Copito de nieve, el gorila blanco: ¿Cómo murió? ¿Qué hicieron con su cuerpo?
- El gorila albino llegó a Barcelona en 1967 y durante años fue la estrella del zoo de Barcelona
- Jordi Sabater Pi murió en 2009, seis años después de que muriera Copito de nieve
El descubrimiento de Copito de nieve fue fruto de la casualidad. Nos remontamos a 1966, para adentrarnos en la selva de Guinea Ecuaturial. El indígena de la tribu fang Benito Manié está cansado de que los gorilas salvajes destrocen sus terrenos, y organiza una batida con la ayuda de dos vecinos. El grupo no tarda en localizarlos y dispara a una pareja de gorilas. Cuando acuden a por ellos para quedarse con su carne, que era un bien muy apreciado, descubren que son un macho y una hembra, y que la hembra lleva una cría en los brazos. Todos recomiendan a Benito que se lo lleve a un tal Jordi Sabater Pi. "El seguro que te lo compra", le dicen. Jordi Sabater Pi es un barcelonés que lleva 26 años en Guinea Ecuatorial, entonces colonia española. Tiene fama de apasionado por la naturaleza y sobre todo por el comportamiento animal, y sus estudios sobre los primates se conocen incluso al otro lado del Océano, y el biólogo neoyorquino James Chapin le propone para una beca de National Geographic. Se la conceden y sigue trabajando en su pasión: la investigación.
La estrella de Barcelona
Sabater compra la cría de gorila blanco, consciente de que tenía en las manos algo único. La noticia del hallazgo llegó lejos. En 1966, cuando Montreal preparaba la Exposición Universal de 1967 le ofrecen un millón de dólares por el pequeño gorila, pero los rechaza. "Si va a algún sitio, va al zoo de Barcelona". Y allí fue. Sabater nunca dio mucha importancia al descubrimiento del gorila albino, y siempre hablaba de este hecho como una anécdota para la ciencia. No todos pensaban lo mismo, y en marzo de 1967 la noticia de su descubrimiento se publica en la revista National Geographic, logrando mucha notoriedad. "Yo le llamé Gorila blanco, pero los americanos lo bautizaron como Copito de nieve, que me parece cursi e impropio de un gorila", dijo el etólogo.
Copito llegó a Barcelona como una estrella, lo recibieron con todos los honores y le hicieron un DNI. Primero vivió en el piso del doctor Roman Luera i Carbó, que era el veterinario del zoo (su mujer lo cuidó y llegaron a llevárselo de vacaciones a Menorca). Luego lo instalaron en el zoo y allí vivió durante 36 años.
La vida en el zoo
Copito se convirtió en uno de los iconos de Barcelona, rivalizando en notoriedad con los edificios más famosos de la ciudad. Postales, camisetas, peluches... su rostro y su pelo blanco estaba por todas partes. Pesaba 187 kilos y medía 1,63 metros de altura. No estuvo solo, al contrario, tuvo una extensa familia compuesta por 21 hijos con tres hembras diferentes: siete con Ndengue, nueve con Bimvili y cinco con Yuma. En 1999, nacieron sus nietas, Nimba y Batanga. Pero ninguno fue albino como él. .
Copito de nieve murió en 2003 enfermo de cáncer de piel. El equipo médico le practicaron una eutanasia, para evitar una agonía dolorosa e irreversible. En los últimos días de vida su estado era preocupante, había perdido más de 10 kilos y la herida que tenía bajo la axila no paraba de sangrar. Desde que se supo que el gorila estaba enfermo, se habló de disecarlo y exhibir su cuerpo. Pero no fue así. Todos sus órganos se extrajeron y se conservaron junto con el esqueleto y la piel. El resto, vísceras, se inceneró y se guardó en una urna. En el zoo, de momento, no hay apenas rastro de Copito.
La fama del gorila albino hizo que se su vida se llevara al cine y en 2011 se estrenó Copito, con Elsa Pataki en el papel de bruja. "De pequeña, vine a Barcelona sólo para ver a Copito de Nieve. Ésta es una película maravillosa, que enseña a los niños a respetar la diferencia", dijo la actriz. La voz de Copito la puso Kai Stroink, y en el doblaje al inglés, lo hizo Airana Grande.