Ser madre, ser hija. Alejandra Parejo habla con Página Dos de su nueva novela
Alejandra Parejo presenta Una madre (Alianza de Novelas), su segunda novela después del debut con Una familia normal
- Página Dos charla con la escritora de las sombras de las familias, las expectativas y las frustraciones
- La protagonista, Bruna, apenas se ha estrenado en la maternidad cuando recibe una llamada de su madre, que la abandonó
La mallorquina Alejandra Parejo debutó en 2019 en la novela con Una familia normal (Temas de hoy), y esta semana se cita con Página Dos para hablar con Óscar López de Una madre (Alianza de Novelas), una historia sobre las sombras de la maternidad, los cuidados, los roles familiares y lo que se espera de una mujer.
La trama comienza con una joven, Bruna, que vive en París, ha sido madre recientemente y que justo empieza a comprender la dimensión de su nueva vida cuando recibe una llamada del hospital. En esa llamada le cuentan el estado de salud de su madre, aquejada de trastorno bipolar, que la abandonó hace veintinueve años. Bruna vuelve al lugar donde nació, un pueblo turolense donde el silencio y la incomunicación son un espejo de una relación entre desconocidas, una madre y una hija que nunca han convivido.
Con dos personas a su cargo, Bruna se enfrenta a momentos de soledad y desamparo en los que siente que no está a la altura ni como madre ni como hija. Las dudas y los fantasmas del pasado la persiguen por los rincones de una casa que no considera su hogar, y de una aldea aislada que podría ser su condena o su salvación.
«Observo la habitación en penumbra. Su invasión es tan palpable que me tropiezo en cada esquina con algo suyo. Lo ocupa todo. De lo mío queda poco. Los restos son esos tres libros que nunca terminé y que están en la mesita de noche como apoyo para un par de chupetes, un babero y una crema hidratante para el culo. (...) A menudo pienso en la posibilidad de huir, de dar marcha atrás y tomar una decisión diferente, porque el peso de esta responsabilidad me ahoga, y me doy cuenta muy rápido de que eso nunca va a pasar. ¿Le ocurrió eso a mi madre? A lo mejor se ahogó entre tanto llanto.»
La novela rompe tabús sobre la salud mental, la presión que supone hacerse cargo de todo, las emociones silenciadas y la búsqueda de una perfección que no existe. La protagonista, Bruna, se ha criado con los abuelos, una generación callada y fuerte que reprimía sus quejas. En el libro hay esperanza: las relaciones pueden evolucionar, mejorar y expandirse. «Miro al niño. Le susurro: aquí estás. Le beso la frente y él me deja hacer. Eso hacen: confían. Tienen la inocencia suficiente para sentir que todas las intenciones son buenas, y eso me da pavor.»