelectual independiente, la desarraigada…
Liudmila Ulítskaya, muy crítica con la censura rusa, escribió desde pequeña. Diarios y cartas, y luego ficción. Su sueño era ser bióloga, y lo fue, pero al final ganó la escritura, que ella considera muy terapéutica. Además de en Anagrama, en España sus obras también se pueden encontrar publicadas por Lumen, Alba y Automática. Su nombre aparece cada año en las quinielas del Nobel. Cuenta con dolor su exilio, y cómo muchos intelectuales abandonan su país: «Para la vida cultural, la guerra es un veneno.»