Mujeres rurales, el relevo: jóvenes dispuestas a romper moldes
- Desde el 2008, la mitad de la población ya vive en núcleos urbanos y se estima que en menos de dos décadas llegaran casi al 70%
- Según el Idescat, en Catalunya, el 90% de las personas que se dedican a la agricultura, ganadería y pesca, son hombres
- En España, las mujeres rurales dedican una media de casi 10 horas diarias a tareas domésticas; los hombres no llegan a las 2 horas
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La tendencia de la sociedad de hoy en día es concentrarse en las ciudades. Alrededor del 55% de la población mundial, 4200 millones de habitantes, vive ya en núcleos urbanos. En España, la población rural representa simplemente un 19%, lo cual conlleva un importante retroceso económico y la pérdida de todo un patrimonio cultural. Pero hay otro dato a destacar: se marchan el doble de mujeres que de hombres.
Invisibilización histórica
Las mujeres representan una clara minoría respecto a los hombres cuando nos fijamos en el sector agropecuario, desarrollado en su mayoría en entornos rurales. Su invisibilización histórica, que las ha subordinado durante tanto tiempo a ser acompañante de su marido y cuidar del hogar, aún se ve reflejada en la situación actual. La perspectiva de género en estudios como el Diagnóstico de la Igualdad de Género en el Medio Rural 2021, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, revela que la preferencia de los varones al acceder a la titularidad de las explotaciones agrarias, la notable brecha salarial y, sobre todo, el pretendido destino hacia funciones reproductivas, domésticas y de cuidados que se asigna a las mujeres en exclusiva, provoca una serias desigualdades que explican que este sea un oficio poco favorable para ellas.
Ley de Titularidad Compartida
Como se ha comentado, la cuestión de la propiedad de las tierras es uno de los problemas principales cuando hablamos de desigualdad en este sector. Las mujeres representan más de un tercio de las personas que trabajan en las explotaciones agrarias familiares, pero, en la mayoría de las ocasiones, son los hombres los que están registrados como titulares. Ellas, por su parte, aparecen como cónyuges en la categoría de “ayuda familiar”. Por ello, se han impulsado medidas como la Ley de Titularidad Compartida, que entró en vigor en 2012 y permite que haya dos titulares de la explotación y que se repartan los rendimientos y subvenciones al 50%. Pero esto no es suficiente.
Las tendencias de cambio no solo se ven reflejadas sobre el papel, sino también en la concienciación y la consecuente conducta de las nuevas generaciones, algo que ya está siendo estudiado a nivel académico. Un ejemplo es el grupo de Investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona, al que pertenece Mireia Baylina, pionero en la introducción del enfoque de género a la geografía humana catalana y española. “El rol social de estas mujeres desde el punto de vista de género ya no es el mismo que tenían sus madres. Son mujeres empoderadas que conocen el discurso de la igualdad de género y no están dispuestas a aceptar según qué relaciones. Con ello no quiero decir que no las tengan, que no se encuentren con actitudes discriminatorias y con situaciones incómodas. Las tienen, tanto en el ámbito productivo como el reproductivo, pero no se amedrentan”, asegura Baylina.
El Escarabajo Verde quiere conocerlas. Conocer a jóvenes que hayan decidido dedicarse al mundo de la agricultura y la ganadería para así ver cómo su presencia resulta imprescindible para que, en un futuro no lejano, las nuevas mujeres rurales crezcan en un entorno con roles de géneros más igualitarios.