'Los tres padrinos' con John Wayne como nunca lo has visto: vaqueros malos convertidos en dulces niñeras
- John Ford dirigió el wéstern más especial de su carrera, aportando un toque más sensiblero
Caballos, sombreros tejanos, pistolas y rifles, ponchos y chalecos, diligencias, caminos por valles desérticos, ranchos, salones con piano, indios, un sheriff.... casi todos los wésterns tienen los mismos ingredientes, son los códigos que sirven para construir las historias del lejano Oeste. Lo que no solemos ver son niños, y más difícil cuesta ver bebés. Por eso, Los tres padrinos es tan peculiar, es una película que se sale de lo habitual para mostrar otra cara de los vaqueros, forajidos y ladrones, hombres rudos y fuertes que, en la mayoría de los casos, no tienen otra vida que la que viven en el momento y tienen su hogar encima de su caballo.
John Ford es el director que mejores películas del Oeste hizo. Entre las más destacadas figuran algunas tan relevantes como La diligencia, Centauros del desierto y El hombre que mató a Liberty Valance. Tres títulos que se enmarcan en el wéstern clásico, aunque cada una de ellas con sus particularidades. Por eso llama tanto la atención Los tres padrinos, uno de sus trabajos menos conocidos. ¿A qué se debe?
Argumento de la película
Tres forajidos roban un bando y huyen al galope de sus caballos para que no les capture el sheriff Perley. Son Robert Marmaduke Hightower (interpretado por John Wayne), William Kearney, 'El chico albino' (interpretado por Harry Carey Jr., y Pedro 'Pete' Roca Fuerte (interpretado por Pedro Armendariz). Sorprendidos por una tormenta de arena, se refugian en una carreta abandonada. Allí descubren a una mujer con su bebé recién nacido, y antes de morir pide a los tres vaqueros que cuiden de él. Su huida pega un giro radical: siguen avanzando intentando que no los cojan, pero ahora con un bebé en los brazos. Sus vidas, también, pues los tres priorizan la vida del niño sobre las suyas.
La rareza de la película
Algunos expertos en este género- tan estudiado y analizado- hablan de 'Wéstern sentimental' y son muchos los que comparan la historia con la de los tres Reyes Magos de Oriente. Y no solo porque haya una mujer y un niño recién nacido, ya que al final - ¡Ojo, spoiler! - Robert llega con el bebé en brazos a un lugar llamado Jerusalén y lo hace el día de Navidad. Pero la película es mucho más. No solo cuidan del niño, esta experiencia es para ellos una redención, una oportunidad para dejar que afloren sentimientos que estaban atrapados por las circunstancias, desde la amistad a la generosidad. Las escenas finales son tan emocionantes que el espectador más sensible no podrá evitar que se escape alguna lágrima. Al resto, se le encogerá el corazón.
Algunas curiosidades
La historia está basada en la novela corta del mismo nombre escrita por Peter Kyne y John Ford las llevó al cine en tres ocasiones. La primera A marked man, es de 1916 y es muda. La segunda, titulada Marked Men, es de 1919. Las dos están protagonizadas por Harry Carey, padre el actor que en la versión de 1948 interpreta a William Kearney, 'El chico albino'. Ford sentía debilidad por el padre y por eso, tras los títulos de crédito iniciales, se puede ver y leer: “En recuerdo de Harry Carey. Brillante estrella de los primeros cielos del western”. Las dos primeras versiones se han perdido. En el mismo año que se estrenó Los tres padrinos, John Ford estrenó Río Rojo y en esta película intervienen Harry Carey y Harry Carey Jr., padre e hijo.