El deporte sale del armario. El waterpolista Víctor Gutiérrez habla con Página Dos de la LGTBIfobia en la élite
Noticia Página Dos
- El deportista narra su experiencia en Balón amarillo, bandera arcoíris (Libros Cúpula)
- «En gradas y vestuarios se reproducen los mismos comportamientos que hace cuarenta años»
- Esta denuncia de la homofobia habla de los estereotipos en torno a la masculinidad
Víctor Gutiérrez aprendió a nadar casi antes que a caminar. La piscina es el medio que le ha dado más alegrías, pero también algún disgusto: en 2016, mientras preparaba los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, decidió visibilizarse. Tiempo después, hacía públicos los insultos que recibía en los partidos. Su denuncia viral causó un hecho sin precedentes: la primera sanción por homofobia en el ámbito del deporte en España. Ahora explica su experiencia en Balón amarillo, bandera arcoíris (Libros Cúpula).
El libro narra de manera autobiográfica la discriminación y LGTBIfobia en el deporte de élite, y la importancia de visibilizar la diversidad sexual en esa esfera. El jugador y activista madrileño (desde hace 2021 es también Secretario de políticas LGTBI del PSOE) denuncia que el comportamiento en las gradas y los vestuarios —especialmente en los deportes mayoritarios— se parece al de hace cuarenta años.
«(...) No me gustaba quien era. Para sobrevivir tuve que ocultar esa parte que consideraba tan despreciable, así como buscar en los demás el cariño y el respeto que yo me negaba a mí mismo para, de esa forma, a través de sus aplausos, quererme un poquito.» El deportista narra en el libro ese sentimiento de supervivencia que se une al miedo y al autocontrol constante para que nadie ‘note’ lo que uno es. «Este sentimiento de rechazo personal es muy habitual en las personas LGTBI. Es un dolor compartido. La maquinaria normativa es tan grande y potente que todo lo que escapa a sus categorías es entendido como un agente extraño que debemos señalar y humillar. Escapar de esta realidad cultural que atraviesa transversalmente todos los ámbitos es casi imposible. (...) Ese dolor deja cicatrices que tardan mucho en curarse.»
A los diecisiete años vino un punto de inflexión: se sinceró con su mejor amigo, un compañero de selección. Su reacción positiva, de cariño y respeto, le dio confianza y fuerzas. Víctor Gutiérrez es optimista: cree que cada vez hay más sensibilización y sentido común. Pero queda mucho por hacer. Cada fin de semana, en los partidos de fútbol, se escuchan coros de barbaridades que quedan impunes. No hay multas ni llamadas de atención. Durante el mes del Orgullo, en la Premier League (la liga inglesa) el logotipo de los clubes, los brazaletes de capitán y los banderines de córner se identifican con los colores del arcoíris (rainbow laces).
Varios deportistas famosos han decidido compartir su experiencia públicamente, porque la representación y la visibilidad son importantes. Iconos históricos como Renée Richards, Caitlyn Jenner o Billie Jean King, y actuales como Megan Rapinoe. En 2021, Carl Nassib fue el primer jugador de la NFL en declararse homosexual, Jason Paul Collins en la NBA, Glenn Burke en la MLB (béisbol). «Siempre que se habla del deporte en relación al colectivo LGTBI suele ser por una denuncia, un agresión, un abuso, y eso es importantísimo explicarlo, pero también hay que compartir las buenas notícias: el respeto, el cariño. El mensaje es claro: se puede llegar a la élite deportiva siendo una persona LGTBI.»