¿Qué fue de Lolo García? El niño de 'La guerra de papá' transfomó su vida en los 80
- Su entrañable papel en la película La guerra de papá conquistó al público
- Tenía solo 7 años cuando se convirtió en una de las grandes promesas del cine de los 70
Su mirada tierna, con aquellos ojos azules, encandilaron al público español de finales de los 70. Por aquel entonces Lolo García solo tenía 7 años y La guerra de papá (1977), dirigida por Antonio Mercero, se convertía en su gran debut en pantalla. Adaptación al cine de la novela de Miguel Delibes, El príncipe destronado, la cinta fue un rotundo éxito de taquilla y catapultó a la fama en nuestro país al joven protagonista que en la película daba vida a niño que se siente desplazado con la llegada de una hermana pequeña a la familia.
Víctor Manuel García, su nombre completo, nació en 1970, al otro lado del charco, en California. Su primera aparición en pantalla fue fruto de la casualidad, aunque en ello tuvo que ver mucho aquella mirada hipnótica y candida con la que dio vida a Quico, el niño de La guerra de papá.
Tras el bombazo que la película logró en taquilla, Mercero volvió a contar con él en Tobi (1978), una historia de fantasía sobre un niño al que le crecían unas alas, como de ángel. El impacto no fue el mismo y al público no le convenció la versión alada de Lolo García, aunque mantuvo la popularidad del joven actor. Después vinieron algunos papeles secundarios, uno de ellos junto a Antonio Ferrandis en la película Dos y dos, cinco.
También probó en la pequeña pantalla con un papel en la serie de televisión Miguel Servet, la sangre y la ceniza de José María Forqué. En 1988 hace su última aparición en la gran pantalla. Regresa a la ciencia ficción en una producción italiana, una película llamada Computron 22, al rebufo de la fascinación por las nuevas tecnologías de la época, que sin embargo resulta un desastre en taquilla y mina la ilusión del joven por el mundo del cine.
La decisión que cambió el rumbo de su vida
Por aquel entonces, Lolo ya contaba con la mayoría de edad y comienza su etapa universitaria. La joven promesa decide apartarse de la interpretación para volcarse en una formación académica que nada tenía que ver con el mundo del que venía. Años después se licencia en Económicas y aunque mantuvo el gusanillo de la actuación en algunas obras de teatro puntuales, terminó por dejar el mundo del espectáculo. Lejos de los focos y la popularidad de su infancia, en los últimos años no ha trascendido nada de su vida privada.
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