¿Por qué no existe un Teatro Nacional de Danza en España?
- El bailarín y coreógrafo Antonio Najarro reivindica la necesidad de un espacio para la danza española
- El resto de capitales del mundo cuentan con él, ¿por qué no existe en nuestro país?
- El patinador Javier Fernández rompe el hielo en RTVE Play, estreno el 27 de febrero
Antonio Najarro es una de las figuras más reconocidas de la danza española contemporánea. Una disciplina artística que aún tiene la asignatura pendiente de darse a conocer al gran publico y reivindicar su escena más popular. Director del Ballet Nacional de España de 2011 a 2019, el bailarín y coreógrafo lleva años trabajando para que este arte tenga el reconocimiento y el espacio que merece en nuestro país. Najarro habla con María Casado, en Las tres puertas, de la importancia de saber comunica lo que es y significa.
“Hay que saber comunicar la danza, hacer que la gente de la calle sepa lo que es”. Él desde luego tiene conocimientos para exportar su valor. Lleva desde los 15 años dedicados a esta pasión. Edad con la que también comenzó sus primeras giras internacionales por las más destacadas compañías del mundo. “No hablaba nada de inglés, pero he ido aprendiendo poco a poco. Mi vida ha sido siempre un aprendizaje desde cero. Cuatro idiomas, siempre a pico y pala”.
Un revolucionario de la danza
Najarro siempre ha compaginado la creación y la dirección de danza, con el baile. Una disciplina que ha querido combinar en todas sus formas y combinaciones. “Me encanta llevar la danza a todos los ámbitos”, le comenta a María Casado en esta entrevista. Danza sobre hielo con el patinador Javier Fernández o en una piscina sincronizada con Mireia Belmonte. No hay pista de baile que se le resista. También ha pasado por las más clásicas y reconocidas compañías españolas: La Zarzuela, Compañía Antonio Márquez, José Antonio y los Ballets Españoles y Compañía de Aída Gómez interpretando como Primer Bailarín coreografías de Antonio Gades, Mariemma, José Granero, Alberto Lorca, José Antonio, entre otros.
Conocedor en profundidad del circuito de danza de nuestro país, Najarro pone sobre la mesa un tema fundamental: la necesidad de un Teatro Nacional de Danza. El bailarín reivindica un espacio para la danza, al igual que sucede en otras grandes capitales del mundo. Para el coreógrafo, es vital que en nuestro país, donde hay una diversidad de baile tan amplia, con un folclore tan rico (sevillanas, jotas, sardanas, muñeiras…) exista una sede física e institucional que lo ponga en valor.
El espacio que reivindica la danza española
Talento no falta en España, pero la mayoría ha tenido que salir fuera. “Ahora mismo, tenemos grandes coreógrafos y grandísimos bailarines que están encabezando como primeras figuras compañías extranjeras. Es una pena que el país que más exporta bailarines no tenga un Teatro Nacional de la Danza al que dirigirse, donde podamos tener temporadas en las que el público extranjero pueda ver producciones nacionales”, apunta en Las tres puertas. Las trabas burocráticas y el cruce de competencias que chocan actualmente entre la Comunidad de Madrid -uno de los lugares donde este espacio tendría cabida albergarse- y el Ministerio de Cultura parece haber congelado un proyecto que viene de largo. Es lo que apunta el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Joan Francesc Marco. "Existen iniciativas desde hace años, pero sin una colaboración conjunta, los proyectos no avanzan". Francia, uno de los países en los que más busca verse reflejado España en temas de gestión cultural, con una enorme vinculación a la danza, posee una sede nacional dedicada a esta disciplina, el Palais Garnier de París. Un espacio que opera de forma independiente a la Bastilla, donde solo se programa ópera. Sin embargo, Garnier no fue capaz de programar exclusivamente danza y, faltos de espectáculos, terminaron exhibiendo también ópera.
Delicias, posible sede del TND
En el caso de nuestro país, cuando hablamos de la necesidad de un espacio para la danza, esta no solo es una cuestión de concepto, sino también de materia física. La creación de un Teatro Nacional de Danza implicaría también poner en pie una nueva construcción arquitectónica dedicada a la danza. Algunas ideas se han rondado, tal y como apunta la periodista especializada en danza de RTVE, Olga Baeza. “Hay un proyecto que se empezó a consolidar en octubre de 2018 que ubicaría a este esperado Teatro Nacional de la Danza en la antigua estación ferroviaria de Delicias, en Madrid, pero de momento está paralizado”, comentaba. Por su parte Francesc Marco sigue insistiendo en que “hacer un teatro es una inversión muy potente, incluso si tenemos demanda suficiente, debemos ser prudentes”.
Necesidad de una pedagogía, ¿es la danza elitista?
En este tema, Antonio Navarro también apunta a un detalle que no hay que pasar por alto. Se necesita una pedagogía sobre la danza y una buena comunicación de la misma, como se remarcaba al principio. La danza es una disciplina que, comúnmente, se ha visto como algo elitista, cuando no lo es. Ya lo decía uno de sus mentores, Antonio Gades. “La danza no se ha inventado para que lo baile un señor muy guapo, muy bonito o muy delgado”. Así lo expresaba en una entrevista de 1984 en Estudio abierto, donde añadía: “Se está perdiendo el sentido de la danza y el origen de la danza. Todo el mundo tiene derecho a danzar. Los pueblos bailaban, los gordos, las gordas, los viejos. Lo hacían por impulsos y sensaciones de la vida. Se ha creado un arquetipo de bailarín que no es cierto. Los pueblos que bailan y danzan no se mueren en la vida”.
Siguiendo con esa idea, Najarro ofrece hoy ensayos abiertos en colegios e institutos con alumnos y padres. “Los padres vienen llorando emocionados por le baile, y es que nunca hubieran asistido a un espectáculo de danza si no fuera por esto. Les cambia el chip”, comenta. “No tienes que entender de danza para que te llegue. Es un lenguaje universal y nuestra danza española emociona mucho allá donde va. Todo lo que es emocional se entiende”, apunta. Además, añade: “En la danza tenemos la suerte de tener precios más asequibles”. A la espera de ese gran espacio para la danza, lo que sí existen son dos compañías estatales que no dejan de producir obras: La Compañía Nacional de Danza y el Ballet Nacional de España. Dos bastiones que resisten el temporal como mejor saben hacer: bailando.