Lola Flores se negó así de rotunda a desnudarse en el cine: "Ni las 'chachais' ni el 'parrús"
- Empezó en el cine en 1940, pero cuando llegó el 'cine de destape' tomó una decisión
- La Faraona se negó a desnudarse en el cine, pero años más tarde fue portada de Interviú
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Lola Flores hizo de todo en su larga y exitosa carrera profesional: cantó, recitó, interpretó, bailó... Su enorme talento, y su poderío escénico, le abrió las puertas del cine, el teatro y la televisión. Fue un animal escénico, un torbellino, una artista salvaje que no tenía límites a la hora de ponerse delante de la cámara o delante del público. La Faraona vivió con la libertad de la que hizo bandera, rompiendo moldes y tabúes. Arrasó en los años 40, 50 y 60; no había otra con su poderío, su fuerza y su magnetismo. Y aunque contó siempre con el cariño y fervor del público, no pasó lo mismo con la industria cinematográfica. Debutó en el cine en 1940 con Martingala, pero no fue hasta 1983, con Truanes, cuando se la tomó en serio. Rodó 40 películas, casi una por año. Pero en 1975 paró en seco. ¿Cuál fue el motivo?
La llegada del destape
Pero en 1975 llegó el destape, para gloria de muchos y quebradero de cabeza de otras. La apertura social cogió por sorpresa a muchas actrices, especialmente a las que se hacían películas folclóricas o las mal llamadas 'españoladas'. Casi todas se subieron al carro, entre otros motivos porque no se hacía otra cosa. Desde las más modositas, como Carmen Sevilla a las más temperamentales, como Rocío Jurado. El tono 'picante' de las películas iba variando en función del reparto y, en la mayoría de los casos, estaba en consonancia con la calidad de la producción. Pero, ¿qué hizo Lola Flores?
La Faraona nunca puso reparos para aceptar papeles en los que se explotaba su vena sensual y ese salvajismo interpretativo que le hizo famosa, siempre aceptando lo que decía el guion. Pero en el cine setentero las actrices se desnudaban, por lo general, de forma caprichosa (caprichos del productor o director), sin motivo alguno. Este género cinematográfico acaparó las producciones durante años, de 1974 a 1983, dejando el cine de autor casi acorralado. Por eso casi todas las actrices claudicaron y algunas pasaron a la historia como 'Musas del destape', como María José Cantudo, que hizo el primer desnudo integral en la pantalla, en la película La trastienda.
No quiso enseñar las 'chachais'
Lola Flores mostró su desconcierto y así se lo dijo a Rosa Montero en una entrevista en la que se habló del tema. "A mí no me da vergüenza, ni soy mojigata. pero, de verdad, que es asqueroso todo este destape que estamos viendo ahora, que vemos a señoras, que dicen son actrices, enseñar todo por dos perras y media, vamos, que es de vergüenza, que esas señoras dejan de ser mujeres para convertirse en papel, que un actor tiene que ser actor y nada más. que es ahí donde tiene que demostrar lo que vale", decía, aunque era consciente de que el fenómeno del destape era imparable y que el trabajo no era abundante para las actrices que no querían pasar por el aro. "Siempre habrá una niña más joven que tú, con 18 años, que quiera enseñar las 'chachais', que son las tetas en caló, o el 'parrús', como dicen los valencianos, y siempre habrá otra mejor que tú en eso, lo que vale y lo que hay que demostrar es que una es buena actriz. Yo he tenido un cuerpo estupendo y todavía lo tengo, tengo un cuerpo como de treinta años. pero llevo veinticinco de profesión y nunca he querido enseñarlo ni lo enseñare ahora".
Un desnudo mítico
Pero lo hizo. Fue en la revista Interviú, que se forró vendiendo ejemplares. Terenci Moix, que recoge la entrevista de Rosa Montero en su fabuloso libro Suspiros de España, dijo: "Su decisión, aunque salpicada por el escándalo, fue acogida con respeto y simpatía. Señal de que el público empezaba a acostumbrarse a lo que a ella seguía atemorizándola. Y quienes la consideraban como un monumento nacional, decidieron que era como si se hubiese desnudado la Torre del Oro o la Mezquita de Córdoba".