Esther Cañadas sobre su enfermedad: "Bastante tenía con no morirme"
- La modelo revela los duros momentos que pasó a causa de su dolencia
- Visitó infinidad de médicos intentando paliar el dolor
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‘Las Tres Puertas’ se abren para recibir a la supermodelo Esther Cañadas, rostro protagonista en el mundo de la moda durante los años 90 y 2000 que consiguió convertirse en un icono a nivel mundial. Pero de repente, Esther desapareció. Ahora se sienta a hablar con María Casado sobre las razones que la llevaron a parar su carrera en pleno éxito y sobre la enfermedad que le diagnosticaron y que le cambió la vida.
Una inesperada enfermedad
Esther Cañadas empezó en el mundo de la moda siendo muy jovencita y poco a poco logró ascender hasta que consiguió dar el salto internacional. Su rostro estaba en todos lugares y su presencia en las pasarelas era de las más solicitadas. Pero un día, la maniquí decidió parar, dejarlo todo y centrarse en sí misma. “Llega un punto en que no has parado y hay demasiadas cosas sucediendo”, comenta.
Justo en aquel momento también le ocurrió una de las cosas que marcarían su vida: la aparición de una enfermedad que la sumía en horribles dolores. “Es una enfermedad inmunológica”, aclara y añade que "bastante tenía con no morirme". También apunta a que el nivel de estrés al que estaba sometida propició que se le desarrollara, aunque incide en que "te la puede disparar un montón de cosas".
“Es complicado. Llega un momento en que te levantas y piensas ‘¿Esta es mi vida? ¿De verdad es ir al médico, ir al hospital, tener efectos de todo tipo en el cuerpo…?’, comenta relatando el calvario por el que tuvo que pasar. “Y cuando te dicen que sí, que es crónico… Es complicado”, concluye.
En busca de una solución de forma desesperada
Esa enfermedad que se desencadenó en aquellos años hizo que Esther Cañadas lo pasase muy mal no solo a nivel físico sino también emocional. Tal y como cuenta, hizo todo lo que estuvo en su mano para encontrar una cura o algo que, por lo menos, aliviase las fuertes molestias que estaba padeciendo.
Tal y como explica, le daban “medicación de todo tipo” pero aquello no era suficiente así que buscó alternativas y consultó a infinidad de especialistas: “Perdí la cuenta en el número 56 de médico”. Pero ella no desistió. “Me fui a Hong Kong para hacer medicina china; estuve meditando con monjes en Tailandia; también estuve en México… lo que se te ocurra”, relata para dar idea del periplo que protagonizó.
Cambio de vida y de ritmo
Aquello hizo que Esther Cañadas dejase apartada su carrera y se centrase en otros aspectos de su vida que había dejado de lado. “Las prioridades en mi caso no cambiaron, lo que cambia es el tiempo que tienes para tus prioridades”, afirma y explica que para ella, algo tan sencillo como ir a comer churros con su familia un sábado por la tarde, y que no había podido hacer a causa del frenético ritmo de vida que llevaba, le parecía “un planazo”.
Esther Cañadas ha llegado a los 45 años serena, tranquila, feliz por la vida que ha tenido y con ganas de seguir dedicándose al mundo de la moda, una de sus pasiones, aunque de una forma más sosegada.