Elizabeth Taylor no tenía los ojos color violeta, tenía pestañas dobles por esta rara mutación
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La emisión de La gata sobre el tejado de cinc nos acerca a Paul Newman y Elizabeth Taylor. La actriz era guapa a rabiar, y además era una mujer atractiva y sensual. Triunfó en el cine y en la vida real, coleccionó amores, joyas y premios Oscar. Era una estrella con una dimensión brutal, y una de las pocas actrices de Hollywood a quien se puede llamar diva sin miramientos. Con 10 años ya era conocida y disfrutaba el éxito de su película El coraje de Lassie, aunque fue con su segundo trabajo Fuego de Juventud, junto a Mickey Rooney, cuando pegó el gran salto a la fama. El caso de Elizabeth Taylor, Liz, es único, ya que es una de las pocas estrellas que era foco de atención por su profesión y su vida privada por partes iguales. Se casó ocho veces y tuvo tres premios Oscar de los seis a los que estuvo nominada, y eso que se merecía todos. Se llevó el Oscar por Una mujer marcada y ¿Quién teme a Virginia Woolf? (además de otro honorífico) pero se lo tenía que haber llevado también por De repente, el último verano, El árbol de la vida y La gata sobre el tejado de cinc.
Muchas de sus fotografías más famosas son de los rodajes y promoción de sus películas. Hay dos que son icónicas, de las primeras que te vienen a la cabeza cuando se habla de Liz Taylor: la que está sobre la cama niquelada, de La gata sobre el tejado de cinc, y la que está sentada de rodillas en la playa con un bañador blanco, de De repente, el último verano. Dos imágenes que sirvieron para ensalzar su belleza y sensualidad, pero también su aura de estrella.
8 bodas, 7 maridos
Con tan solo 18 se casó con el heredero del imperio hotelero Conrad 'Nicky' Hilton Jr, -aunque antes estuvo comprometida con el deportista Glenn Davis- pero el matrimonio solo duró nueve meses: se culpa a la agresividad y el alcoholismo del marido. Tan solo un año más tarde se volvió a casar, esta vez con el actor inglés Michael Wilding, 20 años mayor que ella. Tuvieron dos hijos y cinco años después del 'Sí, quiero' se separaron. Poco después del divorcio volvió a celebrar una boda, en esta ocasión con el productor Mike Todd. Tuvieron una hija, la tercera para la actriz, que enviudó tras la muerte de Mike en un accidente de avión. Fue único marido del que no se divorció. Luego se enamoró de Eddie Fisher y la noticia fue un escándalo mediático: él estaba casado con Debbie Reynolds, que era una de las mejores amigas de Liz y llegó a ser su dama de honor en la boda con Mike Todd. El siguiente marido, el cuarto, fue John Warner y se dice que fue la infidelidad la empujó a beber. El nuevo amor no tardó en llegar, y en marcharse. Fue el mexicano Víctor Luna: tuvieron un accidente de coche días antes de la boda y cuando ambos se recuperaron decidieron que era mejor seguir caminos separados.
Luego llegó el gran amor de su vida, Richard Burton. Se enamoraron en el rodaje de Cleopatra, estando los dos tomando grandes dosis de café para contrarrestar sus sendas resacas. La pasión que se desató entre ellos fue como un regalo para los mentideros y cotorras (ellos y ellas) de Hollywood. El amor duró 10 años y el desamor duró año y medio, porque volvieron a casarse. La boda fue en Botsuana, pero... solo aguantaron ocho meses. De su relación se han escrito miles de cosas y todos destacan las joyas que Burton le regaló, entre ellas el espectácular diamante 'Taylor-Burton' de 69 quilates, comprado en 1969 por 1,1 millones de dólares (Liz lo revendió años más tarde por el triple y destinó el dinero a fines benéficos en África) y la también famosa perla peregrina, tan vinculada a la realeza española.
En 1991 volvió a casarse para sorpresa de todo el mundo, no por la boda sino por el novio. El escogido fue Larry Fortensky, un 'currito' de la construcción al que conoció durante su estancia en un centro de desintoxicación. La boda se celebró en Neverland, el rancho de Michael Jackson y tan solo cinco años después se divorciaron.
A punto de morir
Elizabeth Taylor hizo películas maravillosas, ganó muchos premios por sus interpretaciones, pero Cleopatra es quizá su trabajo más recordado, aunque por otros motivos. "Cleopatra fue concebida en estado de emergencia, rodada en estado de histeria y terminada con un pánico ciego", dijo el director Josep L. Mankiewicz. La actriz pidió un millón de dólares y un 10% de los beneficios. ¡Era una gran estrella! ¡Era Cleopatra! “Si alguien es suficientemente tonto como para ofrecerme un millón de dólares por hacer una película, no soy tonta como para rechazarlo". El presupuesto inicial fue de dos millones de dólares, pero terminó con un gasto tan grande que casi provoca el hundimiento de la 20th Century-Fox y Walter Wanger: se gastaron 44 millones de dólares y la cinta solo recaudó 26 millones. Fue la película menos rentable de la historia. En el rodaje pasó de todo: una huelga de peluqueros y otra de las actrices que hacían de sirvientas de Cleopatra, se escapó un león y la señora Taylor cayó enferma, primero de meningitis y luego con gripe. Estuvo casi un mes de baja y estuvo a punto de morirLa metieron en un pulmón de acero, pero dejó de respirar cinco veces. Tuvieron que hacerle una traqueotomía para que pudiera respirar y le quedó una gran cicatriz en el cuello, lo que traía locos a los maquilladores.
El rodaje duró un año y ocho meses. Había empezado en septiembre de 1969 y el 28 de mayo de 1962 se rodó el suicidio de Cleopatra. Como recoge Juan Tejero en 'Este rodaje es la guerra', la Fox recibió ese día este telegrama: "Lo hemos conseguido. ¡Está muerta!". Cuenta también que cuando se estrenó la película los carteles no llevan ni el título ni los nombres de los actores, tan solo la imagen de Liz Taylor caracterizada como la reina de Egipto. No hacía falta más.
Una mujer solidaria
Su último trabajo fue en la versión cinematográfica de Los Picapiedra, rodada en 1994. Luego cambió de registro y se centró en causas humanitarias y labores solidarias, sobre todo batalló contra el SIDA, causa a la que se entregó tras la muerte de Rod Hudson: en 1992 se le hizo entrega del Premio Príncipe de Asturias (como cofundadora de AmfAR).
Su estrella nunca se apagó a pesar de estar alejada de los focos, y siempre mantuvo su entrega, compromiso y activismo. Murió el 23 de marzo de 2011, tenía 79 años. La causa de la muerte fue un fallo cardíaco. Liz siempre tuvo problemas de salud: osteoporosis, enfermedades respiratorias, un tumor cerebral. Tuvo que lidiar con el alcoholismo y las drogas, sobre todo el tabaco. Pero lo más raro de la actriz fue que al nacer sufrió una rara mutación en el gen FOXC2 que le 'regaló' una doble hilera de pestañas (pestañas supranumerarias), y se dice que también pudo haber provocado todos los problemas que tuvo en el corazón. También le hizo tener una mirada 'violeta', un tono provocado por el azul de sus ojos al estar enmarcados por su negro cabello. Hoy Elizabeth Taylor sigue viva, latiendo en el corazón de sus admiradores, como estrella relumbrante del cine, como reina del dorado Hollywood, como icono de belleza, como referente de talento, como mujer que se empoderó para luchar por sus sueños y ayudar en los de otros.