Crisantemos comestibles, cómo cultivarlos y consumirlos
- Aprendemos cómo cosechar crisantemos y los trucos para disfrutarlos en un buen plato
- Es una preciosa flor que aporta grandes sabores, texturas, nutrientes
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¡¡Hola, amigos hortelanos!! Muchos conoceréis los crisantemos, esas preciosas flores, parecidas a las margaritas y con tonos naranjas, amarillos, rojos... Y seguramente alguna vez se los habéis regalado a alguien especial, o puesto en una celebración, o simplemente usado para decorar la casa. Pero lo que seguramente casi nadie habrá hecho es alegrarse el paladar con ellos. Y es que sí, amigos, los crisantemos también se comen y te lo contamos en Aquí la Tierra.
Directos al plato
No es frecuente encontrarlas en nuestros platos pero hay un sinfin de flores y plantas de flor que pueden ser consumidas y nos ofrecen en la cocina una variada gama de sabores, texturas, nutrientes y, cómo no, colores y aromas.
Lo primero que hay que saber para consumir flores es que deben ser aptas para comer, es decir, estar libres de tóxicos. Por eso no podemos consumir las típicas flores decorativas de la floristería o de parques y jardines. A no ser que hayan sido cultivadas de forma limpia (sin utilizar sustancias tóxicas o nocivas para la salud) o específicamente como flores comestibles. Además, debemos tener claro que la planta que vamos a utilizar es comestible y tampoco contiene, de forma natural, sustancias perjudiciales para la salud.
Una de esas flores llamativas y bonitas que además es comestible es el crisantemo. Y además es una de las pocas flores que aguanta bien el frío del otoño hasta que llegan las heladas fuertes. Son flores que aún en esta época del año lucen espectaculares en nuestros huertos, jardines o terrazas.
Cultivo y variedades comestibles
Su nombre significa “flor dorada” (del griego krysous, que quiere decir dorado y anthemon, flor). Pertenece a la familia de las asteráceas y tiene otros parientes también comestibles y mucho más conocidos para nosotros, como la lechuga, la alcachofa o la manzanilla entre otros. Aunque en nuestra cocina sea casi un extraño, es bastante consumido tradicionalmente sobre todo en Asia y especialmente en la gastronomía china y japonesa, donde se utiliza en diversos platos, como por ejemplo el conocido Chop- Suey, habitual en los menús de restaurantes chinos. Las flores del crisantemo se utilizan además para hacer té e infusiones.
En el caso del crisantemo, la variedad comestible más conocida es Chrysanthemum Coronarium) y Garland es el nombre comercial más frecuente en las tiendas. Es una planta con abundantes tallos y hojas que puede llegar al metro el altura. Sus flores son parecidas a las margaritas (que también son de la misma familia) y las hay naranjas, rojas, amarillas o incluso blancas.
De esta planta se pueden consumir los pétalos de sus flores, la parte superior de sus tallos y también las hojas más jóvenes de la parte superior.
Pero tanto si os habéis animado a cultivarla como si la habéis comprado ya desarrollada para consumirla, es conveniente tener en cuenta algunos consejos a la hora de cosechar, para que esté en óptimas condiciones para su consumo:
Las plantas idóneas para cosechar son las más jóvenes porque también son las más tiernas y suelen tener entre 20 y 40 cm. de altura. Estas plantas se pueden cosechar enteras, desechando la mitad inferior. Cuando la planta está más grande, si queremos cosechar los tallos cortaremos sólo los últimos 5 o 10 centímetros que están junto a las flores. La parte de la planta que desechamos tiene ya una consistencia más dura, incluso leñosa y no es apta para cocinar.
Elegiremos tallos y hojas con aspecto sano, sin zonas secas o decoloradas ni aspecto decaído.
- Cosecharemos las flores que no estén marchitas, con buen aspecto, con todos sus pétalos y con buen aroma. Cortaremos la flor con el trozo de tallo que se pueda consumir. Después separamos los pétalos de la flor porque son la única parte de ésta que consumimos.
Las flores cortadas son muy perecederas, así que es conveniente consumirlas cuanto antes, aunque podemos mantenerlas dos o tres días en condiciones aceptables sin deshojarlas y metiendo los tallos en un recipiente con agua.
Trucos para consumirlas
Los tallos y las hojas tienen un sabor intenso y ligeramente amargo, con un leve toque que puede recordar a la menta. Las flores tienen un gusto agridulce y muy delicado, además de ser muy decorativas para nuestros platos. Las flores se suelen consumir en crudo acompañando ensaladas y postres para añadir un toque de sabor diferente y al mismo tiempo una nota de color muy decorativa. Aunque los tallos y hojas también pueden consumirse crudas si son muy tiernos, es más frecuente cocinarlas como verdura escaldada o rehogada, en tortillas o revueltos y también como parte de diversos estofados o como guarnición.
El crisantemo además es una verdura nutritiva y sana. Aporta vitaminas del grupo A, B, C y K, así como diversos minerales (potasio, calcio y sodio). Por otro lado es muy rico en antioxidantes, fibra y bajo en calorías y grasas.
Otros datos que debes conocer
Si os decidís a cultivarlos, ahí va un poco de información de apoyo:
Aunque es una planta que se desarrolla mejor con temperatura moderada, entre los 15º y los 25º, soporta un amplio rango de temperaturas, pero no conviene exponerla ni a heladas fuertes (por debajo de -2º) ni a un calor demasiado intenso (por encima de 30º). Le conviene la iluminación natural directa y se desarrolla tanto a pleno sol como en semisombra.
Siempre es más sencilla la plantación porque partimos con ventaja, o sea con una planta ya desarrollada parcialmente. Así que lo más fácil es hacerse o bien con una plántula para trasplantar y desarrollar, o bien con una planta más desarrollada para cuidar y mantener. Cuando se trata de plantas con cepellón y para iniciar su cuidado en interior, podemos hacerlo en cualquier época del año. En cualquier caso si queremos que crezca a su máximo tamaño debemos trasplantarla a una maceta de un mínimo de 35 cm de diámetro, y colocar un sustrato adecuado (hasta unos 5 cm de material drenante en el fondo y encima sustrato bien abonado hasta cubrir el cepellón. Humedecer bien el sustrato y mantener en una zona con buena iluminación natural. Si la colocamos directamente en la tierra, en exterior, es mejor trasplantarla en primavera, después de las heladas.
No requiere cuidados especiales pero hay unas pautas básicas que ayudan a un buen desarrollo.
-Conviene ir alternando periodos de humedad (siempre sin echarcar) con otros de sequedad relativa (sin regar hasta que quede poca humedad). Hay que vigilar que se mantiene la humedad en los meses más secos y calurosos.
-Si la temperatura supera los 28-30º se mantiene mejor proporcionándole semisombra, especialmente en las horas de más calor.
-Es recomendable aplicarles alguna dosis de abono extra un par de veces durante su desarrollo.
-Mejor un abono líquido rico en nitrógeno.
-No es frecuente, pero puede ser atacada por pulgones, trips, araña roja y mosca blanca. Para disminuir las probabilidades es mejor prevenir con los remedios naturales que os hemos recomendado en otras ocasiones.
- Es una planta de “día corto”, es decir que se desarrolla bien en las épocas de transición lumínica (primavera y otoño). La época de floración puede ir desde finales de verano a finales de otoño. Recordad que podemos empezar a cosechar sus tallos y cuando la planta alcance entre 20 y 25 cm de altura.
Ya sabéis, amigos hortelanos, si queréis poner un toque de belleza en vuestro entorno y un nuevo y sorprendente sabor en vuestros platos… ¡¡a cultivar crisantemos!!
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