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¿Qué fue de Lolo García? El niño de 'La guerra de papá' fue una estrella que decidió dejar de brillar

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El actor, Lolo García en 1993
El actor, Lolo García en 1993

Su mirada tierna, con aquellos ojos azules, encandilaron al público español de finales de los 70. Por aquel entonces Lolo García solo tenía 7 años y debutó en la cine de la mano de uno de los directores más respetados, Antonio Mercero, que adaptó la novela de Miguel Delibes, El príncipe destronado.

La película fue un rotundo éxito de taquilla y catapultó a la fama a joven protagonista: Lolo García interpreta a Quico, un niño que se siente desplazado con la llegada de una hermana pequeña a la familia. Pocos saben que su nombre real es Víctor Manuel García y que nació en 1970 en Seal Beach, en California, Estados Unidos.

Lolo García en 'La guerra de papá' (1977)

Lolo García en 'La guerra de papá' (1977)

Tras el bombazo que la película logró en taquilla, Mercero volvió a contar con él en Tobi (1978), una historia de fantasía sobre un niño al que le crecían unas alas, como de ángel. El impacto no fue el mismo y al público no le convenció la versión alada de Lolo García, aunque mantuvo la popularidad del joven actor. Después vinieron algunos papeles secundarios, uno de ellos junto a Antonio Ferrandis en la película Dos y dos, cinco.

También probó en la pequeña pantalla con un papel en la serie de televisión Miguel Servet, la sangre y la ceniza de José María Forqué. En 1988 hace su última aparición en la gran pantalla. Regresa a la ciencia ficción en una producción italiana, una película llamada Computron 22, al rebufo de la fascinación por las nuevas tecnologías de la época, que sin embargo resulta un desastre en taquilla y mina la ilusión del joven por el mundo del cine.

Cartel de 'Computer 22' (1988), con Lolo García

Cartel de 'Computer 22' (1988), con Lolo García

La decisión que cambió el rumbo de su vida

Por aquel entonces, Lolo ya contaba con la mayoría de edad y comienza su etapa universitaria. La joven promesa decide apartarse de la interpretación para volcarse en una formación académica que nada tenía que ver con el mundo del que venía. Años después se licencia en Económicas y aunque mantuvo el gusanillo de la actuación en algunas obras de teatro puntuales, terminó por dejar el mundo del espectáculo. Lejos de los focos y la popularidad de su infancia, en los últimos años no ha trascendido nada de su vida privada.