Felipe de Edimburgo en 'The Crown': el actor que lo interpreta hizo de Gorrión Supremio y Papa Francisco

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Jonathan Pryce es Felipe de Edimburgo en 'The Crown'

Es toda una estrella en el Reino Unido, uno de los actores más populares grandes a los éxitos de la gran pantalla y sobre todo la televisión. Pero Jonathan Pryce huye de la fama y de la prensa rosa. "No soy una estrella, soy un actor", dice siempre con humildad. Un actor con un físico que le permite interpretar cualquier tipo de personaje, desde un villano que se enfrenta a 007 hasta un Santo Pontícife. Además, canta, y bien, y por ha hecho musicales en cine y teatro. En ambos terrenos ha destacado, y eso que empezó en la televisión. Su primer papel fue en 1972, era un policía sin nombre. Hoy, 50 años después, regresa a una serie, aunque ahora lo hace para interpretar a Felipe de Edimburgo en la serie The Crown Un personaje que en las temporadas anteriores lo interpretaron Matt Smit y Tobias Menzies. Ahora veremos a Pryce en un momento histórico único, tras las muertes, primero de Felipe y luego de Isabel II, interpretada por Imelda Staunton. Los dos actores se conocen desde 1988, cuando hicieron en teatro una versión de Tío Vania. Entre ellos hay admiración, respeto, amistad y complicidad, y por eso el rodaje ha ido como la seda.

Imelda Staunton y Jonathan Pryce como Isabel II y Felipe de Edimbrugo en 'The Crown' RTVE

Otro matrimonio, pero 'real'

Del matrimonio de la ficción al de la vida real. En el Liverpool de aquel 1972 de sus inicios conoció a Kate Fahy y durante 43 años estuvieron viviendo 'felizmente solteros'. Tuvieron tres hijos, Patrick, Gabriel y Phoebe, y en 2015 sorprendieron a la familia al anunciar que se casaban. No lo hicieron antes porque no lo necesitaban, quizá porque cuando se conocieron los dos estaban casados. De sus tres hijos, solo la pequeña se dedica a la interpretación. Gabriel es un conocido Chef que desde 2012 regenta el restaurante Rita`s. La familia es para Jonathan Pryce un refugio, un espacio a salvo de esa parte de su profesión que menos le gusta, y a veces le molesta. Y eso que es uno de los actores más queridos y celebrados de la profesión. La industria audiovisual también le tiene estima y respeto, y se nota en los papeles que le ofrecen y en los premios que le conceden.

Jonathan Pryce y Kate Fahy en la gala de los Oscar de 2020, en Hollywood, Los Angeles, California.

Del Tony al Oscar

Los premios que tiene en su estantería vienen el cine, el teatro y la televisión. Uno de ellos es el Tony que recibió por su papel de El ingeniero en Miss Saigón. Otro de los papeles que más alegrías le ha dado es Francisco I en Los dos Papas, rodada con Anthony Hopkins, ya que le reportó unas críticas excelentes y una nominación al Oscar a mejor actor, premio que siempre supo que no iba a tener porque competía con Joaquin Phoenix y Joker. Pero ha habido más. Películas como Glengarry Glen Ross, Brazil y Carrington, con la que ganó el premio a mejor actor en Cannes, le han colocado en lo más alto del cine, y en la televisión ha tenido un éxito igual o mayor. Luego ha hecho un cine más comercial, dejando siempre su impronta y talento en cada personaje. Le hemos visto como Juan Domingo Perón en Evita, cantando junto a Madonna y Antonio Banderas, como el gobernador Weatherby Swann en la saga de Piratas del Caribe y como el malvado Elliot Carver que se enfrenta a James Bond en El mañana nunca muere.

Jonathan Pryce portada de The Telegraph Magazine RTVE

De Gorrión Supremo a Felipe de Edimburgo

Su carrera televisiva tiene dos puntos de inflexión. Uno de los personajes que más famoso le ha hecho en todo el mundo es Gorrión Supremo en Juego de Tronos. Las escenas en las que castiga a Cercei Lannister con la celda de castigo y el 'Camino de la penitencia' no dejaron indiferente a nadie. "Tengo que verle como alguien bueno. Cada vez que alguien me dice que es malo o le odian, yo les pregunto que por qué piensan que es malo. El Gorrión está entre personas que fueron malas y él las ha hecho buenas", decía.

Ahora vuelve con un personaje controvertido. Interpretar al marido de Isabel II ha sido un gran reto, ya que tiene muchos matices y despierta todo tipo de sentimientos entre el público. Pero el actor ha investigado mucho y ahora lo entiende y lo defiende. "No creo que fuera un racista en absoluto. Era muy inteligente, curioso y, en su momento, innovador", dice en una entrevista con The Telegraph.

Cada vez que le preguntan, recalca que Felipe de Edimburgo siempre se sintió abrumado por ser parte de la monarquía. Por eso al principio quiso ayudar a Diana de Gales. Fue él quien habló con ella y le 'sugirió' que no pertenecía a una familia normal y que, por eso, no debía airear detalles de la vida privada. La princesa guardó silencio. Y ese silencio es lo que él esperaba. Mucho se ha hablado, y mucho se ha ocultado, sobre la relación entre Felipe y Diana, quizá ahora The Crown aclare algunas cosas.