Truchas: 7 curiosidades de los peces más aventureros y heroicos
- ¿Sabías que las hembras de las truchas ponen unos 2.000 huevos por kilo de peso pero sobrevive una pequeña porción de ellos?
- El naturalista y biólogo Juan Antonio Rodríguez Llano nos descubre los secretos de las truchas y los salmones
- Los domingos en La 2 a las 18:30h, Cuaderno de campo | Siempre disponible -gratis y online- en RTVE Play
Cuando vamos a la pescadería siempre vemos enormes filetes sonrosados, suculentos y gruesos de salmones y truchas. Sus dueños eran animales criados en piscifactorías, con vidas predecibles y aburridas. Sin embargo, sus parientes salvajes llevan una existencia asombrosamente aventurera. Los peces no muestran emociones. Sus caras son rígidas y sus ojos inexpresivos. No podemos saber si están felices, asustados o tristes. Sin embargo, la existencia de las truchas y los salmones es muy excitante así que ¿Por qué no pensar que se trata de flemáticos aventureros, de personajes decididos, valientes y atrevidos? Si no fuera así, su vida no tendría sentido.
Tanto las truchas comunes de nuestros ríos como los salmones que surcan los cauces cantábricos nacen en ambientes salvajes y puros. Ambos peces necesitan unas condiciones muy exclusivas para poner sus huevos: aguas frías, bien oxigenadas e impolutas. Entre las arenas del lecho del río maduran sus huevos, semejantes a granos de arena dorados. Nada más nacer comienza una asombrosa vida colmada de aventuras, hazañas y peripecias.
De las decenas de miles de huevos que pone cada madre sólo sobrevivirá un puñado, apenas una decena de truchas. Desde el mismo momento en que cada huevo se deposita sobre la arena comienza la aventura a vida o muerte de cada trucha y cada salmón. Muchos de esos huevos serán ingeridos por otros peces, por insectos o anfibios hambrientos… Los pequeños alevines, que apenas soportan las corrientes salvajes del río son las presas de culebras, garzas o martines pescadores…
A medida que pasan los meses van sucumbiendo las jóvenes truchas, su número se reduce para alimentar a otros animales. Aunque la proporción de supervivientes es ínfima, su número está calculado para mantener un maravilloso equilibrio natural.
Algunos de los cazadores que hoy devoran a las pequeñas truchas, pasado el tiempo, se convertirán en su alimento y, así, las larvas de las libélulas, los escorpiones acuáticos y algunos peces serán parte del menú de las grandes truchas.
Con nuestro documental filmamos esa aventura permanente, esa vitalidad que empuja a las truchas y salmones a combatir a sus enemigos, a luchar contra las corrientes y a entrelazar sus vidas con la de decenas de especies de plantas y animales que viven en nuestros ríos más salvajes y mejor conservados.
La aventura de contar una aventura
Filmar a las truchas o los salmones es un reto técnico y físico. Para espiar a nuestras protagonistas tenemos que usar cámaras subacuáticas, carcasas submarinas y neoprenos muy gruesos que nos aíslen de las temperaturas gélidas de los ríos de montaña. Bucear y nadar contracorriente es un esfuerzo físico en el que nos embarcamos y que nos hace que comprendamos mejor la vida de las truchas.
Tanto salmones como truchas remontan los ríos cuando llevan mucha agua, entre el invierno y la primavera. Los ríos son especialmente duros, fríos y peligrosos en esas dos estaciones, pero debemos adaptarnos a la vida de nuestros peces aventureros.
Por otro lado, la fuerza física de truchas y salmones se muestra de forma espectacular cuando remontan los ríos y realizan saltos prodigiosos para salvar cataratas y rápidos: filmar ese instante es nuestro mayor reto y para eso disponemos de cámaras de alta velocidad aunque, sino tenemos algo de suerte, no nos servirán de nada ya que hay que apuntar al sitio exacto donde salta el animal y apretar a tiempo el disparador de la cámara…
Gracias a la pericia de nuestros cámaras y a la fortuna conseguimos desentrañar algunos de sus secretos.
7 secretos de los peces más aventureros
1) Campeones de salto: Los salmones son más fuertes y grandes que las truchas y son capaces de alcanzar hasta los 3.6 metros de altura en sus saltos verticales. Cuando ascienden los ríos para reproducirse alcanzan una velocidad de 6,5 kilómetros diarios.
2) Enemigos importados: Algunos de los enemigos más duros de las truchas comunes son las especies exóticas liberadas en nuestros cauces. La trucha arco iris, importada por pescadores y administraciones durante el siglo XX ha desplazado a nuestra especie en muchos de sus ríos originales.
3) Invadidos e invasores: La trucha común sufre en su hogar la invasión de peces exóticos importados por el ser humano pero, al mismo tiempo, es considerada como una de las 100 peores especies invasoras ya que se ha exportado a muchos ríos de todo el planeta donde ha alterado el equilibrio ecológico.
4) Familias numerosas: Las hembras de las truchas ponen unos 2.000 huevos por cada kilo de peso pero solo sobrevive una pequeña porción de ellos.
5) Entre el río y el mar: Los salmones adultos viven en el mar, cerca de la costa, pero se reproducen en las cabeceras de los ríos. Los jóvenes salmones pasan cerca de seis años en el río a medida que crecen se acercan al mar, donde vivirán, al menos cuatro años. La mayor parte de las truchas pasan su vida en los ríos de montaña pero algunas, conocidas como reos, viven casi siempre en el mar.
6) Peces con memoria: Los salmones tienen un gran sentido de la orientación relacionado con el gusto y el olfato. Gracias a estos sentidos y a su portentosa memoria pueden regresar al río y al lugar exacto en el que nacieron hace muchos años para volver a reproducirse.
7) Peces clave: Tanto truchas como salmones son especies clave en sus ecosistemas ya que tienen un papel fundamental tanto como depredadores de pequeños seres acuáticos como presas de otros animales relacionados con la ecología ribereña: osos, nutrias, visones, garzas o águilas pescadoras son algunos de sus enemigos más poderosos.
* Puedes conocer todos los secretos de la fauna ibérica cada domingos en La 2 a las 18:30 h, Cuaderno de campo