Una familia, un accidente, un secreto. Javier Rovira habla con Página Dos de su nuevo thriller, "Mala mar"

• Además de escritor, Javier Rovira (Almería, 1967) es también pianista profesional y profesor
• En su segunda novela, Mala mar (RBA), un encuentro familiar desemboca en una tragedia
• Como gestor cultural, Rovira es fundador y director artístico del festival Clásicos en el Parque

En la nueva novela del pianista y escritor Javier Rovira, "Mala mar" (RBA), un encuentro familiar informal desemboca en una tragedia

«Me llamo Tomás Salcedo y acabo de matar a mi hermana». De ese modo tan contundente se abre la segunda novela —después de Sesión privada— del pianista y escritor almeriense Javier Rovira. Una familia está a punto de reunirse en la vieja casona de veraneo para celebrar el cumpleaños de la madre. Lo que pretendía ser un encuentro entrañable se convierte en tragedia debido a un accidente causado por casualidades nimias. Cada hermano —Tomás, el primogénito; Mariana, Ángela y Leo— adoptará un punto de vista opuesto sobre la situación.

Esa misma mañana de la desgracia todavía van a ocurrir más cosas. A los Salcedo, después de ese día infausto, les quedará por delante una investigación judicial, un incipiente escándalo público y la necesidad de afrontar un turbulento pasado familiar marcado por la mentira, la culpa y el silencio. Para hablar de la historia de esa familia Javier Rovira viaja a los años de la transición. Investigó sobre el torturador franquista Antonio González Pacheco para construir la trama del pasado de los Salcedo.

La vida del protagonista, Emilio, se entrelaza con la del que fue su verdugo en su juventud. Rovira quiso narrar los puntos de vista de todos, también de los culpables, para conocer sus razones. La historia transcurre entre la Asturias del presente («es un lugar con magnetismo y fuerza») y el Madrid de 1976. En este thriller psicológico abundan las referencias musicales, debido a la otra profesión de Javier Rovira: pianista y profesor de conservatorio.

El pasado marca la vida de los Salcedo. En Página Dos hemos hablado de otras familias —de ficción y reales— con secretos, traumas y estigmas. La de Miriam Toews (Pequeñas desgracias sin importancia), La postal de Anne Berest, un clásico como Matilda de Roald Dahl, Una educación de Tara Westover, El quinto hijo de Doris Lessing, La vergüenza de Annie Ernaux, El jilguero de Donna Tartt, Tenemos que hablar de Kevin de Lionel Shriver, Los timadores de Jim Thompson, La extraña desaparición de Esme Lennox de Maggie O’Farrell, El mal de Portnoy de Philip Roth, la serie de Patrick Melrose de Edward St Aubyn…

En Mala mar, el accidente es una excusa para hablar de todo lo que realmente le interesa al autor: las relaciones familiares, la amistad, los ideales políticos, el desamor. Rovira se inspira en las viejas novelas negras estadounidenses de los años veinte, que narraban una historia pero de fondo denunciaban una realidad social. Su libro destapa un lado oscuro de la transición, un modo de estructurar la familia en el que a la mujer le tocaba aguantar y callar. Y lo narra de un modo ligero, ágil y con un punto de humor que hace que el texto enganche. Porque Rovira no es solo escritor, es lector, «y es muy importante que una novela entretenga.»