¡Gustavo Adolfo Bécquer era un gamberro! Este es grafiti que dejó en Toledo
- Gustavo Adolfo Bécquer hizo una firma con grafito en la portada de la Iglesia del Convento de San Clemente, en Toledo
- Descubre la relación del poeta con la ciudad manchega en ‘Un país para leerlo’, programa presentado por Mario G. Obrero
Firmar las paredes con grafitis no es tan moderno como pensamos. En el siglo XIX el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, aparte de escribir poesía, también dejaba su huella, en su sentido más literal, en Toledo. El escritor estuvo viviendo en la calle San Ildefonso, cerca del Convento de San Clemente. Fue en la portada de su iglesia donde, durante trabajos de limpieza y conservación, se descubrió la firma que Bécquer había hecho con grafito.
“Bécquer era un gamberro y aquí hizo su gamberrada “
“La gente piensa que los escritores son tipos pirados que viven en otro mundo, pero Bécquer, además de esa imagen que tenemos de un hombre delgado, tísico, medio triste, pues no era medio triste, era un gamberro y aquí hizo su gamberrada.”, dice en el programa ‘Un país para leerlo’ Francisco Crosas, Catedrático de Literatura de Universidad de Castilla - La Mancha, refiriéndose a la inscripción del poeta.
El misterio de las calles y monumentos de la ciudad manchega atrapó a Gustavo Adolfo Bécquer, al igual que lo hizo con otros escritores españoles como Tirso de Molina o Benito Pérez Galdós. Toledo fue inspiración para el autor por su cultura y la historia. “Estaba en Toledo; en Toledo, la ciudad sombría y melancólica por excelencia. Allí cada lugar recuerda una historia, cada piedra un siglo, cada monumento una civilización”, escribía el poeta en ‘IV Cartas literarias a una mujer’ publicadas en 'El Contemporáneo' en 1861.
¿Cómo llega Bécquer a Toledo?
La primera relación que Bécquer tiene con la ciudad es por un encargo que le hacen para que escriba un libro sobre los templos, conventos y ermitas de Toledo, que se publicó en el 1857. Desde su estancia allí, el poeta sevillano se inspiró en lo que le rodeaba para componer sus versos. De hecho, algunas de sus leyendas tienen un toque toledano ineludible.
La leyenda 'El beso'
Una de las leyendas que, en concreto, bebe de Toledo es ‘El beso’ cuya protagonista es doña Elvira Castañeda, representada en una estatua del Convento de San Pedro Mártir.
Cuenta la leyenda de Bécquer que soldados del ejército francés de Napoleón entraron en la iglesia para resguardarse del frío durante la noche y que su capitán se enamoró de la estatua de doña Elvira… Y hasta aquí podemos explicar: ¡No vamos a hacerte spoiler del final!