Eresictón, el rey que se devoró a sí mismo
- En la mitología griega, provocó la ira de los dioses por talar unos árboles
- Fue condenado a estar hambriento eternamente
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La mitología griega siempre es fuente de inspiración para los guionistas de ‘Saber y ganar’ y hoy rescatamos la historia de Eresictón de Tesalia para una de nuestras pruebas. Hablamos de una de las figuras que ha pasado a la historia por haber provocado la ira de los dioses y haber sido condenado a estar hambriento eternamente. Por mucha comida que ingiriese, nunca conseguía estar saciado, y la leyenda cuenta que, ante la desesperación, acabó devorándose a sí mismo.
Ofensa a los dioses
Eresictón de Tesalia era un rey soberbio que además no prestaba culto a los dioses, negándose a realizar las ofrendas habituales que hacía la población. Un día quiso construir un techo de madera para uno de los salones de su palacio y decidió cortar una arboleda de la que formaba parte un árbol sagrado que era, además, un santuario ancestral de la diosa Deméter. Entones las dríades, unas ninfas que habitan en los troncos de los árboles, fueron a avisar a la deidad de lo que estaba a punto de ocurrir.
Deméter adoptó la forma de sacerdotisa y se personificó ante Eresictón para hacerle entrar en razón. Pero el rey no solo se negó sino que, con su soberbia, amenazó de muerte a la mujer. Craso error. Deméter se mostró tal y como era y lanzó un castigo horrible contra el monarca: padecería hambre eternamente.
Hambriento por el fin de los tiempos
Por mucho que comiese, Eresictón nunca estaba saciado. De hecho, acabó en la ruina, vendiendo todas sus posesiones, para poder comprar comida que, tras ser ingerida, volvía a dejarle el estómago vacío. El castigo recibido por Deméter también afectó a la hija del rey, Mestra, quien tenía la capacidad de transformarse en cualquier tipo de animal. Lo que Eresictón hacía era venderla a diario y con el dinero que obtenía comprarse comida. La muchacha conseguía escapar de sus compradores gracias a su don de la transformación, y regresaba a casa junto a su padre para volver a realizar el proceso de compra venta.
El truco de Mestra fue descubierto por Sísifo, quien la adquirió para luego ver cómo escapaba de su palacio. La treta creó un conflicto entre Sísifo y Eresictón, y no quedó más remedio que Poseidón interviniese ya que no se ponían de acuerdo. ¿El resultado? Poseidón violó a Mestra y esta, tras el ataque, regresó a Atenas para cuidar de su madre. Se cuenta que Eresictón acabó en la calle mendigando y devorándose a sí mismo ante la desesperación de no saciar jamás su hambre.