Julio Basulto contra la obesidad, sin milagros ni dietas
- El dietista y nutricionista y diferentes especialistas explican cómo abordar esta enfermedad
- Señalan que se tiene que tratar desde diferentes perspectivas y no únicamente desde la alimentación
- Echa un ojo a las miles de recetas que puedes encontrar en Cocina RTVE
“La obesidad no depende de la persona que la padece”, explica el dietista y nutricionista Julio Basulto en su sección “Vida sana” en el programa No es un día cualquiera. Por ejemplo, una de las posibles causas de padecerla es si en la infancia se ha sufrido una violación, estas “se relacionan claramente con un mayor riesgo”. Otra ejemplo es si durante esta etapa de la vida ha vivido “en una familia en la que le obligaban a comer, había muchos gritos, mucha violencia o había un ambiente en el que había mucho producto malsano, los padres no eran conscientes de ello y el niño de mayor cuando tiene obesidad ya es muy difícil revertirlo”.
Según la Organización Mundial de la Salud entre 1975 y 2016 “se ha triplicado en todo el mundo”. Este es uno de los temas que más preocupan en No es un día cualquiera y en la sección “Vida sana” de Julio Basulto, por eso periódicamente lo han abordado con diferentes especialistas.
El 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad, lo convoca la Federación Mundial de la Obesidad. Así que aprovechando esta cita compilamos los podcast de “Vida sana” relacionados con este asunto y te contamos algunas de las principales recomendaciones que se han transmitido a los oyentes sobre la obesidad y cómo tratarla.
Tener en cuenta todo
Tiene que ser abordada de forma “integral”, explican las doctoras Clotilde Vázquez y Ana Isabel de Cos, cuando presentaron el libro Manual de obesidad en el programa que dirige y presenta Carles Mesa. Por lo tanto, es un tratamiento que tiene que tocar “la alimentación, el patrón alimentario, la actividad física iniciarla o programarla, hay que hablar de motivación, hay que reforzar, si hay una ingesta emocional, hacer un regulación emocional. Tenemos que tratar si hay patologías asociadas y enfermedades”.
Esta es una enfermedad “compleja” y “no es una cuestión de báscula”, cuyo rasgo común “es que almacenan demasiada grasa”. Los mecanismos por lo que esto se da son “muy distintos” por eso “hay que diagnosticarlos y priorizarlos, porque en muchas personas se pueden dar varias cosas a la vez: alimentación incorrecta, sedentarismo, fármacos, problemas hormonales”. “El primer paso es un correcto diagnóstico”, a partir de aquí se establece “la estrategia”.
La grasa, ¿qué hace? ¿dónde está?
“La grasa es un órgano endocrino más”, explica la doctora Guadalupe Sabio en “Vida sana”. “Es capaz de controlar nuestro sentido del hambre y la obesidad, a veces viene por datos genéticos o por modificaciones genéticas”. Por lo tanto, la obesidad es una combinación de hábitos de vida y genética.
Sobre dónde se acumula la grasa, Sabio destaca que “la intraabdominal está más cerca de órganos muy claves como el hígado. Eso va a ocasionar que tenga un efecto endocrino hacia el cerebro, el músculo, pero también hacia el hígado. Esa grasa abdominal al estar más cerca del hígado, su efecto tiende a ser mayor y a tener más inflamación. ¿Por qué? No se sabe muy bien. Todavía hay muchas preguntas que no sabemos”. Otra reflexión que se proponen en su grupo de investigación y para la que no tiene respuesta es “¿por qué unas personas tienden a almacenar más grasa abdominal y otras más en los glúteos?”.
¿Y los fármacos?
Uno de los ámbitos de investigación de Guadalupe Sabio es el desarrollo de fármacos para la lucha contra la obesidad. En este sentido explica que “necesitamos encontrar dianas terapéuticas que sean seguras. No nos podemos permitir ningún efecto secundario para intentar disminuir la obesidad de una persona”. Sus investigaciones no ponen tanto el foco en que esta persona padezca obesidad, sino que estas pastillas “no le crea una enfermedad grave”.
“Hay que lanzar a la población la idea de que no va a ser pronto cuando tengamos una pastilla que haga que la gente pueda estar delgada sin esfuerzo. Creo que no es ese el camino y creo que es intentar que la gente esté lo más sana posible”.
Sin milagros
Habitualmente encontramos publicidad en todo tipo de espacios, libros o voces que destacan una dieta como la solución para bajar peso con facilidad. La doctora Clotilde Vázquez explica en “Vida sana” que estos supuestos milagros son “la puerta a la obesidad”. “Cualquier dieta incorrecta siempre conlleva una adaptación metabólica,cambios, disturbios en el organismo”. Esto no es culpa de la persona que la sigue, sino que es la “continuación biológica de esa dieta incorrecta” que le lleva “a un rebote”. Por tanto, “si alguien quiere adelgazar, que no haga nunca nada de eso”.
El efecto yoyo
Mediante este tipo de dietas que ofrecen soluciones rápidas y efectivas, se consigue bajar de peso rápidamente pero como el yoyo, baja pero después vuelve a subir. A esto se le llama, precisamente, “efecto yoyo” en nutrición. Este rebote “hace que ganes más peso del que tenías antes de empezar la dieta”, explica Julio Basulto en una edición de “Vida sana” dedicada a este tema.
Las personas después de realizar una dieta milagro de este tipo, vuelven a los hábitos anteriores porque no los han cambiado. “No puedes seguir eso, es insostenible, te hacen sentir culpable”, cuenta la dietista y nutricionista Olga Ayllón. “Recuperas el peso sobre todo porque buena parte del peso que has perdido es masa muscular”, explica Basulto y a lo que añade “es un golpe bajo a tu metabolismo, porque la masa muscular es lo que hace que tú consumas energía”.
Basulto cita en este programa un documento de la American Obesity Treatment Association: “Los pacientes tienen derecho a saber que perder peso con rapidez puede causar graves problemas de salud. Por ejemplo, hipertensión arterial, cálculos biliares, un mayor riesgo de muerte prematura”.
Aprender autocontrol
El objetivo cuando se empieza una dieta no tiene que ser la bajada de peso, “aunque les cueste entender eso, sino ir haciéndoles ver que es un estilo de vida”, señala Olga Ayllon. “A veces ese número no lo podemos bajar como ellos imaginan que puede bajar”. Para tratarlo pone como metáfora la manera en que se afronta una carrera universitaria: “Cuando uno se hace un cambio alimentario y está en un peso muy elevado, tiene que ver años por delante”.
Así que para aprender cómo comer mejor, la nutricionista propone el autocontrol, es decir, trabajar con el “diario dietético”: “Te empodera el conocimiento de lo que estás haciendo”. “Todo el mundo que escribe algo cada día un poquito, se da cuenta de muchas cosas. Si lo haces con la alimentación, te das cuenta de todo”.
Las palabras y la obesidad
“No es lo mismo decir ‘ser obeso’ que ‘padecer obesidad’. Es una reflexión muy gramatical, pero que tiene un impacto muy importante sobre cómo interpretamos el contenido de las frases”, señalaba la doctora y catedrática de Lengua Española en la Universitat de Barcelona Estrella Montolío. “Cuando decimos que alguien es algo, estamos hablando de una categorización de rasgos que llamamos permanentes. Por eso decimos que el verbo ‘ser’ es un verbo estativo, porque no alude a transformación y a cambio sino que alude a categorización inmanente”.
“Cuando decimos que alguien es un obeso o una obesa, estamos definiéndolo en su esencia. Es como si no tuviera otra condición más allá de su obesidad. En cambio, cuando decimos que alguien padece o que tiene obesidad, estamos hablando de una característica, entre otras muchas posibles, además que es susceptible de transformación”, añade Montolío.
La tilde en el acosador
En “Vida sana” analizaron el desafortunado titular “La Universidad de Córdoba sugiere que niños con sobrepeso que sufren acoso escolar hagan ejercicio”. Julio Basulto señala que “hay cosas que uno no puede dejar de ser y dejar de padecer obesidad no es tan sencillo como la gente cree”. “Ponemos la tilde en el acosado, en vez de la tilde en el acosador”.
“El ejercicio físico no es una varita mágica que adelgace sistemáticamente. Ayuda a escala poblacional a prevenir la obesidad y puede ver un poco con el control de peso. La correlación no es causalidad. ¿Qué significa esto? Los que tienen menos forma física reciben más acoso, ¿pero eso significa que tener más forma física se va a traducir en menos acoso? No lo sabemos”.
El nutricionista plantea la siguiente hipótesis: “No es que la obesidad produce el bullying, el niño que está siendo acosado reiteradamente por motivos múltiples, por ejemplo un abandono emocional en el hogar, se acaba refugiado en la comida y acaba padeciendo obesidad. Por lo tanto, la solución no tiene que ver con que haga dieta o con que haga ejercicio físico”.