Javier Castillo, Poty, la pasión por la danza: "Yo lo que quiero es bailar"
- Como coreógrafo de la Selección alcanzó la medalla de Oro en el Mundial de Gimnasia Rítmica Atenas 1991
- Embajador de la marca Ejercito Español: "Es un honor y un grandísimo compromiso”
- Javier Castillo, Poty, en Un País en Danza
Javier Castillo, Poty, nuevo invitado en Un país en danza. Poty es una de las caras más conocidas del mundo de la danza en nuestro país. Coreógrafo en varios de los programas de mayores audiencias de la televisión española, este cántabro cosecha una historia personal repleta de acontecimientos de interés que muchos desconocen.
“Una persona que decide saltar al vacío, es paracaidista para siempre“
Poty ha vivido la vida con intensidad, sin prejuicios y con una pasión que contagia a los que le rodean. Con diecisiete años se alista en la Brigada Paracaidista del Ejercito Español y vive una etapa que le acompañará toda la vida. Tras dos años, sin conocimientos previos, se matricula en una recién estrenada escuela de ballet clásico en su Torrelavega natal.
Llega al conservatorio con veinte años y contra todo pronóstico, por su “avanzada edad”, se graduada en dos años en vez de los siete que requería la formación. De ahí, al Ballet nacional de España, tras superar la única audición a la que concurriera a lo largo de su carrera.
“En la televisión hay gente con un talento extraordinario, pero no tiene la suerte de aparecer“
Tras su paso por el Ballet Nacional bajo la dirección de Maya Plisétskaya, Poty alcanza el éxito como coreógrafo de la Selección Española de Gimnasio Rítmica. Las nuevas tendencias de la televisión lo disparan en popularidad y coreografía para artistas como Will Smith, Mariah Carey, Mike Olfield, Julio Iglesias o Enrique Iglesias.
En este capítulo de “Un país en danza” conoceremos el oficio de la fotografía en las artes escénicas de la mano de Jesús Robisco, fotógrafo especializado en esta modalidad. Robisco es otro ejemplo de una vida marcada por una pasión, una pasión que traslada a su trabajo y que lo distingue del resto por una firma personal que resalta aquello que el espectador no ve y que hace que coreógrafos y compañías reclamen su trabajo.