¿Qué tienen que ver las lechuzas con los fantasmas y los espíritus?
- Las lechuzas son silenciosas en sus vuelos nocturnos y escandalosas cuando están enamoradas
- De día se esconden con mucha habilidad en huecos, desvanes y techumbres
- El naturalista y biólogo Juan Antonio Rodríguez Llano nos descubre los secretos de las lechuzas
- Los domingos en La 2 a las 18:30h, Cuaderno de campo | Disponible -gratis y online- en RTVE Play
Imaginad: es de noche, estamos solos a las afueras de un pueblo medio abandonado. En las calles, vacías y silenciosas, solo se escuchan nuestros pasos entrecortados y vacilantes. Una luna rojiza asoma entre los tejados y tiñe de sangre las nubes que la rodean. De pronto un susurro extraño comienza a incomodarnos. Cada vez es más potente. Proviene de la vieja torre de la iglesia, que se eleva sobre las lápidas del cementerio… En nuestro pecho se agolpan temor, desasosiego y ganas de salir corriendo… Te estoy describiendo dos cosas: el escenario típico de una película de terror y el ecosistema natural de las lechuzas comunes o lechuzas de campanario, que son, exactamente, lo que estamos buscando.
Ese extraño susurro que nos incomoda puede resultar sospechoso y alarmante para un neófito, para un paseante. Es un ruido extremadamente raro: un suspiro profundo, entrecortado y sonoro. Sibilante y sedoso al mismo tiempo, con algo de humano y algo de fantasmal. Desde luego no parece el canto de un pájaro ni el gruñido de un mamífero… La imaginación, tan libre y poderosa, puede resolver el enigma sonoro adjudicándoselo a un fantasma, a un espíritu, a un ente sobrenatural… ¡Al fin y al cabo estamos al lado de un viejo cementerio!
Nada más lejos de la verdad. Esos suspiros son una canción de amor, extraña, es verdad, pero de amor verdadero. Las lechuzas están en celo y esa es su melodía. La verdad es que las lechuzas son silenciosas en sus vuelos nocturnos pero muy escandalosas cuando están enamoradas. Las parejas se llaman y se susurran, gritan y ronronean haciendo un concierto un tanto horrísono que puede espantar, con razón, a un paseante accidental.
Buenas aliadas contra roedores
Sin embargo, las lechuzas son vecinos habituales de los pueblos y las construcciones humanas. No deberían asustarnos sus cantos. Más bien al contrario, su presencia tiene que alegrarnos y reconfortarnos porque son nuestras mejores aliadas para combatir las plagas de roedores. De hecho, su costumbre de alojarse en nuestros edificios se debe a la abundancia de ratones, ratas y topillos en las cercanías de los pueblos y las ciudades.
Hemos tenido suerte, sus suspiros nos confirman su presencia así que colocamos nuestros micrófonos para captarlas con toda su intensidad y todos sus matices, porque las lechuzas emiten una enorme cantidad de sonidos diferentes, desde que son pollos recién nacidos hasta que se convierten en adultos en celo.
Cuando amanece vamos a buscar más pruebas de su presencia. De día las lechuzas se esconden con mucha habilidad en huecos, desvanes y techumbres. Es muy difícil verlas. Sin embargo, dejan rastros muy evidentes allí donde viven. Bajo sus posaderos habituales se acumulan los restos de sus comilonas. Decenas de pelotas grises o negruzcas contienen todos los desperdicios que no puede digerir. Los científicos llaman “egagrópilas” a estas pelotas compuestas por pelo y esqueletos. En su interior guardan cada hueso de sus presas: los cráneos de ratones, topillos, musarañas, aves o murciélagos se conservan intactos ya que engullen enteras a sus víctimas.
A lo mejor es el momento de considerar que si hay algo de cuento de terror en la vida de las lechuzas, sobre todo, si eres un ratón o un topillo.
Para mi es un deleite abrir las egagrópilas con mucho cuidado y descubrir que cenó la lechuza y, de paso, conocer la abundante fauna de pequeños mamíferos que merodea sin ser vista… salvo por las lechuzas.
Curiosidades sobre las lechuzas
Las lechuzas suelen mostrar un pecho níveo, inmaculado, como el interior de sus alas o su cara en forma de corazón. Ese color intensamente blanco y el vuelo errático, sumado a sus extraños canturreos, le han dado muy mala fama porque bien podría ser un fantasma. Además, parece ligada a los cementerios, las viejas ruinas, los castillos medievales o las torres de las iglesias. Semejantes escenarios la convierten en sospechosa y es suficiente motivo para considerarla, popularmente, como ave de mal agüero. Hay leyendas que afirman que si escuchas a la lechuza cerca de tu casa alguien caerá enfermo y si la escuchas dos o tres veces la parca se acerca con su afilada guadaña.
A parte de su mala reputación, absolutamente falsa, las lechuzas guardan muchas sorpresas:
1) Ayudantes de la ciencia: La dieta de la lechuza es una de las más conocidas de todas las aves ya que las bolas que vomitan cada día sirven como fiel registro de todo su menú. Pero también resultan muy útiles para los zoólogos que estudian a los mamíferos; para conocer la microfauna de roedores, insectívoros y otros animalillos de muchos lugares se utilizan las egagrópilas de las lechuzas como fuente impagable de información.
2) Ciudadanas del mundo: Las poblaciones de lechuzas se extienden por casi todos los continentes y habitan tanto en el hemisferio norte como en el sur. Son los búhos mejor distribuidos de todo el planeta.
3) Cazadora por obligación: Las lechuzas no almacenan grasa en su cuerpo para soportar la falta de alimento o el intenso frío del invierno. Esta característica de su metabolismo la obliga a cazar todos los días para no morir de desnutrición.
4) Familias numerosas: Las lechuzas son capaces de reproducirse varias veces al año si las condiciones ambientales son buenas y la comida es abundante. Pueden hacer más de tres puestas y sacar nidadas de más de siete pollos en pleno otoño.
5) Una infancia complicada: Las lechuzas comienzan a incubar su nidada nada más poner el primer huevo, eso significa que entre el primer pollo y el último puede haber una diferencia de dos semanas a la hora de nacer. Los más pequeños tienen más difícil sobrevivir porque los mayores siempre se imponen a la hora de comer. En caso de escasez de alimentos los más pequeños suelen morir de hambre.
6) Volar en silecio: Las lechuzas son unas magníficas depredadoras. Parte de su éxito a la hora de cazar se debe a que vuelan sin hacer ruido, de forma que los ratones no son capaces de detectarlas cuando se acercan. La razón de su vuelo silencioso reside en unas plumas especiales que muestran el borde exterior desflecado y suave como el terciopelo. Esa peculiar adaptación de las plumas evita que las alas hagan ruido al moverse.
7) Sentidos afilados: Estas aves nocturnas no solo cuentan con una vista magnífica, muy superior a la nuestra; su sentido del oído es también muy potente. Su disco facial canaliza los ruidos del ambiente hacia sus pequeñas orejas. Gracias a la disposición asimétrica de los oídos, la lechuza es capaz de ubicar la fuente de sonido -un ratón comiendo, por ejemplo- en plena oscuridad y abatirse sobre él como si estuviera viéndolo.
* Puedes conocer todos los secretos de la fauna ibérica cada domingos en La 2 a las 18:30h, Cuaderno de campo