Cuenca, la conquista del cielo
- Una ciudad Patrimonio de la Humanidad entre las hoces de los ríos Huécar y Júcar
- Paseamos entre la Edad Media y las vanguardias en una urbe siempre activa
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La altura ha sido el gran valor de Cuenca desde sus orígenes. Con los pies sobre la cima de un gran peñasco calizo, sus fundadores musulmanes levantaron una ciudad inexpugnable, todo un fuerte natural donde las murallas eran meros remates de los abismos que la rodean. Al norte, la boscosa hoz excavada por el Júcar; por el sur, la del Huécar, su pequeño afluente. Y en lo más alto, en el extremo oriental de la urbe, el alcázar que protegió la plaza de sucesivos e infructuosos ataques.
Roca inexpugnable entre ríos
No fue hasta 1177 cuando el rey cristiano Alfonso VIII consiguió conquistar Cuenca después de un largo asedio. Nuestro recorrido, de la mano del guía oficial Cristian Herraiz, parte precisamente del barrio del Castillo, que conserva poco más que unas piedras de la antigua fortaleza. Lo que no han cambiado son las vistas sobre sus dos profundos valles, donde los verdes combinan con los tonos grises y ocres de las cortaduras. Desde aquí podemos tomar diversos senderos que transitan por las laderas y permiten descubrir las antiguas casas de labranza conocidas como hocinos.
También es posible descender a velocidad de vértigo por la tirolina doble más larga de Europa, recién construida entre esta parte alta y las inmediaciones del Parador de Turismo de Cuenca, ubicado a medio kilómetro en la orilla opuesta del Huécar. Los promotores de la instalación, el matrimonio formado por Cristian Fernández y Begoña Guadalajara, nos invitan a contemplar todo el conjunto monumental de la ciudad alta, declarado Patrimonio de la Humanidad, desde esta inédita perspectiva aérea. En medio minuto nos habremos plantado junto al antiguo convento de San Pablo, ubicado a los pies del cerro del Socorro y a pocos metros del puente de San Pablo.
Arte al borde del abismo
Esta estructura férrea pintada de rojo, herencia del estilo de Gustave Eiffel, nos encamina de vuelta hacia el centro histórico con una vista magnífica de las casas colgadas, el emblemático conjunto de inmuebles de los siglos XV y XVI que se asoman al vacío. En su interior visitamos el Museo de Arte Abstracto Español en compañía de su coordinadora, Celina Quintas.
Un centro que colocó a Cuenca en el mapa del arte contemporáneo gracias a su promotor, el pintor filipino Fernando Zóbel, y a la mediación del artista local Gustavo Torner, que tiene su obra expuesta en la antigua iglesia del convento de San Pablo. Con la directora del Espacio Torner, Marta Moset, reflexionamos sobre las grandes cuestiones de la existencia a partir de las pinturas y esculturas abstractas que pueblan este templo desacralizado.
Tierra generosa en sabores
Las bellas artes conviven aquí con las que brotan de los fogones de restaurantes como Casas Colgadas y Casa de la Sirena, ambos regentados por el chef con estrella Michelin Jesús Segura. No podemos pasar por alto la labor de los productores agroalimentarios conquenses, agrupados bajo la marca de calidad Donde nacen los sabores. Su presidente, Diego Álvarez, nos presenta una amplísima gama de especialidades, que van desde los quesos artesanos de Villarejo hasta las carnes, pasando por el aceite de oliva, el vino o el azafrán, sin olvidar el resoli, el aromático licor tradicional que se consume especialmente durante la Semana Santa.
Paseo por la ciudad alta
Después de alimentar el cuerpo seguimos nutriendo el espíritu con un agradable paseo cuesta abajo desde el arco de Bezudo. Dejamos a mano izquierda la antigua cárcel, la Fundación Antonio Pérez en el convento de las Carmelitas y la iglesia de San Pedro. Podemos continuar por la central calle de San Pedro o por la muy pintoresca ronda Julián Romero.
Entre vetustas construcciones nobiliarias, que alternan fachadas de roca caliza y estuco en tonos cálidos, llegamos a la Plaza Mayor.
Es un espacio irregular, trapezoidal, poco más que un ensanche en la calle, rodeado de coloridos inmuebles del siglo XVI, que contrastan con los dos soberbios volúmenes blancos de este espacio: el ayuntamiento y la catedral. El frontal neogótico del templo, inspirado en la catedral de Notre Dame, da paso a un original interior construido y ampliado en diversas etapas desde el siglo XII. Su actual director, Miguel Ángel Albares, nos muestra el coro, el magnífico arco de Jamete, la doble girola y los patios a los que se accede desde el claustro de esta auténtica catedral colgada con hermosas vistas sobre la hoz del Huécar.
La Manhattan del siglo XV
Más allá del triple arco sobre el que se yergue la casa consistorial arranca la calle Alfonso VIII, que nos presenta en la acera de los impares una sucesión de edificios, aparentemente normales, que en realidad son solo la mitad superior de los llamados rascacielos (o casas hondas), inmuebles de hasta 12 alturas que se fueron encastrando en la ladera del cerro desde el siglo XV. Pueden contemplarse en todo su contrapicado esplendor desde abajo, desde el barrio de San Martín.
Viviendas de porte semejante nos esperan también en los encantadores barrios de San Miguel y San Juan. Pero nuestro paseo asciende por la calle Mosén Diego de Valera hasta la antigua judería. La torre de Mangana, con su gran reloj negro y su remate almenado, preside una amplia terraza con vistas hacia el llano.
Cuenca con C de ciencia
En sentido opuesto, la calle Santa María nos conduce hasta una pequeña plaza rodeada de edificios religiosos, la Merced, donde abre sus puertas el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha. Se trata de un espacio muy interactivo donde experimentamos desde un terremoto hasta un paseo por las estrellas. Cuenta con secciones de física, astrofísica, astronáutica, geología, biología, ecología y energías renovables. Lo recorremos junto a su astrónomo, José María Sánchez, y a Isabel Buleo, que dirige tanto este centro como el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha.
Además de fósiles y reproducciones de dinosaurios, el MUPA tiene un espectacular jardín mirador sobre la ciudad y un restaurante panorámico, Natura, donde el chef Nacho Ruiz juega con los sabores de Cuenca y del mundo en una original carta siempre acompasada con cada estación.
Más allá de la ciudad
Cerramos esta intensa visita con las propuestas del guía de naturaleza Daniel López, de Ecoturismo Cuenca, que nos sugiere acercarnos a la Ciudad Encantada y a otros entornos de la serranía. La guinda la coloca Sergio Muñoz, responsable de la empresa de vuelos aerostáticos A vista de globo, la perspectiva que nos faltaba para completar esta conquista del cielo conquense.
Nuestro recorrido
1. Barrio del castillo
2. Tirolina de las Hoces
3. Parador de Cuenca (antiguo convento de San Pablo)
4. Cerro del Socorro
5. Puente de San Pablo
6. Espacio Torner
7. Casas Colgadas (Museo del Arte Abstracto Español)
8. Fundación Antonio Pérez (antiguo convento de Carmelitas)
9. Arco de Bezudo
10. Iglesia de San Pedro
11. Ronda Julián Romero
12. Calle San Pedro
13. Barrio de San Miguel
14. Rascacielos del barrio de San Martín
15. Calle Alfonso VIII
16. Torre de Mangana
17. Plaza de la Merced
18. Museo de Ciencias de Castilla-La Mancha
19. Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha
20. Plaza Mayor
21. Casa consistorial
22. Catedral de Cuenca
Ver mapa de Cuenca más grande.
Voces del programa de radio
Fila superior: Cristian Herraiz (guía de Cuenca), Celina Quintas (Museo del Arte Abstracto Español), Cristian Fernández (Tirolina de Las Hoces), Miguel Ángel Albares (catedral).
Fila intermedia: Daniel López (guía de naturaleza), Diego Álvarez (Donde nacen los sabores), Isabel Buleo (museos de ciencias y paleontología), Nacho Ruiz (chef).
Fila inferior: Jesús Segura (chef), José María Sánchez (astrónomo), Marta Moset (Espacio Torner), Sergio Muñoz (A vista de globo).