Ajustar cuentas con el pasado: "Nadie en esta tierra" es la nueva novela negra del escritor Víctor del Árbol
Víctor del Árbol habla con Óscar López de su nuevo thriller, protagonizado por un policía enfrentado a su pasado
- Antes de ganar el Premio Nadal, el escritor fue mosso d’esquadra veinte años
- Su obra plantea dilemas morales a los lectores. «Somos contradictorios. La literatura es un espejo»
Sus seguidores —que en España son numerosísimos y en Francia son legión— están de enhorabuena. Víctor del Árbol (Barcelona, 1968) presenta nuevo libro. Página Dos se ha citado con este escritor de novela negra, autor de otras obras premiadas como El peso de los muertos, Un millón de gotas, La víspera de casi todo o El hijo del padre. En esta ocasión nos viene a hablar de Nadie en esta tierra (Destino), un ajuste de cuentas con el pasado.
Este thriller policíaco arranca con una malísima noticia. Julián es un inspector de la policía barcelonés que no está pasando por su mejor momento. El médico le ha detectado un cáncer, y no le da mucho tiempo de vida. Acaba de ser expedientado por darle una paliza a un sospechoso de abusos de menores. Busca refugio en su pueblo natal de Galicia, y su visita coincide con la aparición de unos cadáveres que tienen un vínculo con él. Su superior le pide explicaciones. Julián y su compañera Virginia se verán arrastrados a una investigación mucho más profunda y complicada de lo que en apariencia parecía. Para librarse de la acusación de asesinato, el inspector deberá revisar y revivir su propio pasado.
En el prólogo de la novela un misterioso personaje nos habla en primera persona de su forma de ver la vida, condicionada por su profesión. «A los trece años maté a la primera de mis víctimas. Podría justificarme diciendo que se lo merecía, como todos los que vendrían después, pero el merecimiento es subjetivo. La respuesta a porqué hago lo que hago es mucho más sencilla: se me da bien hacerlo. Podría habérseme dado bien cantar y sería cantante, o hacer ceniceros de barro y tener contenta a mi madre, que los coleccionaba. Pero mato a gente por dinero y en ello he encontrado mi modo de estar en el mundo. Tengo sentimientos, por supuesto, y eso es lo más inquietante, porque me convierte en uno de vosotros.»
Óscar López pregunta a Víctor del Árbol por uno de los narradores de la novela, una sombra que deambula por toda la historia. «Es una especie de mancha de aceite que va a contaminar la vida de todos los personajes. Es un sicario sin nombre, refinado y culto, que es lo que resulta escalofriante. Y luego está Julián, el protagonista, que para mí es apasionante. Es una persona que siempre hace lo correcto. Parte de una situación crítica que lo obligará a tomar decisiones radicales.» La vida del sicario y la del policía se van a cruzar en esta historia del pasado al presente, en un viaje que transcurre por México, Galicia y Barcelona. «La novela policíaca es un gran género porque juega con lo aparente y lo oculto. Las evidencias siempre esconden algo.»