¿Cómo funciona tu sentido del tacto?
La piel, además de ser el mayor órgano de tu cuerpo, es un enorme órgano sensorial. A lo largo de toda su superficie, disponemos de“sensores especializados en distintas tareas, como la detección de temperatura, el tacto fino, la presión intensa, el picor o el dolor.
¿Qué sucede en nuestro cuerpo para que tengamos sentido del tacto? La respuesta reside en un complejo proceso cuyos protagonistas son unos receptores sensoriales conocidos como mecanorreceptores. Estas terminaciones nerviosas se ramifican y extienden por toda la superficie de la piel, y son capaces de transformar una presión mecánica en una descarga eléctrica en un visto y no visto.
Cuando la superficie de la piel experimenta una presión, tiene lugar la apertura de unos poros minúsculos en la superficie de la neurona: los canales iónicos. Estos dejan pasar iones a nuestra terminal neuronal, generando un cambio eléctrico en la neurona que es transmitido hacia el sistema nervioso central. Una vez que este veloz proceso ha tenido lugar, tu cerebro comprende lo que acaba de suceder: algo o alguien te ha tocado.
Nuestro cuerpo aloja varios tipos de sensores, que generan, esencialmente, dos tipos de descargas eléctricas. La primera, la señal tónica, consiste en una señal continua que se mantiene tanto tiempo como dure la presión. Por otro lado, la señal fásica es un tipo de señal que se produce de manera fugaz e intermitente. Gracias a la existencia de ambas, podemos discernir entre las presiones constantes y los movimientos que suceden sobre la superficie de nuestra piel. Es decir, nos permite distinguir si una persona se ha apoyado sobre nuestro hombro, o si un mosquito anda paseándose por nuestro brazo dispuesto a atacar.
La estructura y funciones de la piel son una auténtica caja de sorpresas. Si quieres conocer más sobre este gran órgano, corre a RTVE Play y no te pierdas el programa completo de ‘Órbita Laika’.