Seis palabras que empleas mal, según la FundéuRAE
- "Armagedón" o "áurea" son algunas de las voces de las que hacemos un mal uso
- El palabrero es otro de los espacios de Radio Nacional que indaga en la historia de las palabras
¿Hacemos un uso correcto del idioma? Diariamente escuchamos expresiones o términos que no están bien dichos pero que el hablante integra en su vocabulario. Desde el espacio El español urgente con FundéuRAE se resuelven los interrogantes sobre su significado, uso inadecuado de estas y cuáles son las alternativas para reemplazarlas
El vocablo "armagedón" no está recogido en el diccionario
A raíz del estallido de la guerra en Ucrania, esta palabra ha visto en incontables ocasiones en la prensa para designar la idea de una devastación gigantesca. A pesar de su creciente popularidad, su uso es inapropiado. ¿Por qué? "'Armagedón' es la metáfora del inglés y no hay razón para importarla al español, ya tenemos apocalipsis. Cada comunidad de hablantes busca su sentido figurado de modo distinto, y el mundo anglosajón ha ido por un camino distinto del hispano", señalan en El español urgente con FundéuRAE.
¿De dónde proviene la palabra apocalipsis? "Esta denominación, que viene del griego, no significa nada relacionado con catástrofes o exterminios. En realidad, apocalipsis significa revelación sin más. Sin embargo, una de las cosas que se revelan es el fin del mundo. Y en unos términos que no es de extrañar que se haya asociado con una devastación total". Mientras que "armagedón", que proviene del mismo libro del Apocalipsis, es el lugar se librará la batalla final entre el bien y el mal.
Empleo del término "supernatural" cuando realmente se quiere decir "sobrenatural"
A priori, son dos voces similares, pero en cierto modo son opuestas. La diferencia está en el comienzo de la palabra, que es parecido. Sin embargo, el empleo de un prefijo u otro hace que varíe completamente el significado. "Tienen el mismo origen latino, aunque en la lengua actual estos prefijos no sean sinónimos. Hoy lo normal es que super funcione como superlativo. En cambio, sobre se refiere más bien a lo que está más allá o encima de algo", matiza Javier Bezos.
"Trombo" y "coágulo" no se utilizan en los mismos contextos
Son dos palabras que "se refieren a la masa sólida que se forma en un líquido, en este caso la sangre". Su significado es idéntico, pero "en la práctica clínica" no se usan de igual forma. ¿En qué se diferencian? "Un coágulo puede ser un proceso normal y positivo para nuestro organismo. En cambio, un trombo se considera negativo y está asociado a una enfermedad", señala Javier Bezos. También sustenta que no es incorrecto emplear coágulo a modo general. Sin embargo, no es lo adecuado. "Es probable que se esté traduciendo desde el inglés, de un modo un tanto crítico, porque en esa lengua no se hace la distinción que sí se suele hacer en la terminología médica en español".
¿Es correcto utilizar "aúrea"?
Según la RAE, es un adjetivo para hacer referencia a un objeto que es "de oro". Esta es una palabra culta porque se ha tomado directamente del latín, por lo que su uso no está muy extendido entre los hablantes. En diversas ocasiones, sí que se emplea para hacer referencia a la sensación que pueden producir las cosas o las personas. Un uso erróneo ya que la palabra que corresponde con este sentido es aura. ¿Por qué pasa esto? "Se trata de palabras parónimas, que se parecen mucho y que por tanto podrían confundirse", destaca Javier Bezos. Otros ejemplos son "ciervo" y "siervo", "infligir" e "infringir", "flagrante" frente a "fragante", "infectar" e "infestar", "apóstrofo" y "apóstrofe", etc.
No es recomendable usar la voz "legitimizar"
Para expresar que algo se pasa a considerar legítimo, que se le da legitimidad, el diccionario académico recoge el término "legitimar". Sin embargo, se encuentra la variante "legitimizar" porque, como explica Javier Bezos López, "parece que si lo usamos por ser más larga queda mejor". El recurso de tomar una palabra similar que es más larga o se le añade un sufijo, que en el fondo es vacío, es denominado sesquipedalismo. Es un fenómeno muy común y se repite con varios vocablos. "Por ejemplo, se toma la palabra tema y en su lugar se dice temática o en lugar de tipo se dice tipología, otra generalizado en lugar de general", argumentan en El español urgente con FundéuRAE.
El uso erróneo de las construcciones más empleadas
Son de uso diario y las tenemos muy integradas en la forma del habla. Se trata de construcciones que se han convertido en muletillas introductorias que pueden ser completamente prescindibles. Algunos ejemplos son "decir que", "aclarar que" o "señalar que", entre otras. ¿Cómo evitarlas? “Una es añadir un verbo. Otra opción es conjugar el propio verbo”, aclaran en El español urgente con FundéuRAE.
En palabras de Javier Bezos López, ortotipógrafo y miembro de la FundéuRAE, asegura, que al vocablo señalar se le está dando un significado que no es el propio. La Real Academia española recoge las siguientes acepciones, en los sentidos “propios de señalar”, es destacar, llamar la atención, resaltar. Sin embargo, se está utilizando con una connotación negativa como “si significara acusar, tachar o tildar”. En segundo lugar, se emplea de forma inadecuada. ¿Por qué? "Se reemplaza, sin más, acusar, tildar o tachar por señalar. Y eso da lugar a la combinación "señalar de" que no es correcta. En caso de que prefiriéramos el verbo señalar, que es posible, no debería ser "señalar de", sino "señalar que". No tiene la misma carga negativa, pero es gramaticalmente correcto", aclara Javier Bezos.