Cinco libros de Rosa Montero a descubrir a través de sus palabras
- Recordamos cinco entrevistas con la escritora madrileña en Radio Nacional
- Ha presentado libros como Lágrimas en la lluvia, La carne o Los tiempos del odio
La escritora y periodista Rosa Montero nació el 3 de enero de 1951. En 2022 ha recibido la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Debutó como novelista en 1979 con Crónica del desamor. En Radio Nacional ha presentado muchos de sus libros, recordamos cinco de entrevistas recientes en Gente despierta, No es un día cualquiera y El ojo crítico, cuando cumple 72 años.
El aquí y el ahora
Lágrimas en la lluvia (2011) de Rosa Montero ocurre en el año 2109, aunque la escritora apunta sigue tratando los temas de todas sus novelas: “el aquí y el ahora”. Aborda “la condición humana, que es algo permanente. Ese miedo al otro, ese desdén al otro, esa violencia a flor de piel que puede estallar en cualquier momento contra el distinto. Aquí está encarnada en los tecnohumanos”.
Un libro que nace del “deseo de regalarme un mundo literario. Todos los novelistas tenemos la tentación de jugar un día a un juego más grande o con juguete más grande que nuestras novelas habituales y es construirte un mundo con unos personajes estables que puedas visitar cuando quieras”.
Un espejo
Cuando Rosa Montero leyó el diario de Marie Curie, le estalló la cabeza. “Cuando leí el diario me estalló en la cabeza. Fue cómo de repente una campanada, una llamarada que me llenó la cabeza de palabras que querían ser dichas. Y no sólo del duelo ni muchísimo menos, porque este no es sólo un libro sobre la muerte y sobre el duelo, aunque también, sino sobre la vida y sobre tantas reflexiones”. Lo tituló La ridícula idea de no volver a verte (2013).
La científica polaca se convirtió para la escritora “en un espejo de aumento para poder rebotar y hablar de cosas que me parecen esenciales desde luego en mi vida, pero también en la vida de todos”.
Una debilidad
“Habla de cosas graves, importantes y terribles, pero habla desde el sentido del humor y desde la humildad”, destaca Rosa Montero sobre su novela La carne (2016). Sobre el personaje de Soledad, a quien solo le gustan los guapos, cuenta que “eso es una estupidez, pero que les pasa a mucha gente. Este mundo tiene una debilidad por la belleza increíble”.
“Es tremendamente complejo y furioso”, añade sobre Soledad. “Está rabiosa de ver que hay otra gente que es más feliz que ella. Piensa que es desgraciadísima, que no ha tenido el amor y no lo ha tenido por una serie de circunstancias. La novela tiene muchas sorpresas y se van desvelando poco a poco”.
Creencias simplificadoras
En ‘Los tiempos del odio’ volvió al universo de Lágrimas en la lluvia. La ambición de Rosa Montero fue “ir más allá de lo que estamos viviendo''. Habla sobre “esa ansiedad que tenemos los humanos desde principio de los tiempos por buscar unas creencias simplificadoras que nos acojan y nos protejan. Creo que desde el principio de los tiempos ha habido una lucha entre fuerzas retrógradas de la oscuridad y las fuerzas de la luz y de la progresía. Así que esos impulsos ultrareligiosos, ultrafanáticos y ultranacionalistas suceden ahora, pero han sucedido a lo largo de toda la vida”.
“Mi protagonista lo que pasa es que tiene muchos problemas con las emociones, muchos problemas con los sentimientos, entonces tiene esa especie de caos en la cabeza, está llena de miedos, de complejos, persecutorio y le da miedo amar porque le da miedo hacerse daño. Siempre se equivoca”, desvela.
Artefacto de relojería
En la novela La buena suerte (2020) de Rosa Montero “todo tiene un sentido, pero parece un sinsentido muy grande”, le explica en El ojo crítico a Laura Barrachina. Cuenta que es “un misterio muy potente” y “está construida como un artefacto de relojería hojita o hojita para que realmente el lector se quede atrapado por ese enigma tremendo de los personajes”.
“No es un thriller, aunque hay policías, delitos, delincuentes, pero lo que te atrapa es qué hace que ese un hombre se baje en el pueblo más feo del planeta. Se para en un lugar, levanta la cara del ordenador y ve ese paisaje que es el horror urbano, el infierno urbano, unas casas espantosas, tres vías. Luego pegadas a las vías un balconcito de una casa del desarrollismo franquista”.