Luis García Montero y Página Dos recuerdan a Almudena Grandes en el aniversario de su muerte
Noticia Página Dos
- Luis García Montero nos habla de su libro más íntimo y conmovedor, Un año y tres meses (Tusquets)
- En él recuerda a su pareja, la escritora Almudena Grandes, con poemas contenidos y delicados
- En los versos se despliega una larga historia de amor: los paseos, las alegrías, los cuidados, los recuerdos
Hace un año murió la escritora Almudena Grandes (1960-2021). Fue una pérdida inesperada y prematura, que conmovió a sus seguidores y les hizo sentir huérfanos. La relación entre el autor y sus lectores es a veces mucho más profunda de lo que la volatilidad del mercado literario podría sugerir. Los espectadores de Página Dos nos han pedido desde entonces un especial dedicado a ella, que preparamos para el primer aniversario de su muerte.
En este especial Almudena Grandes no podía faltar Juan Cerezo, su editor en Tusquets, la editorial con quien la autora publicó sus obras más conocidas: Las edades de Lulú, Malena es un nombre de tango, Episodios de una guerra interminable. También nos citamos con dos miembros de su club de fans, Amalia y Pepe, que nos cuentan qué hace insustituible a un autor.
Para hablarnos de sus obras adaptadas al cine y la televisión nos narran su experiencia varios de los actores más destacados del panorama español: Aitana Sánchez-Gijón, Juan Diego Botto, Carmen Machi, José Sacristán, Blanca Portillo…
Pero el protagonista de este Página Dos dedicado a Almudena Grandes no podía ser otro que su pareja, el escritor y poeta Luis García Montero. Para aliviar su pérdida escribió Un año y tres meses (Tusquets), que vio la luz hace unas semanas, y que reúne poemas dedicados a su mujer. En él narra su experiencia de intimidad, ternura, devastación, soledad y recuerdos de la felicidad compartida. Este es sin duda el libro más conmovedor de este escritor, por la contención, la serenidad y la complicidad con la que evoca la belleza de lo que ya no está. En sus versos se despliega el último paseo en verano, el diagnóstico inesperado, los cuidados, la noche de Fin de Año en el hospital, el desgarro del dolor, la casa vacía; los momentos de una larga historia de amor que se despliega ante nosotros.
«No me importa que tardes en apagar la luz / si me quedo dormido en tu lectura. (...) Tampoco tú protestas si enciendo la luz antes de hora. / Duermo poco. / Digamos que a las cinco mi mesita de noche / es una dársena donde hay carga y descarga de palabras / que pasan a tu sueño. / Me das tus sueños al vivir los míos. / Te doy mis sueños al guardar los tuyos. / Historias que se enlazan como cuerpos».