'El techo amarillo', quién son las protagonistas del documental
- En 2018, nueve mujeres denunciaron los abusos que tuvieron lugar en el Aula Teatre de Lleida
- Su historia se recoge en El techo amarillo (2022), de Isable Coixet, disponible en RTVE Play
El techo amarillo (2022), la última película de la directora barcelonesa Isabel Coixet, dio voz a nueve mujeres que en 2018 decidieron dar un paso adelante y denunciaron los abusos que habían sufrido 20 años atrás en el Aula de Teatre de Lleida, a manos de dos de sus profesores. Entonces, eran unas adolescentes, unas niñas que no eran capaces de poner nombre a lo que estaba sucediendo. Sin poder reconocer somo víctimas, durante demasiado tiempo, cargaron con el miedo y el estigma.
La denuncia llegó cuando el caso ya había prescrito, pero sus testimonios abrieron una puerta a quienes, como ellas, también había pasado por lo mismo. Coixet se acerca al testimonio de seis de aquellas mujeres, otorgándoles un papel emancipador, sin victimismos. Una película centrada en trazar el perfil de un depredador, explorando los trazos de un caso que se sustenta en la inicial fascinación que aquellas alumnas sintieron por su profesor, cómo él las hacía sentir sus “elegidas” y las seducía hasta que las acorralaba físicamente. Sus testimonios pueden conocerse a través del documental, disponible de forma gratuita en la plataforma RTVE Play. Estas son sus seis protagonistas principales, fotografías cedidas por Zoe Sala Coixet:
Violeta Porta
Aunque ahora mismo no trabaja como actriz, siempre fue sueño. Trabajó como guionista, ayudante de dirección y directora. Además de en el Aula de Teatro de Lleida, estudió del Instituto de Cine NIC de Madrid, en el Estudio Corazza (Madrid) en el Frank Stein Studio de Barcelona. Ha trabajado, en sus diferentes facetas, en numerosas películas, series de televisión y obras de teatro. En El techo amarillo, el reato de su experiencia sobre los abusos que vivió, al igual que el del resto de mujeres, desvela la forma en la que Antonio Gómez, uno de los profesores, se valía de su carisma para ejercer su poder: “Entonces era como un Dios para nosotras, lo admirábamos, era trasgresor y creativo. Le teníamos como referente”.
Sonia Palau
“Me ponía incómoda, pero también me interesaba”, describía sobre Antonio Gómez. “Recuerdo que la primera vez que alguien me vio desnuda fue él. Mientras yo me estaba cambiando y él me miraba”, recuerda sobre un momento de su vida en el que solo era una adolescente. En el documental, también detalla como, igual que las seducía, también ejercía su poder para hacerlas sentir lo más minúsculo. Era un doble rasero de violencia y abusos.
Marta Pachón
“Era como una rockstar, todo el mundo quería estar con él”, cuenta sobre su primera impresión de Antonio Gómez. Para después recordar la experiencia que tuvo con él cuando solo tenía 15 años. “Vamos al teatro a oscuras, con linternas y nos tumbamos a hacernos masajes por debajo de la camiseta”, asegura. Una situación que se repite en el resto de testimonios.
Goretti Narcís
“Lo que él decía se hacía, no había filtro porque teníamos 14 años, y lo que el decía se hacía, pero con los años, lo que se hacía no estaba bien, los ejercicios no estaban bien y lo que pasó ahí durante años no estaba bien”, explica en el documenta. Goretti también pone en valor el apoyo que recibieron del grupo de Dones a escena, una credibilidad que aquel espacio les otorgo años después y las permitió alzar la voz. Reconoce que en un momento en el que el tema del consentimiento estaba a debate, era muy importante que no se las hubiese puesto en duda. Cosa
Aida Flix
Quizá uno de los rostros más reconocibles dentro del documental. Flix ha hecho teatro, cine y televisión, conocida principalmente por su papel de Matilde Navalón en Amar en tiempos revueltos, de TVE. “Pensaba que simplemente era un ejercicio de clase, porque nos lo hacía a todas, pero en ese momento no entendía porque yo sentía ese repudio hacia él. Si es lo normal, ¿por qué siento este repudio hacia él?”, confiesa. Es una de las declaraciones más esclarecedoras. Clave en el hecho de que, el consentimiento, otorgado en un contexto en el que se sufre un abuso de poder no tiene apreciación posible.
Miriam Fuentes
“A mí me sorprendía todo lo que hacíamos. Todo el tema de clases tan sexualizadas. Me resultaba muy incómodo, pero también pensaba que igual me tenía que abrir”, apunta. En aquella edad, explica eran obedientes. Pero las miradas no eran normales, había algo en su cuerpo que estaba alerta.