Experto en el circo y estudioso del Cantar de Mio Cid: así es el ideólogo de la 'guerrilla' de Ruiz-Mateos
- Entrevistamos a Javier Sáinz Moreno, el ‘guionista’ de la 'guerrilla' del empresario José María Ruiz-Mateos
- Es profesor jubilado de Derecho Financiero y Tributario, y experto en el mundo del circo
- Sáinz Moreno participa en la serie documental original de RTVE Play Ruiz-Mateos: el primer fenómeno viral
Poca gente sabe que detrás del espectáculo que dio José María Ruiz-Mateos vestido de Superman o el día de la ‘leche’ a Miguel Boyer se encontraba la mente pensante de Javier Sáinz Moreno. La prensa del momento presentaba a este profesor titular jubilado de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Autónoma de Madrid como uno de los abogados del empresario, pero lo cierto es que era su amigo personal y el ideólogo de su particular ‘guerrilla’. Así es como ellos mismos bautizaron las acciones que llevaban a cabo para protestar por la expropiación del holding de Ruiz-Mateos, Rumasa, y captar la atención de los medios de comunicación.
Javier Sáinz Moreno es uno de los participantes de la serie documental original de RTVE Play Ruiz-Mateos: el primer fenómeno viral, disponible en la plataforma.
‘El profesor’ interesado en las finanzas de España
De pequeño quería ser bombero o torero, pero acabó por el mismo camino que la mayoría de los miembros de su familia: convirtiéndose en profesor, y de letras. Javier Sáinz Moreno estudió Derecho en la Complutense y quedó el primero de su oposición. Gracias a eso pudo quedarse a trabajar en Madrid, donde ha vivido toda su vida. Sin embargo, él y su melliza nacieron en Bilbao hace 75 años, casi en plena playa de Plentzia, durante unas vacaciones familiares. Le gusta volver de vez en cuando y es aficionado del Athletic Club de Bilbao, pero su ciudad es la capital, según reitera Sáinz Moreno en la entrevista concedida a RTVE Digital.
El letrado y Ruiz-Mateos fueron amigos durante más de veinte años. Se conocieron tras la expropiación de Rumasa: “Antes no le conocía de nada, tenía una lejana referencia de que era una persona bastante endiosada que no concedía ninguna entrevista a ningún periodista aunque se lo pidiera por su madre”, cuenta Sáinz Moreno, firme convencido de que la intervención del gobierno de Felipe González “humanizó” al empresario.
‘El profesor’, tal y como le llamaba la mujer de Ruiz-Mateos, Teresa Rivero, explica que se acercó al gaditano porque, por su profesión, estaba muy interesado en las finanzas de España: “Fui a verle y realmente lo que pasó fue que nos hicimos amigos”. Ruiz-Mateos le contaba todo tipo de detalles sobre el mundo empresarial, y Sáinz Moreno le ayudaba con sus ideas: “Me interesaba tanto que jamás le cobré”, asevera. De hecho, siempre tenía una bolsa de viaje preparada por si en cualquier momento le llamaba la secretaria del empresario y le ofrecía coger un avión con él. Allí podían hablar sin que las numerosas llamadas telefónicas que recibía el gaditano les interrumpieran: “Voy en avión a Sevilla, vente conmigo y en el vuelo hablamos, y luego tú ya te vuelves”, le proponía frecuentemente Ruiz-Mateos.
Mucho circo
“Mucho circo, mucho circo; el mundo de los payasos...”, es la frase que Ruiz-Mateos no dejó terminar a Miguel Boyer con el golpe que le dio en la cara aquel 3 de mayo de 1989, cuando los ‘guerrilleros’ le asediaron en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla. Y el exministro de Economía y Hacienda no estaba muy desencaminado: Sáinz Moreno, el ‘guionista’ de esta y muchas otras acciones del empresario, es un apasionado y experto del mundo del circo. La afición le viene de su padre, un hombre “muy serio”, catedrático de Derecho Financiero e inspector técnico del Timbre, al que recuerda siempre haciendo fichas en el despacho de su casa, pero al que también le encantaba el circo. De vez en cuando le ofrecía ir: “Yo pegaba un brinco como un muelle y le decía que sí”, cuenta con cariño.
Eran cuatro hermanos -una falleció joven-, pero es su melliza, Elena, con quien compartió horas y horas de “jugar al circo”. En su particular entretenimiento circense simulaban ser osos -con un abrigo de piel de su madre que salió mal parado cuando decidieron “cortarle el pelo”- o trapecistas, entre otros juegos: “Nos agarrábamos de la lámpara”, recuerda. Además, el día de su santo, el 3 de diciembre, siempre les pedía a sus padres ir al circo como regalo. Le dejaban invitar a cuatro amigos, con los que llegó al acuerdo de que ellos hicieran lo mismo para celebrar sus santos todos los años.
La pasión por el circo también le llevó a conocer a su mujer, Rosario Candela de Ory, con quien tiene tres hijos. Esta quería ser trapecista y, cuando cumplió los 18 años, se fue a la escuela de Annie Fratellini, en París. Finalmente hizo equilibrio a caballo, que era menos arriesgado. “Hay que tener una afición en común porque si no…(...) Si en cualquier momento le digo que nos vamos al circo, deja inmediatamente lo que esté haciendo y nos vamos”, cuenta.
Sáinz Moreno afirma haber publicado 81 libros: 51 de ellos escritos por él, y 14 de estos sobre el circo, además de más de 20 artículos. “Siempre me ha gustado porque es la exposición de destrezas que a mí me dejaban admirado. Lo pasaba excelentemente bien en el circo. Soñaba que era un lanzador de cuchillos, que los leones eran superamigos…”, relata. Ahora ha creado junto a unos amigos el Museo Internacional del Circo, situado en Besalú, un pueblo de Girona. Ya lo dice en Ruiz-Mateos: el primer fenómeno viral: “El planeta Tierra, sin circo, sería un planeta muchísimo más triste”.
“El planeta Tierra, sin circo, sería un planeta muchísimo más triste“
Opositor a la dictadura franquista
En Bachillerato Sáinz Moreno pensó en estudiar historia en la universidad, porque le apasiona, pero al final se decantó por derecho: “El derecho es luchar por la historia (...) Es la propia historia pero avanzando, mejorando”, argumenta. El profesor quería reivindicar los derechos humanos: “En aquellos años estábamos en plena dictadura franquista y no había derecho de reunión, ni de asociación, ni de partidos políticos, ni de sindicatos, ni de nada”, comenta, y asegura que “naturalmente”, siempre se opuso al régimen de Franco: “Tengo una trayectoria de oposición al franquismo que muchos envidian, porque muchos de estos que están ahora en el poder en aquellos tiempos no aparecían por ningún sitio”.
El profesor cuenta con orgullo que tenía una multicopista escondida para tirar panfletos que “nunca localizaron”. Entre sus anécdotas de aquella época destaca que él y sus compañeros llegaron a llevar los panfletos antifranquistas a la facultad en el coche oficial del teniente general José Enrique Varela, a través de su hija, Casilda Varela. O que tiró panfletos por la Gran Vía madrileña en el Seat 600 de Manuela Carmena, de la que fue, afirma, “medio novio”: “Lo que pasa es que le gustaba más la política que yo, aquello no tenía ninguna posibilidad”, comenta Sáinz Moreno entre risas. Él, a diferencia de muchos de sus compañeros, no quiso dedicarse a la política: “Yo siempre me he sentido más a gusto en organizaciones plurales que en un partido en el que hay que seguir una consigna”.
“Tengo una trayectoria de oposición al franquismo que muchos envidian“
Frente al Sindicato Español Universitario (SEU), uno de los símbolos del régimen, surgió la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE), a la que pertenecía el letrado. “Prohibieron una conferencia de Enrique Tierno Galván y entonces nos encerramos en el paraninfo de la universidad de la calle de San Bernardo. Nos rodearon los que entonces llamábamos los grises. Cerramos las puertas de la universidad y estuvimos toda la noche. Al final entraron, nos sacaron, nos expedientaron…”, recuerda. Sáinz Moreno echa de menos el ambiente de camaradería y unión que vivió en aquella época: “Contra Franco se vivía mejor. Sobre todo en la época final, que ya era una ‘dictablanda’. Porque en la época dura, no. Al final se pasaba bien, le daba emoción a la vida”, afirma.
Investigador de autores anónimos
Aunque finalmente estudió derecho en vez de historia, Sáinz Moreno lleva muchos años dedicándose a investigar, con su propio método, quiénes son los autores de algunas de las obras literarias más conocidas. Es uno de sus principales entretenimientos en la actualidad, ya jubilado: fue precisamente la tarea que interrumpió para conceder esta entrevista. Es un gran experto en el Cantar de Mio Cid, cuyo autor, concluyó hace más de 30 años, es Jerónimo de Perigord, obispo de Valencia tras la conquista de Rodrigo Díaz de Vivar. Se interesó en esta obra porque de pequeño fue alumno del colegio Estudio de Madrid, fundado por Jimena Menéndez-Pidal -junto a Carmen García del Diestro y Ángeles Gasset-, hija del filólogo e historiador Ramón Menéndez-Pidal, quien dedicó al poema toda su vida.
“Yo estoy dedicado a descubrir autores porque a los filólogos, generalmente, quién lo haya escrito no les suele interesar”, afirma. Con su método, consistente en leer biografías y no en cotejar palabras o ideas, también asegura saber quién es el autor de La Chanson de Roland o la identidad del supuesto maestro secreto de Picasso. Su aspiración ahora es descubrir al autor del Auto de los Reyes Magos: “Ya que estamos confinados y tal… yo viajo con la imaginación”, comenta.
La ‘guerrilla’ de Ruiz-Mateos
Mientras daba clases de derecho en la Autónoma, publicaba libros sobre el circo e investigaba autores, Sáinz Moreno también tenía tiempo para la ‘guerrilla’ de Ruiz-Mateos. Instaba a su amigo a mostrar su enfado por la expropiación de Rumasa: “A ver, José María, a ti no te pueden creer que te hayan robado el primer holding de España, con 100.000 trabajadores y produciendo el 1% del PIB español, con cuarenta hoteles, veinte bancos, La Almoraima -la finca más grande de España, señala-, con todo lo que tú tienes, y que no estés enfadado. Porque la gente va a decir que en el fondo te han librado de un problema”, le argumentaba.
El encuentro con Miguel Boyer en los juzgados, que acudía a declarar por una querella por injurias interpuesta por Ruiz-Mateos, era una ocasión perfecta para una de las acciones de los ‘guerrilleros’. El empresario practicó boxeo, “no mucho”, y la famosa frase “¡que te pego, leche!”, un “eslogan fantástico”, también estaba preparada, según asegura Sáinz Moreno. El letrado es otro de los protagonistas de las grabaciones de aquel día: es quien le pide cuentas a Boyer sobre Isabel Preysler y Galerías Preciados, pero eso no lo tenía planeado: “Yo creo que surgió así, al vernos cara a cara”, recuerda.
Sáinz Moreno preparaba diez o doce propuestas para cada acción de Ruiz-Mateos y este elegía la que más le gustaba, normalmente durante las largas sobremesas que compartían. Así llegaron a situaciones tan surrealistas como la sonada fuga de la Audiencia Nacional o el intento de robo del botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela, del que casi nadie se enteró en su día. Tampoco les salió bien la idea de sabotear uno de los actos de apertura del año judicial: pensaban tirar el tapiz que hay detrás de la mesa donde se sitúan las autoridades para que apareciera un cartel con el texto “justicia para Rumasa”, pero “falló el tema del cordón”; el nailon se quedó enganchado y el tapiz no cayó, narra Sáinz Moreno.
“Pensé que, evidentemente, una de las cosas que tenía que hacer era fugarse de la Audiencia Nacional, el edificio más custodiado de España, el día que iban a interrogar a unos presos de ETA”, cuenta el profesor con toda la naturalidad del mundo. Está muy orgulloso de aquella acción, que define como “muy graciosa”, y de cuyos cargos como colaborador fue absuelto “gracias” a un accidente doméstico que había sufrido el día anterior, en el que se rompió dos costillas. Las autoridades atribuyeron aquellas fracturas al supuesto salto que el letrado habría dado desde la ventana de uno de los aseos de la Audiencia Nacional, pero el parte médico de la clínica a la que había acudido el día anterior probaba que “no había podido ser”.
“Pensé que, evidentemente, una de las cosas que tenía que hacer Ruiz-Mateos era fugarse de la Audiencia Nacional“
Ruiz-Mateos también aportaba ideas: fue él quien maquinó el tartazo en la cara a Isabel Preysler. Se lo encargó a su hija Paloma, pero no llegó a alcanzarla. Su afán era salir en la prensa para que la expropiación de su emporio no cayera en el olvido, así que tenía la costumbre de, una vez conseguida su aparición en los medios, calcular cuánto le habría costado eso mismo en publicidad.
Kamikazes
El periodista Juan Luis Galiacho afirma en su libro Isabel y Miguel. 50 años de historia de España que Javier Sáinz Moreno cobraba 100.000 pesetas al mes por sus ideas, y los “guerrilleros temporales”, entre 15.000 y 20.000. El profesor asegura que eso es una “fantasía” y que ni él ni los colaboradores que se unían a la causa del empresario, a los que denomina “kamikazes”, cobraban por sus acciones. “Y de ‘temporales’, nada. José María quería siempre personas a tiempo completo”, puntualiza. Sin embargo, estos sí se beneficiaban de estancias en hoteles de cinco estrellas, buenos restaurantes y billetes de avión. “Haz una apuesta de futuro”, cuenta el letrado que le decía Ruiz-Mateos a aquellos que se acercaban a él: “Y la gente sí que creía que eso iba a ser una solución de vida (...) Hay que acercarse a la gente rica, porque algo siempre cae”, comenta.
Sáinz Moreno insiste en que ni él ni ningún otro colaborador se hizo de oro junto al gaditano: “A los 75 años, después de haber estado colaborando con Ruiz-Mateos toda la vida, vivo en un piso alquilado de cien metros cuadrados en el barrio de Lavapiés. Y tengo un Seat Ibiza. ¡O sea que no me he forrado!”, aclara.
“A los 75 años, después de haber estado colaborando con Ruiz-Mateos toda la vida, vivo en un piso alquilado en el barrio de Lavapiés“
Buen amigo del empresario de la abeja
El profesor podría pasarse horas y horas hablando de Ruiz-Mateos, hilando una anécdota tras otra. Se nota que le echa de menos y que le conocía bien, porque sabe detalles de su vida de los que apenas se ha hablado en la prensa, como que tuvo tuberculosis cuando era joven: “Por eso le pasaron a la sierra de Ronda; le quitaron del puerto porque la humedad le sentaba mal. Le mandaron allí con unos tíos suyos”, afirma. También cuenta detalles como que al gaditano no le gustaba conducir -siempre se desplazaba con chófer-, le regalaba un pañuelo de Loewe a todas las mujeres, soñaba con tener una compañía de aviación, o que el día que el Rayo Vallecano -equipo que compró y que acabó presidiendo su mujer, Teresa Rivero- ascendió a Primera División, se puso un traje viejo “porque sabía que al dueño de un equipo, si gana, el equipo le ducha vestido”.
La admiración que Sáinz Moreno sentía por el empresario de la abeja impregna sus palabras. Al contrario de lo que cualquiera podría pensar, el letrado asegura que lo que verdaderamente le gustaba a Ruiz-Mateos, un hombre al que define como “optimista”, no era ganar dinero, sino “comprar y vender empresas”. “Crear actividad económica donde no había nada. Eso le apasionaba”, recuerda, y destaca que “siempre fue muy humano” con el personal de sus negocios.
Sin embargo, la buena relación que tenían no nubla el juicio del profesor, que también resalta algunos aspectos menos positivos del empresario, como que era un “mujeriego”, a pesar de estar casado: “Cuando yo iba a Somosaguas, era una cosa espantosa. Abrías un armario y había alguna chica allí escondida. Todo el chalé entero (...) Era una cosa tremenda”. Por convicción o en un intento de justificarlo, el ideólogo de la ‘guerrilla’ cree que Ruiz-Mateos, de quien se supo que había tenido una hija secreta con una de sus amantes, “salió tan despendolado” por la represión continua que vivió.
“Cuando yo iba a Somosaguas, era una cosa espantosa. Abrías un armario y había alguna chica allí escondida“
Una represión que, afirma, habría tenido mucho que ver con el Opus Dei, la organización a la que perteneció durante décadas. Sáinz Moreno asegura que gracias a ese vínculo obtuvo muchísima información privilegiada que le permitió ir comprando empresas para levantar su holding, pero finalizó cuando Ruiz-Mateos culpó a la organización católica de la expropiación: “Ni el rey, ni el ejército, ni nada. Aquí en España manda el Opus Dei. Y el Opus Dei es el que me ha quitado Rumasa y me la tiene que devolver”, solía decir, según cuenta el letrado.
En los últimos años Sáinz Moreno procuró alejar al empresario de las malas prácticas: “Empezó a prosperar esa idea de que con lo que le habían robado expropiándole Rumasa, no tenía que pagar impuestos. Esa es una idea peligrosísima”, comenta. Asegura que tuvieron que ver mucho sus seis hijos varones, fundadores junto a su padre de Nueva Rumasa, y acusa al abogado Joaquín Yvancos de arroparles en ese tipo de decisiones. “Te costará muy caro”, avisaba el profesor al empresario de la ‘abeja’.
A pesar de los errores cometidos por José María Ruiz-Mateos, Sáinz Moreno afirma que este ha sido juzgado injustamente: “Quizá, cuando pase el tiempo, se le volverá a estudiar más objetivamente, sin la pasión que hoy suscita”. El letrado cree que nuestro país, “a sus personajes más significativos, los trata mal”, y está seguro de que es el caso del fundador de Rumasa: “Es uno de los grandes personajes de la historia de España. Y bueno, acabará teniendo su sitio”, finaliza.
“Es uno de los grandes personajes de la historia de España. Y bueno, acabará teniendo su sitio“
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