Enlaces accesibilidad

Que no te engañen: Esta es la verdadera dieta paleolítica

  • Bulbos, raíces, tallos y hojas, en la prehistoria se comía mucho más que carne
  • El desarrollo de tecnologías y la aparición del fuego marcan un antes y un después en
  • Ya está disponible El Condensador de Fluzo: Bon appétit! o los alimentos a lo largo de la historia en RTVE Play

Por
El Condensador de Fluzo .- La verdadera dieta paleolítica

La Dieta Paleo se ha popularizado en la actualidad como una tendencia nutricional cuya propuesta se basa en la idea de alimentarse tal y como se hacía en la Prehistoria. Fundamentada en torno a la creencia de que el organismo humano es incompatible con algunos productos clave de la alimentación moderna, apuesta por volver a una dieta basada en carnes, pescado, vegetales, frutas y frutos secos y elimina cualquier elemento fruto de un proceso, como los derivados de los cereales o productos lácteos.

Pero… ¿en qué se parece esta moda a la dieta real de los antiguos paleolíticos? Pues la realidad es que en bastante poco. La alimentación ha variado y evolucionado desde hace más de 2 millones de años, pero, en este recorrido evolutivo, el ser humano se ha aprovechado sistemáticamente tanto del reino animal como del vegetal, constituyendo ambos la base de su dieta.

El concepto de que en la Prehistoria el menú se basaba únicamente en el consumo de carne ha quedado superado y existen diversos estudios que demuestran que en el Paleolítico se consumía también otro tipo de alimentos como plantas, raíces, frutos, tallos, flores y hojas, algunos de ellos con más elaboración de lo que algunas dietas modernas promulgan.

Por ejemplo en los dientes de los neandertales hallados en la Cueva de El Sidrón (Asturias) se han encontrado vestigios de almidón de plantas medicinales como aquilea y camomila, así como indicios de setas y piñones.

La alimentación cambió con la tecnología

Desarrollo de herramientas:

El desarrollo de ‘nuevas tecnologías’ como las herramientas de piedra y las tallas líticas, contribuyeron a la ampliación del repertorio alimenticio del ser humano. Nuevas técnicas de caza y de tratamiento de los alimentos permitieron sacar un mayor provecho de la fauna, como la extracción del tuétano, localizado en el interior de los huesos y uno de los grandes manjares de la prehistoria.

Las herramientas de madera, a su vez, permitieron acceder al subsuelo y poder desenterrar bulbos y raíces.

Cazadores y carroñeros:

Pero no solo cazaba, el ser humano también carroñeaba y se alimentaba de animales cazados por otros carnívoros. De hecho sería incluso más habitual que lo primero.

El estudio a través de arqueozoología o la tafonomía de los restos animales hallados en yacimientos arqueológicos ha permitido establecer nuevas hipótesis en torno a cómo los cazadores y cazadoras prehistóricos se hacían con sus presas.

En Torralba y Ambrona (Soria), se han encontrado gran cantidad de huesos de elefantes, caballos, rinocerontes, o ciervos. Para la obtención de la carne de estos grandes mamíferos se han barajado tradicionalmente teorías que implican el desarrollo de técnicas complejas de caza en las que los animales eran conducidos a zonas pantanosas por las cazadoras y cazadores, pero en la actualidad se empiezan a considerar también otras tesis en la línea de que el aprovechamiento de la carne se realizaba una vez que se quedaban atrapados en los pantanos de manera natural.

El Fuego:

Si hay algo que supone un antes y un después en la dieta del ser humano, es sin duda alguna, la aparición del fuego. Es al fuego precisamente al que se asocia el origen de la ‘cocina’. El uso del fuego permitió pasar de una dieta crudívora, que implicaba una gran inversión de tiempo para hacer la digestión, a una dieta de alimentos cocinados que favorecía los procesos orgánicos de la digestión y mejoraba notablemente el sabor de los alimentos.

El procesado de los alimentos con el fuego supuso además, un gran cambio en la evolución anatómica del ser humano, se redujo el tamaño de los dientes, el de los intestinos y se agrandó el tamaño de cerebro, además favoreció la introducción de otros alimentos como algunos cereales o legumbres. Y lo más importante: nos dejó mucho mas tiempo libre para desarrollar otras actividades sociales.

La Paleo Dieta actualmente

Si trasladamos la dieta paleo a nuestros días, encontramos que los alimentos de hoy difieren considerablemente de aquellos que se consumían en la Prehistoria. Las frutas y verduras que consumimos en la actualidad también son el resultado de su propia evolución, producto del desarrollo de una agricultura controlada, mientras que los frutos a los que tenían acceso y se consumían en el Paleolítico eran salvajes.

Mientras que las diferentes corrientes de estudios nutricionales mantienen sus propias hipótesis sobre los beneficios de las diferentes dietas, la investigación histórica sí permite conocer de una manera más fidedigna la Historia sobre lo que se comía hace miles de años.

Si quieres descubrir más acerca de ingredientes y recetas y su evolución a lo largo de los tiempos, no te pierdas El Condensador de Fluzo dedicado a los alimentos a lo largo de la historia.